La clásica banca de inversión estadounidense, empujada por la nueva tendencia a segmentar el mercado en grupos cada vez más pequeños y buscar soluciones más personalizadas por la competencia, se ha visto en la necesidad de ampliar la lista de servicios y beneficios que ofrecen a sus clientes convirtiéndose no solo en un gestor de patrimonio, sino más bien en un amigo, un guía, un confidente que te puede acompañar en el proceso, desde instalarte familiar o empresarialmente en un nuevo país o tan simple como comprar un auto, hasta planificar los próximos 40 años de tu vida en todos sus aspectos, familiar, empresarial, tributario, hereditario, etc… y no solo financiero como era tradicionalmente.
En este nuevo siglo, cuando vayamos en busca de un asesor debemos asegurarnos de que él personalmente y la institución compartan una misma cultura de valores, lo que va a facilitar el desarrollo a nuestra medida de la estrategia de crecimiento y desarrollo a futuro.
Es importante también encontrar a la persona preparada profesionalmente para guiarnos de forma segura en el desarrollo de nuestro proyecto de vida y que comparta nuestra cultura. Ese experto debe estar respaldado por una institución sólida en recursos financieros y con una trayectoria exitosa que nos reduzca al mínimo ese porcentaje de incertidumbre que uno tiene cuando mira al futuro.
Hoy, bancos de primera línea en EEUU como pueden ser Morgan Stanley o JP Morgan, por mencionar solo dos de ellos, al enfocarse en el tema “Gestión de Patrimonios”, su abanico se torna mucho más amplio y generalmente abarca aspectos como la gestión de riesgos. Ayuda no solo a manejar el riesgo en nuestras inversiones en los mercados sino también el riesgo de proteger a nuestra familia y a nuestra empresa.
Ofrecen también soluciones de liquidez pues aunque tengamos previstos todos los gastos posibles, siempre aparecen los imprevistos y necesitamos tener un plan para afrontar esa emergencia.
La gestión de inversiones es importantísima porque así encontramos la forma de armonizar todas nuestras metas, dándole a cada una la prioridad que le corresponde, con la finalidad de alcanzar la mayor cantidad de ellas en un plazo determinado.
Con las estrategias empresariales los bancos modernos nos pueden ayudar a desarrollar la forma de separar los ahorros personales de la gestión de la empresa y a protegernos de un accidente, enfermedad, fraude, muerte e inclusive hasta de la inestabilidad del mercado.
La planificación a largo plazo no se puede dejar de lado cuando se selecciona un banco. Éste debe ser nuestro mejor aliado para tomar las mejores decisiones financieras, fiscales y bancarias sobre nuestros activos y pasivos, definiendo claramente nuestros objetivos a largo plazo (por ejemplo: ahorrar para los estudios de nuestros hijos y simplificando nuestra estructura fiscal.
No menos importantes son aspectos como la jubilación planificada: prepararme de tal forma que cuando me jubile mi estilo de vida y el de mi familia reciba el menor cambio posible y en el ámbito de la herencia que le permita organizar todo para que cuando no esté, mi empresa y mi familia reciban mi patrimonio tal y como lo planifiqué.
Corolario: El secreto del éxito en cualquier parte del mundo es saber escoger a las personas que te rodean, especialmente si piensas pedirles consejos personales o financieros.