CAMILA MENDOZA
@camila_mendoza
“No escucho críticas de nadie ni tampoco juzgo el resto. En la mitad de la vida uno se da cuenta que queda poco tiempo y que hay muchas cosas por hacer y muchas canciones que cantar. No hay tiempo para enfadarse con nadie ni deprimirse por nada”, sentenció
CAMILA MENDOZA
@camila_mendoza
Decir lo que piensa, dejarse sorprender y tratar de ser cada día más feliz es parte de la filosofía de vida que Ramón Fabián Veloz adquirió a los 50 años. Quizás sea porque está bajo los efectos graduales del shock de la edad, o simplemente porque aprendió a ver la vida con mas ligereza, pero ahora el actor y cantante –nieto del legendario Ramón Veloz- piensa más a menudo en el contraste del presente con el pasado; y lo hace dejando de lado los relatos distraídos o inexactos que otros puedan tener de él.
“No escucho críticas de nadie ni tampoco juzgo el resto. En la mitad de la vida uno se da cuenta que queda poco tiempo y que hay muchas cosas por hacer y muchas canciones que cantar. No hay tiempo para enfadarse con nadie ni deprimirse por nada”, sentenció.
De sonrisa pícara, Ramoncitín –como lo apodan-, porta un nombre y apellido que si bien le genera orgullo, no lo amarra. Muchas veces criticado por ser nieto, hijo y sobrino de…, el cantautor decidió no abrumarse por el listón con el que el resto lo mide. “Me honra el legado de mi familia, pero la verdad es que al final del día lo que abre las puertas no es el apellido, es el público que acepta y aprecia el trabajo de uno”.
Cantante ante todo, Ramón Fabián también ejerce la profesión de actor, una faceta que como buen artista inquieto y curioso, desempeña con gran éxito hace 5 años en TN3, show estelar de América TeVé.
“Uno tiene que dar lo mejor de sí para recibir lo mejor del mundo, eso es así. Me gusta lo que hago y disfruto trabajar en televisión. No hace falta tener ‘espuelas’ como dicen algunos. La clave es no dejarse influenciar por nada ni por nadie. Cuando me hacen una mala jugada siempre digo: ‘Dios sabrá’. Cuesta lograrlo porque el mundo se ha deshumanizado, pero vale la pena”.
Despojado de la vanidad que puede contenerse en una sola nota falsa que arruinaría el secreto de su sonido, Ramón Fabián Veloz se mantiene fiel y feliz de compartir la música campesina, que a su juicio es la madre de la música cubana. Un punto guajiro que se ha ido apagando con los años, pero que él apuesta por enaltecer.
“Es una lástima que este ritmo se esté olvidando, pero lo entiendo porque llega un momento en el que se pierde el apego al país y la tierra. Cuando el país te hace tanto daño ¿para qué le vas a cantar? Al final se le empieza a cantar a otras cosas, ya no es la tierra la que llama a cantar”.
Gran parte de lo que uno busca se puede encontrar, hoy en día, en cualquier momento y en cualquier parte. Lo misterioso sigue siendo encontrar lo que uno no busca.
¿Tú ya lo encontraste? –le pregunto en medio de este café.
“Creo que sí. Soy un hombre que he vivido a plenitud. He cumplido y no tengo tareas pendientes en ningún aspecto. He amado, he hecho bien, me he divertido y he llorado. He escrito canciones, que es lo mismo que escribir un libro; fui a la escuela del campo en Cuba, que es lo mismo que sembrar un árbol. A mis 50 años me puedo morir ahora mismo y lo haría feliz”, agregó.
Próximo show
Ramón Fabián Veloz se presenta este sábado junto a Vanessa Formell, Bartolo, Lisandra, Gustavo Ríos, Zajaris y Boncó Quiñongo en Millenium Banquet Hall, 14919 SW 42 ST, Miami, en una fiesta que será la antesala a la celebración del Día del Amor y la Amistad.
“Estoy presentándome junto a mis compañeros de TN3 en una noche de música romántica inolvidable. Le voy a cantar al amor y el desamor, presentaré canciones nuevas y las de siempre. También en marzo estrenaré una obra escrita y dirigida por Rolando Tarajano, una comedia en la que comparto escena con grandes actores amigos”, finalizó.