MIAMI - La historia de esta panadería, ícono de la comunidad cubana en el exilio, comenzó en Artemisa, donde la familia Mayoral dirigía un exitoso negocio llamado “Gran París”. Luego del primero de enero de 1959, como la mayoría de los pequeños empresarios cubanos se vieron forzados a exiliarse y comenzar de nuevo. Así en 1960 los hermanos Mayoral –Osvaldo, Osmar, Oliverio, Otelmy y Orfilio– llegaron a Miami con los conocimientos y el sueño de abrir una nueva dulcería.
Todos habían aprendido el oficio desde la adolescencia gracias a su padre Rogelio Mayoral. Al verse imposibilitados de tener un negocio propio en la isla, emprendieron el proyecto a poco más de 90 millas, reportó CubaNet.
La Rosa Bakery, identificada por su decoración casi por completo rosa, abrió sus puertas en Miami el 28 de marzo de 1968. Desde esa fecha estuvo ubicada en 4259 W Flagler St ofertando los más deliciosos dulces, ensaladas y panecillos cubanos. Tras el mostrador hasta 2019 estuvieron Osvaldo y su esposa Mercedes, con 86 y 92 años.
“Con mucho pesar anunciamos el cierre de La Rosa Bakery en su actual ubicación, pero agradecemos los recuerdos y el impacto que ha tenido en la comunidad y en la historia de Miami”, anunciaron en su página de Facebook.
Tres generaciones del exilio disfrutaron de sus golosinas. Sin embargo hoy La Rosa es un lugar vacío. El pasado 23 de abril fue el último día que el bakery abrió sus puertas y vendió los emblemáticos productos cubanos, entre ellos los merenguitos, delicia que era un referente en el negocio.
“El cierre de la Panadería La Rosa en este lugar marca el fin de una era, pero su legado seguirá viviendo en los queridos recuerdos de quienes disfrutaron de sus deliciosas ofrendas y cálida hospitalidad”, resalta la publicación.