lunes 10  de  marzo 2025
ANÁLISIS

La dictadura cubana tiene un serio problema con los Judíos: es antisemita

Funcionarios cubanos llevan un año reuniéndose con altos oficiales de Irán y Hamás. El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian visitó Cuba y se reunió con Miguel Díaz-Canel el 5 febrero

Por JOHN SUÁREZ

En una declaración formal emitida ese mismo día, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba culpaba a Israel y a su “cómplice” –Estados Unidos- por las acciones violentas. Al así hacerlo, Cuba sigue diseminando una narrativa falsa cuyos orígenes se remontan a la propaganda anti-israelí de la era soviética.

Funcionarios cubanos llevan un año reuniéndose con altos oficiales de Irán y Hamás. El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian visitó Cuba y se reunió con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel el 5 febrero para “conversar sobre temas de mutuo interés y tópicos internacionales”, según informó la Cancillería de la república musulmana.

El 5 de febrero, la publicación Middle East Monitor informó que una delegación de Hamás había realizado una visita pública al embajador de Cuba en el Líbano. En esa reunión, el embajador Jorge León Cruz reconoció “el derecho legítimo de los palestinos a defender su territorio… Los palestinos luchan por una causa justa”.

El 15 de junio, el presidente iraní Ebrahim Raisi se reunió en público con su contraparte cubana, Miguel Díaz-Canel, en La Habana.

En otras palabras, tanto el grupo terrorista Hamás como su principal patrocinador, Irán, mantienen relaciones estrechas con el régimen comunista de Cuba. La dictadura cubana brinda asistencia a los terroristas de Medio Oriente; le permite a Hezbollah mantener una base de operaciones en Cuba, y provee inteligencia a Hamás.

La dictadura cubana también tiene su historia de anti-semitismo en su política doméstica. En 2019, las autoridades cubanas prohibieron a los niños judío vestir su kipá en la escuela. En 1994, el propio Fidel Castro prohibió la importación de carnes Kosher a Cuba, a pesar de permitir la importación de alimentos Halal que cumplen con las leyes dietéticas musulmanas. En 1975, Castro apoyó una resolución de Naciones Unidas que declaraba que el sionismo era sinónimo de racismo, y se opuso a su abrogación en 1991.

Entre 1959 y 1973, La Habana mantuvo relaciones diplomáticas con Israel al tiempo que apoyaba acciones terroristas contra los israelíes. Castro celebró la fundación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1965 y estableció relaciones con el partido palestino Fatah en Argelia y en Damasco. Castro presentó a miembros de la OLP ante la Conferencia Tricontinental en enero de 1966 en La Habana. Dicha conferencia apoyaba a las organizaciones revolucionarias y terroristas de Europa, las Américas, África y Asia con el objetivo de cambiar el orden mundial en dirección autoritaria.

La Unión Soviética apoyó a los estados árabes en el período previo a la Guerra de los Seis Días en 1967. Luego de su derrota, los soviéticos iniciaron una campaña de medidas activas que logró crear una narrativa falsa y dañina para Israel y los Estados Unidos. Eli Cohen y Elizabeth Boyd explicaron una parte de esta campaña en un texto -de lectura obligatoria- escrito en 2019, titulado “La KGB y las operaciones de propaganda antiisraelí”.

La Operación SIG fue una de las medidas activas que diseñara la KGB para sembrar una opinión mundial de condena a Estados Unidos e Israel. SIG son las siglas rusas de Sionistskiye Gosudarstva, o “Gobierno Judío (o Sionista)”. Esto significó una campaña propagandística y apoyo militar a grupos terroristas que declaran que Israel era el enemigo, que incluyó elevar los sentimientos anti israelíes por medio de propaganda antisionista y el uso de tropos antisemitas de la cultura occidental.

La dictadura en La Habana continúa repitiendo esta narrativa hasta el día de hoy.

Por ejemplo, el 15 de octubre de 1979, Fidel Castro comparó a Israel con la Alemania nazi. “Desde el fondo de nuestros corazones, repudiamos la despiadada persecución y el genocidio que los nazis desataron en su momento contra los judíos”, dijo. “Pero en la historia reciente, no hay nada que se parezca más a todo aquello que el despojo, la persecución y el genocidio que hoy ejercen el imperialismo y el sionismo contra el pueblo palestino”.

En 2014, Castro calificó de “una nueva y repugnante forma de fascismo” y de “genocidio macabro contra el pueblo palestino” a los esfuerzos israelíes de defenderse contra el terrorismo de Hamás.

La hostilidad de la dictadura cubana hacia Israel no se limitó a pronunciamientos retóricos y al apoyo a terroristas. Cuba se involucró, además, en el campo bélico.

El 10 de septiembre de 1973, Fidel Castro rompió relaciones diplomáticas con Israel, días antes del comienzo de la Guerra de Yom Kipur. Durante la guerra, 3.000 soldados cubanos participaron en los ataques contra Israel junto a las fuerzas de Egipto y Siria y fuerzas expedicionarias de Arabia Saudita, Argelia, Jordania, Irak, Libia, Kuwait, Túnez, Marruecos y Corea del Norte.

La publicación Noticias de Israel brindó una descripción detallada del papel que jugó Cuba en esta guerra. La Habana organizó una operación secreta para enviar apoyo militar a Siria, que incluyó una brigada de tanques, pilotos de helicópteros, agentes de comunicaciones y oficiales de contrainteligencia. La brigada estuvo bajo el mando del general Leopoldo Cintra Frías.

Los soldados cubanos partieron hacia Siria vestidos de civil, con pasaportes falsos que los identificaban como estudiantes universitarios. Se les suministró equipo militar soviético que incluyó tanques T-62 y cohetes de artillería SAM. Un total de 3.000 cubanos participó en la guerra. Tripulaciones cubanas de tanques pelearon junto a tropas sirias en esa guerra de agresión.

Según Foreign Report, 180 cubanos murieron en combate y 250 resultaron heridos. El factor sorpresa fue que Israel sufrió muchísimas bajas, tanto en vidas como en equipo bélico. Zonas de población civil también fueron atacadas, resultando en 2.800 muertos y 8.800 heridos.

O sea, el régimen castrista lleva décadas tratando de destruir a Israel, mediante su retórica y su participación activa. Funcionarios cubanos también han discriminado a los judíos, y propagado tropos antisemitas.

La Habana ha tenido y continúa teniendo un problema con el pueblo judío.

John Suárez, es un activista de derechos humanos y director ejecutivo del Centro por una Cuba Libre

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