domingo 24  de  marzo 2024
EDUCACIÓN

Los hispanos y la reforma educativa

MIAMI.- La “Semana de Opción Escolar” (conocida en inglés como “School Choice Week”) comienzó oficialmente el pasado viernes, y por ello ha comenzado un debate importante en Washington –un debate que tendrá un impacto enorme en el grupo demográfico de mayor crecimiento en el país: los latinos. Si el Congreso y el Presidente trabajan juntos, y logran un buen resultado, se lograría un beneficio importante para las familias Hispanas que tienen niños.

Por LA INICIATIVA LIBRE

MIAMI.- VALERIO MARTINELLI

La “Semana de Opción Escolar” (conocida en inglés como “School Choice Week”) comienzó oficialmente el pasado viernes, y por ello ha comenzado un debate importante en Washington –un debate que tendrá un impacto enorme en el grupo demográfico de mayor crecimiento en el país: los latinos. Si el Congreso y el Presidente trabajan juntos, y logran un buen resultado, se lograría un beneficio importante para las familias Hispanas que tienen niños.

El Congreso está a punto de debatir la re-autorización del programa “Que Ningún niño se Quede Atrás” (NCLB por sus siglas en inglés), una ley federal controversial que autoriza una serie de programas que apoyan la educación k-12. La reautorización se espera que tenga un impacto muy grande en millones de estudiantes hispanos, puesto que según el primer borrador de la ley contempla un paso atrás en la incidencia federal sobre la educación, para darle mayor espacio a las iniciativas locales. Se le daría autoridad a los estados para implementar varias formas de opciones educativas (programas de “School Choice”), un tipo de iniciativas que los hispanos apoyan de manera mayoritaria.

La legislación que se debatirá en el Congreso le daría a los estados la autoridad de crear su propio sistema de rendición de cuentas, sus propias exigencias en cuanto a exámenes, y la posibilidad de intervenir en escuelas cuyos resultados no son satisfactorios. Los estados podrían crear planes que les permitirían a los estudiantes tener movilidad en distintas escuelas dentro de sus distritos, dándole prioridad a los niños que asisten a las escuelas de más bajo rendimiento. Se le permitiría a los estados crear programas para ofrecer fondos federales directamente a los menores que provienen de hogares con bajos ingresos, de modo que esa ayuda les sea de utilidad en varias escuelas si es que cambian de colegio. Este enfoque innovador es un buen paso hacia adelante para facilitar diversas formas de opciones educativas.

El sistema educativo diagramado por la ley vigente maximiza el poder de Washington sobre la educación pública K-12, y establece un modelo fijo mediante el cual de manera federal se decide cómo medir el rendimiento de las escuelas y el avance académico de los estudiantes. EL NCLB estaba supuesto a promover la excelencia educativa, pero nunca logró sus objetivos. De hecho, el rendimiento académico de los niños provenientes de minorías todavía es muy inferior a la media, y eso sigue siendo un problema sin resolver. La brecha en el rendimiento de estudiantes blancos-hispanos todavía sigue siendo amplia en lectura y matemáticas.

Los analistas coinciden en que la centralización de la educación ha llevado a las escuelas a gastar mucho tiempo en las pruebas estandarizadas obligatorias, en lugar de concentrarse en métodos más útiles y creativos. Si bien medir el rendimiento de los estudiantes en materias de importancia crítica debería seguir siendo una parte importante en la calificación del progreso académico, y debe estar asegurado, el enfoque de arriba hacia abajo que ha hecho el NCLB en los estándares de educación, puede estar privando a los estados de la libertad de experimentar con aquello que realmente les funciona en términos educativos.   

Mayores opciones educativas y menor centralización deberían ser los ejes centrales de una nueva ley de educación. Florida ha hecho un gran progreso en disminuir la brecha educativa entre hispanos y estudiantes de minorías desde que adoptó la opción educativa como principio fundamental para su educación pública. En gran medida, gracias a la reforma educativa orientada en la posibilidad de elegir, los estudiantes hispanos de Florida están leyendo tan bien (o incluso mejor) que el promedio de todos los estudiantes en 21 estados, según indica un reporte hecho por la organización Excellence in Education.

Los legisladores que estén interesados en mejorar los índices de graduación de los jóvenes pertenecientes a minorías deberían prestar atención a lo que está pasando en algunas escuelas a lo largo del país: de acuerdo con la Federación Americana para los Niños (AFC por sus siglas en inglés), un 91% de los estudiantes de Washington, D.C. que utilizaron los vales del programa Oportunidades de Becas D.C. (D.C. Opportunity Scholarship Program), logró graduarse. Fueron más de 20 puntos porcentuales por encima de aquellos que se mostraron interesados en el programa pero no obtuvieron una beca, y 30 puntos porcentuales por encima del promedio de estudiantes graduados en el sistema de escuelas públicas de D.C. Además, de acuerdo con AFC, los estudiantes de Wisconsin que participaron en el programa de Elecciones de Padres de Milwaukee (Milwaukee Parental Choice Program) lograron un 76.6% de graduaciones a tiempo, es decir, un 7.2% por encima de los índices de graduación de los estudiantes de escuelas públicas de Milwaukee.

Los estudiantes Hispanos que están aprendiendo inglés, o aquellos que pertenecen a familias de bajos recursos, serían los más beneficiados si se re-autorizara el NCLB expandiendo las opciones educativas. Un estudio reciente encontró que estos estudiantes obtienen mejores logros académicos en escuelas chárter, comparado con aquellos que van a escuelas públicas tradicionales.

Nuestro país necesita más opciones educativas porque no podemos darnos el lujo de fallar en la educación de los niños hispanos. Los hispanos son el grupo demográfico más grande, más joven y de mayor crecimiento en el país. Para el 2021, los hispanos representarán cerca del 30% de los inscritos en la escuela K-12. La capacidad de nuestro país para innovar y ser más próspero será mayor si los jóvenes Hispanos están mejor educados. El Congreso debería darle poder a las familias hispanas, otorgándoles mayor libertad para elegir la mejor escuela para sus hijos. 

El autor es analista de políticas de La Iniciativa LIBRE.

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