viernes 20  de  septiembre 2024
FIESTAS RELIGIOSAS

El Salvador se engalana con beatificación de Monseñor Romero

Romero fue asesinado cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador

EL SALVADOR.-JOSUÉ BRAVO

Especial

Este sábado terminan los 35 años de espera del pueblo católico salvadoreño y hasta del estado para celebrar a Monseñor Óscar Arnulfo Romero y su legado.

El enviado especial del papa Francisco y del Vaticano, el cardenal italiano Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos; presidirá la homilía de beatificación del ya popularmente conocido como "San Romero de América", en la plaza al Divino Salvador del Mundo, San Salvador, donde se espera la asistencia de 300 mil personas.

LEA TAMBIÉN: Religiosos celebran la próxima beatificación del asesinado arzobispo Óscar Romero

Con esta merecida solemnidad a Romero,  asesinado por escuadrones de la muerte de extrema derecha el 24 de marzo de 1980, se le honra como un mártir cuya santidad dentro de los preceptos del catolicismo fue largamente esperada.

Más allá de una liturgia, a Romero se le reconoce su martirio pero a la vez su fe, un legado más allá de la discusión si era santo de los pobres o un cura comunista, discusión que reinó dentro y fuera de su país; sino el santo de todos. “Un triunfo de la verdad” sobre la “politización” de su imagen, según Ricardo Urioste, vicario general de la Iglesia católica salvadoreña en la época de Romero.

“La izquierda lo ha querido hacer como bandera para ellos, lo han politizado, y la derecha también lo ha politizado al denigrarlo, al hablar falsedades”, manifestó Urioste.

El acto de beatificación iniciará a las 10 de la mañana, hora local, de este 23 de mayo, en un amplio despliegue que harán las autoridades de gobierno y la Iglesia.

LEA TAMBIÉN: Papa Francisco declara mártir a monseñor Oscar Romero

Alrededor de 2,000 policías y 45,000 socorristas voluntarios resguardarán la seguridad de la ceremonia. "Está listo el plan de seguridad que se implementará desde un día antes y durante la beatificación", declaró el director de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Mauricio Ramírez Landaverde.

El evento, preparado con 4 meses de antelación, según Monseñor Rafael Urrutia, no tiene precedentes en el país y será cubierto por 400 periodistas, entre nacionales y extranjeros.

Asistirán más de 1,200 sacerdotes, 200 obispos provenientes de Centroamérica y de otras partes del mundo; así como los cardenales Jaime Ortega, de Cuba; Leopoldo Brenes, de Nicaragua; José Luis Lacunza, de Panamá; Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de Honduras; y el cardenal Amato en representación del papa.

Otras 6,000 personas, entre ellas 1,500 pobres de diversas comunidades y parroquias, el clero local, los mandatarios visitantes y funcionarios del gobierno serán ubicados en la plaza como invitados especiales. En las calles aledañas han sido instaladas pantallas gigantes para que todos puedan ver y escuchar la ceremonia. Asistirán 9 mandatarios y jefes de estado del mundo, entre ellos Michael D. Higgins, de Irlanda, y Rafael Correa, de Ecuador.

A las diez de la mañana inicia la misa y luego el rito de la beatificación. El Postulador de la Causa, Monseñor Vicenzo Paglia, presentará una biografía de Romero. Después el Delegado del Vaticano leerá la Carta Apostólica y se develará la gigantografía del Beato.

Mientras se interpreta un canto, se presentarán las reliquias del beato junto al altar, la cuales serán adornadas y el Delegado del Vaticano las inciensa; entre otras actividades.

El camino para llegar a este momento fue largo. Inició en 1966 pero por muchos años fue paralizado el proceso porque el Vaticano se resistía a beatificar a un representante de la Teología de la Liberación.

En febrero pasado el papa Francisco, quien aligeró el proceso y aprobó el decreto de la Congragación de la Causa de los Santos para la Beatificación por la vía del martirio al haber asesinado, según el Vaticano, por su odio a su fe.

Romero fue asesinado cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador impactó en su corazón, momentos antes de la Sagrada Consagración. Al ser asesinado, tenía 62 años de edad.

Era una época en la que Romero hablaba fuerte contra la oligarquía que financiaba a al partido derechista Arena, la cual reaccionaba molesta. De igual manera, al mayor d’Aubuisson le preocupaba cuando Monseñor decía a los soldados que no obedecieran las órdenes de los oficiales del Ejército, y es por eso que un día antes de su muerte le advirtió que tuviera cuidado con lo que va a decir, porque lo podían matar, según la Comisión de la Verdad.

El fundador y máximo líder de este partido, “el ex-Mayor del ejército Roberto d'Aubuisson (fallecido de cáncer en 1992), dio la orden de asesinar al Arzobispo y giró instrucciones precisas a miembros de su entorno de seguridad, actuando como ‘escuadrón de la muerte’, de organizar y supervisar la ejecución del asesinato”; de acuerdo con una de las conclusiones de la Comisión de la Verdad en torno al caso de Monseñor Romero.

La muerte del religioso nunca fue a juicio por una ley de amnistía emitida en 1993 del presidente Alfredo Cristiani, de Arena, pero fue el detonante de la guerra civil iniciada en 1980 que concluyó en enero de 1992 con la firma de los acuerdos de paz, pero dejó una fatal huella de 75,000 muertos, 550 mil desplazados y medio millón de refugiados.

Hoy el pueblo católico de El Salvador y Latinoamérica se visten de fiesta; unificados en la imagen de un mártir y modelo para creyentes de la región.

"Romero es como un protomártir, un mártir de la era contemporánea, un pastor que ha dado la vida por su pueblo", aseguró desde Roma el arzobispo italiano Vincenzo Paglia, promotor de la causa de canonización del prelado salvadoreño.

"El mundo ha cambiado mucho desde ese lejano 1980, pero ese pastor de ese pequeño país de América Central representa algo importante. Y el hecho de que su beatificación ocurra cuando en el trono de Pedro se encuentra el primer papa latinoamericano que defiende una 'iglesia pobre para los pobres', es algo providencial", recalcó Paglia.

El prelado salvadoreño se convirtió en un ejemplo de una iglesia comprometida contra las injusticias sociales en América Latina, según la Iglesia, tanto que la beatificación es considerada como un regalo enorme para América Latina, un emblema de paz.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar