LA HABANA.- El 16 de noviembre se celebra el 503 aniversario de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana, ocurrida en 1519. Sobre este acontecimiento hay más mitos y leyendas que certezas, pues no existen documentos que lo confirmen. Aun así, la fecha del 16 de noviembre es aceptada por la mayoría de los historiadores y celebrada oficialmente, reseña el portal CubaNet
El expresidente dominicano Juan Bosch, quien residió en Cuba en la década de 1940 y fue amigo del dictador Fidel Castro, con quien participó en la expedición de Cayo Confites en 1947, cuestiona la fecha y el lugar de la fundación de La Habana en su libro “La isla fascinante”. En esa obra, publicada en 1955 en Santiago de Chile, y reimpreso en 1999 por Ediciones ICAIC, Bosch señala: “Nadie sabe qué día ni donde se fundó; nadie por lo menos puede atestiguar con documentos legítimos que nació en tal fecha ni en tal lugar”.
Explica además: “La Habana, que no iba a tardar en convertirse en un centro de enorme actividad comercial, nació por sí sola, sin que se invocara para establecerla disposición real alguna, sin que se levantara acta ni se le diera nombre… Lo que se sabe de cierto es que entre 1515 y 1520, en la margen occidental de la bahía fueron apareciendo bohíos”.
El nombre Habana se debe a que estas tierras al oeste de la bahía pertenecían al cacique Habaguanex, quien gobernaba toda esta región. Según Bosch: “A fines de 1518 o a principios de 1519, el lugar era llamado villa y había en él un teniente a guerra del gobernador Velázquez; y esto se sabe porque en la casa del tal teniente se alojó Hernán Cortés, camino de la estupenda hazaña que le reservaba la conquista de México”.
Ante todos los argumentos expuestos por Bosch, es evidente que la villa existía ya unos años antes de la fecha dada como inicio de su asentamiento.
El lugar exacto donde se fundó La Habana también es debatido. Se habla de una primera instalación en la costa sur, cerca de Batabanó, pero no existen rastros hasta hoy del sitio. Otros puntos señalados son La Chorrera, en el río Almendares, y en las márgenes del río Luyanó. Incluso pudieron existir dos Habanas simultáneamente en el territorio.
Respecto al espacio tomado hoy como representativo, escribía Bosch: “Los guías de turistas llevan al Templete cada día a docenas de ciudadanos de Kentucky o de Oklahoma, y les cuentan que en tal lugar y bajo la ceiba que allí crece se dijo la primera misa en Cuba. Los guías mienten. Nadie sabe siquiera como se llamó el primer sacerdote que pisó la tierra en lo que es hoy La Habana, ni qué día ni dónde ofició”.
El periodista e historiador cubano Ciro Bianchi Ross, entrevistado por la BBC, concuerda con la opinión de Juan Bosch y expresa: “El Templete es una cosa falsa, dado que la evidencia histórica sugiere que la ciudad primitiva se ubicó en otro lugar”.
Según Bianchi: “Un hecho contundente desmiente la celebración de dicho cabildo en dicha plaza, y es que la ubicación de esa primera plaza no se corresponde con la que luego ocuparía la actual”.
Recientes excavaciones arqueológicas que se han realizado en la zona también aportan algunos cuestionamientos al lugar exacto.
Si nos paramos frente al Templete, y miramos a nuestra izquierda, veremos el Castillo de la Fuerza con su foso de protección rodeado de agua. ¿Podía crecer una Ceiba casi dentro del mar? En esa época Cuba era un inmenso bosque. Es posible que la ceiba del Templete fuera otra.
En 1555, el pirata francés Jacques de Sores tomó e incendió La Habana. Así, resultaron destruidas las actas capitulares que señalaban el verdadero día y sitio de la fundación de la ciudad. Ni aun en el Archivo de Indias, en España, existe tal documento.
Sobre la fecha y el lugar exacto donde se creó La Habana todo son especulaciones y mitos alentados por los historiadores Emilio Roig de Leuchsenring y Eusebio Leal Spengler. Para escoger la fecha del 16 de noviembre, Roig de Leuchsenring, primer historiador de la Ciudad de La Habana, se basó en la celebración religiosa del patrón de la villa, San Cristóbal (era costumbre que al fundar un poblado, se agregara el nombre del santo que correspondía a ese día en el calendario de la Iglesia Católica).
Su sucesor al frente de la Oficina del Historiador de la ciudad, Eusebio Leal Spengler, mantuvo la fecha, y agregó una serie de festividades que son celebradas durante varios días. Entre ellas incluyó darle la vuelta a la ceiba y echarle monedas para pedir deseos; un ritual carnavalesco que se ha vuelto tradición y convoca cada año a centenares de personas, nacionales y extranjeras.
FUENTE: CubaNet