miércoles 21  de  mayo 2025
FLORIDA

Éxodo silencioso de miles de cubanos abarrota Hialeah

La ciudad comienza a notar la influencia de la nueva oleada alimentada por la Habana, que ha empujado a las fronteras estadounidenses a casi 80.000 personas en los últimos seis meses.
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI. - Tres meses después de las masivas manifestaciones que estremecieron los cimientos del régimen de Cuba, en julio de 2021, Miguel Diaz Canel abrió las compuertas de la Isla, creando un puente aéreo Habana-Managua a fin de canalizar las ansias de libertad de los cubanos hacia la peligrosa travesía de cientos de kilómetros por selvas y desiertos de Centroamérica, camino de la frontera sur estadounidense.

Con esa maniobra, el régimen de la Habana busca aliviar la presión en la isla para evitar un nuevo estallido social. El resultado es que, desde el 1 de octubre de 2021 hasta la fecha, cerca de 80.000 cubanos han llegado a EEUU buscando amparo. La mayoría de ellos con su mirada puesta en el sur de Florida, especialmente en la ciudad de Hialeah.

DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con algunos protagonistas de este nuevo éxodo masivo y silencioso para conocer de primera mano sus impresiones y el impacto que está teniendo esta nueva oleada migratoria en la más cubana de las ciudades de EEUU y en las organizaciones que ayudan a los menesterosos emigrantes.

Los que llegan

Diana Pupo, natural de la provincia de Holguín, quien llegó el 15 de abril, se niega a confesar cuánto se gastó en el viaje hacia EEUU. Solo dijo que fueron más de 5.000 dólares. Explicó que llegó a Hialeah, después de trasladarse junto a su madre de Nicaragua hasta Yuma, en Arizona. “Me enviaron a California, pero mi marido, que vive en Hialeah, me envió un boleto de avión”.

Según Pupo, en la Oficina de Children and Families le otorgaron una tarjeta de sellos de comida, ayuda sanitaria -Medicaid- y 190 dólares en efectivo.

“Por el camino vimos muchos cubanos y ¡los que vienen! Hay que irse, no queda otra”, sostuvo esta joven de 24 años que da sus primeros pasos en tierra de libertad.

“Yo no le pagué a nadie para hacer la travesía. Vine desde Nicaragua solo”, afirmó José Enrique, natural de Artemisa, el lugar donde comenzó la chispa del levantamiento el 11de julio en Cuba. “Estuve 68 días retenido en la frontera. Pero no puedo hacer ninguna crítica a este país que nos acogió. Esa es la esencia de todo”, dijo este emprendedor, a quien le quitaron su negocio las autoridades cubanas.

José Enrique sostuvo que está en la cola porque le falta un documento. “Me enviaron de la oficina de Children and Families de Hialeah a esta de Opa Locka, pero aquí tampoco me saben decir”, se lamentó.

Yanisleysis apuntó que su odisea comenzó dentro de Cuba. “Tuve que viajar desde Guantánamo [en el oriente de la isla] a La Habana para comprar el pasaje. Después resulta que el vuelo era por Villa Clara”. Yanisleysis reconoció que se gastó $3.500 en el pasaje y $8.000 en el viaje. Por el camino, vio a muchos cubanos. “Me encontré con un grupo de 156 personas y otro de 101. Se avanza por etapas, en la medida que los familiares te envían el dinero para pagar. Si tienes dinero, puedes seguir avanzando, si no, te quedas donde estás a la espera” ·

Yanisleysis, que entró a EEUU por El Paso, estuvo retenida en Tabasco, México, por las autoridades, que, según afirmó, le maltrataron psicológicamente. “Entre otras amenazas, nos decían que nos iban a deportar a Cuba”.

Esta hermosa joven de unos 25 años hizo el viaje sola, sostuvo que una gran fuerza interior le guiaba hacia su destino. “Caminé por el desierto seis horas, pero no me sentí cansada, al ver la frontera, me dije con fuerza: ¡Llegué!”

“Cuando el oficial me dijo Welcome to United States, besé la tierra. Fue el único oficial que me dio la bienvenida, el único que me trató bien en todo el recorrido”, reconoció Yislandy Pizarro, de 23 años, natural de Sancti Spíritus, quien recorrió 12 países desde Uruguay antes de ingresar a EEUU. Perdió la cuenta de las veces que le asaltaron y le quitaron el dinero.

Algunos emigrantes tuvieron suerte y pudieron viajar directamente a México. “Entré por Mexicali y solo estuve 16 horas retenida en la frontera, donde el trato fue magnífico”, afirmó Maricel Martínez, quien hace un mes llegó de Cuba y ahora está en la cola de Children and Families acompañando a su esposo recién llegado.

Muchos de estos emigrantes nos confesaron que desconocen los trámites que deben hacer, los documentos que necesitan solicitar, las puertas que deben tocar, si pueden trabajar o las ayudas con que cuentan.

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Migrantes cubanos esperan en las oficinas de Children and Family.

Migrantes cubanos esperan en las oficinas de Children and Family.

Hialeah, ciudad objetivo

Según Bryan Calvo, concejal de Hialeah, el número de desamparados se ha incrementado en los últimos tiempos. Estas personas llegan en un contexto en el que los precios de las viviendas han subido más de un 30%.

“Yo he visto casas en las que había dos efficiencies y ahora han añadido un tráiler home donde hay personas viviendo. En algunos casos son familiares, en otros pagan unos $1.000 a $1.100”.

“Nosotros como políticos locales lo único que podemos hacer es tratar de conectar a las personas que llegan con los recursos existentes, con las iglesias, las oficinas de ayuda y los programas federales”. Bryan reconoció que “estamos viviendo un éxodo de cubanos como el que hubo en los años 70 y 80. Tenemos que unirnos como comunidad y buscar los recursos que tenga la ciudad, así como organizaciones privadas y caritativas, para abordar el tema desde diferentes ángulos”.

Las dos caras del impacto

Por su parte, el concejal Jesús Tundidor mostró su preocupación por la presión que están recibiendo las infraestructuras locales. “Vamos a ver un aumento en la renta, al haber más personas reclamando viviendas sin contar con las unidades necesarias. También veremos un aumento en las unidades ilegales y las rentas en tráiler home. Todo esto crea un efecto dominó, un mayor uso del agua, de los servicios de basura y de los bomberos. En realidad, tenemos que prepararnos para tener esta conversación. Si la evitamos, no le estamos sirviendo a esta comunidad”.

Según el joven concejal, los políticos locales están muy limitados, la migración es algo que se maneja a nivel federal y estatal.

No obstante, afirmó haber estado en conversaciones “sobre cómo podemos expandir los programas de asistencia al alquiler para ofrecerles un alivio a estos cubanos que están huyendo de un país comunista”.

Desde otro ángulo, Tundidor cree que esta puede ser una gran oportunidad. “Cuando los cubanos en los 70 llegaron a Hialeah, le dieron un increíble poder industrial y manufacturero a la ciudad y Hialeah se fortaleció”.

Instituciones caritativas

Por su parte Peter Routsis-Arroyo, CEO de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Miami, aunque reconoció que no llevan una estadística minuciosa de los emigrantes que atienden, afirmó haber notado un incremento en la llegada de cubanos. “Muchos de ellos han sufrido las mismas jornadas que los venezolanos y los haitianos. Son cubanos con una experiencia muy diferente de los que venían antes. Algunos están recibiendo orden de deportación, otros no tienen asegurado que les otorguen el Asilo Político. La vida de los cubanos cada vez es más comparable a la de otros indocumentados”, insistió.

Routsis-Arroyo dijo que, bajo el paraguas de Catholic Charities, funcionan diferentes programas de ayuda. “Hay uno especial que brinda albergue a jóvenes que cruzan la frontera sin padres, donde tenemos niños de Ucrania, Cuba y Afganistán”.

“Además somos la única institución que ofrece albergue a familias enteras, incluido el padre. La mayoría solo acogen a las madres con los niños, el padre queda aparte”. También ayudan a los desamparados con el pago de la renta y cuentan con programas para personas mayores de edad y servicios legales.

Routsis-Arroyo vaticinó que se incrementará aún más el número de personas que llegan a la frontera si es que en mayo, según se ha anunciado, se deroga el Título 42 que expulsa a los inmigrantes de manera inmediata.

Otra de las organizaciones que atiende a los recién llegados es Hermanos de la Calle. Su director Narciso Muñoz explicó que “muchos de los venezolanos que ellos acogen les comentan que por el camino a la frontera hay un montón de cubanos. La diferencia de los cubanos con otros emigrantes es que tienen alguien que se encarga de ellos aquí”. Según Muñoz, eso les hace el camino más fácil y a la vez más difícil, en especial cuando pisan México. “Ahí ocurren múltiples casos de secuestros a los cubanos. Los van secuestrando por el camino y van pidiendo rescates. Muchos de los venezolanos que están con nosotros nos contaron que los llevaron a un lugar donde había unos 50 cubanos retenidos. Esos tipos les perdonaban la vida a unos y a otros les sacaban la plata”.

El presidente de Hermanos de la Calle indicó que rara vez va un cubano a su organización. Desde enero a la fecha, han ayudado a unas 300 personas. Cuentan con casas donde conviven tres familias en cada una y a veces pagan habitaciones de hoteles. “Más tarde, los relocalizamos en otras ciudades como Wichita, Cincinnati o Detroit, donde hay necesidad de trabajo. Mudamos familias enteras para allá. Hay personas que vienen con niños y están desesperadas por darles de comer”.

El modelo de Hermanos de la Calle es procurar la autosuficiencia rápida de los emigrantes. “No estamos pensando en hacer que estas personas vivan del gobierno, sino que quieran salir a trabajar. Les damos la oportunidad para que puedan encontrar el camino acá. Ese es nuestro modelo”, concluyó Muñoz.

En estas largas colas bajo el sol que deben soportar nuestros hermanos emigrantes frente a las oficinas de trámites, al lado del personal de los bancos que ofrecen tarjetas de crédito, se echa en falta el trabajo proactivo y la presencia de las distintas organizaciones que dicen ayudar a los migrantes. Es el lugar idóneo para aconsejarles, darles un poco de agua, alguna merienda o apoyarles moralmente. Es ahí donde les necesitan Yanisleysis, José Enrique o Diana Pupo, bien lejos del Versailles, donde se concentran las cámaras de televisión y cerca del pueblo cubano que una vez más huye.

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@menendezpryce

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