viernes 29  de  marzo 2024
FLORIDA

Miami-Dade, con el coronavirus aún en la mirilla

Luego de cierres, reapertura fallida antes de tiempo y 3.000 fallecidos, el condado más poblado de Florida vuelve a ver la luz al final del túnel, sin que ello signifique que estamos fuera de peligro
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Siete meses atrás, cuando apenas comenzaba la preocupación por el coronavirus a finales de febrero, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, señaló “estamos listos para enfrentar cualquier situación”. Las vivencias, los más de 165.000 contagios y 3.000 fallecimientos demuestran que no ha sido fácil con lidiar con la pandemia, como se pensó.

Meses después de cierres, reapertura fallida antes de tiempo en mayo, miles de negocios al borde de la quiebra y estrictas medidas que pararon el cachondeo de quienes no creen en el virus, Miami-Dade vuelve a ver la luz al final del túnel, sin que ello signifique que estamos fuera de peligro.

Hoy, Miami-Dade, con cerca de tres millones de habitantes, cuenta con la indeseada titulación, según la respetada Johns Hopkins University of Medicine, de ser el segundo con mayor cantidad de casos acumulados en el país, solo superado por Los Ángeles, en California.

Con la caída paulatina de contagios, de 3.200 y tantos que se reportaron a diario hace un mes y medio, hoy denota una cifra más o menos estable en torno a 400 contagios por día.

Por otra parte, las hospitalizaciones han disminuido de 1.900 a unas 450 admisiones, incluyendo quienes se debaten entre la vida y la muerte en la Unidades de Cuidado Intensivo, según el reporte diario condal.

No obstante, la cifra que más tenemos en cuenta es la tasa de positividad en los últimos 14 días. La llamada media de 10% de positivos y pruebas, que tanto aconsejó el Centro Nacional de Enfermedades Contagiosas (CDC) y no llegamos a cumplir en mayo, cuando decidimos apostar por la ‘desescalada’, ante los graves golpes que recibía la economía local.

Esa tasa está situada hoy muy por debajo del 10%, en torno al 5%, lo que significa un extraordinario mejoramiento respecto a un mes y medio atrás, cuando se reportó 20%, e incluso 28% cuando se incluían los casos reincidentes.

Desescalada

Las inevitables reapertura y convivencia con el virus, mientras no exista una vacuna que funcione, van de la mano frente a una realidad que no se puede negar.

Y por ello Miami-Dade convocó a reabrir los salones de restaurantes, los cines y teatros, incluso las salas de juegos, a 50% del aforo, pero no los bares, al menos por ahora, para contrarrestar de alguna manera las pérdidas multimillonarias que podrían llevarnos a la bancarrota.

Las escuelas van por el mismo camino. Los colegios privados ya toman la iniciativa de reabrir sus puertas, también los llamados charter schools. Y los públicos, esos que acogen a la inmensa mayoría del estudiantado, también están a punto de tomar una decisión similar.

En efecto, la autoridad escolar de Miami-Dade, que atiende a más de 345.000 alumnos, analiza la posibilidad de reabrir las escuelas en octubre, tras un tumultuoso comienzo de clases a distancia, debido a dificultades en la red de Internet y varios ataques cibernéticos.

Son los padres los que deberán decidir si optan por enviar a sus hijos a los colegios, donde habrá estrictas medidas sanitarias implementadas, y riesgos también.

Medidas

Aún cuando las cifras bajan, persiste la obligación de cubrirse nariz y boca con mascarilla u otro objeto, si no sería multado por la Policía: 100 dólares por infracción o 500 si se trata de un negocio que no cumple.

También la obligación de mantener la distancia física entre personas: seis pies o dos metros.

A esto sumamos las otras medidas higiénicas en restaurantes y cafeterías, que muchos cumplen y otros no: desde distancia de seis pies entre mesas y gel desinfectante disponible a la entrada del local y en cada mesa hasta mantener abiertas puertas y ventanas del salón para permitir la corriente de aire natural.

“Es difícil vivir así. No estamos acostumbrados a tantos detalles e inconvenientes. Pero no hay otra solución, al menos por ahora, para contrarrestar el contagio”, señaló el doctor Javier Santos, especialista en enfermedades respiratorias.

“Si no cumplimos esas medidas, nunca podremos controlar el virus mientras no tengamos una vacuna, y cada dos meses tendremos que volver a imponer medidas, cerrar negocios y mandar a la gente al desempleo”, detalló.

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