Son conservadores o progresistas. De España o de América. Todos han sido presidentes de sus respectivos países. Pero hay algo que les une: su condición de demócratas. Se podría decir que están doctorados en democracia porque al margen de sus diferencias nacionales o ideológicas, llegaron al poder por la vía de las urnas pero respetaron las leyes para marcharse del poder cuando les llegó el turno.
Son ya 22, pero se espera que se unan más en las próximas horas, los expresidentes que han firmado un documento bajo el nombre Declaración de Panamá que denuncia la situación política en Venezuela. Exmandatarios tan dispares como José María Aznar (España), Felipe Calderón (México), Andrés Pastrana (Colombia), Ernesto Duhalde (Argentina) y otros muchos creen que no se puede obviar por más tiempo “la urgente e inaplazable necesidad de apoyar al pueblo de Venezuela” para construir una alternativa. En el texto se exige el restablecimiento de los derechos fundamentales y la puesta en libertad de los presos políticos.
La declaración se hará pública el jueves, horas antes de la Cumbre de Las Américas. Estamos convencidos que al menos servirá para que muchos de sus sucesores dejen de mirar hacia otro lado.
Ningún ''expresidente'' cubano ni venezolano entre los firmantes. Prueba irrefutable que en ambos países de diferente forma el déficit democrático lleva establecido demasiado tiempo. Después de este gesto, la pelota está en el tejado del Palacio de Miraflores. Es la hora de la verdad para Nicolás Maduro. Se acabaron las excusas y la invención de conspiraciones. Más de 20 expresidentes que fueron elegidos por millones de personas en todo el mundo le están recordando que la democracia es el imperio de la ley y se basa en la separación de poderes. Algo que parece que el presidente venezolano ha olvidado.