martes 19  de  marzo 2024
Venezuela

Los soldados también tienen hambre...

Una inflación de tres dígitos es "manejable". Pero una acumulación de cinco dígitos o más, es la anomia, es devastación, es la nada. No sólo la pérdida absoluta del valor de la moneda. Es la escasez total
Diario las Américas | ORLANDO VIERA-BLANCO
Por ORLANDO VIERA-BLANCO

“Si triunfa lo visceral por encima de lo orgánico y racional, la permanencia de Maduro la decretaría la ANC, vía elección de una nueva constitución”

Desde el año 2013 a raíz de la muerte del presidente Chávez y el salto difuso e inconstitucional a Maduro, venimos afirmando que el final de la “V República” (que de república no tiene ni lo etrusco) sería 2018. En el último lustro hemos puntualizado los argumentos que nos condujeron a este pronóstico. Lo hicimos de forma disuelta. Siendo el año del desenlace [2018], queremos concentrar esos argumentos en este texto.

I.- El arrebato electoral a Capriles.

Este evento (2013) dejó claro cómo funciona la dinámica del fraude. Ni tan galáctica o peliculera como imaginamos. Un corrido de militancia roja y verde (Plan República), recorriendo centros electorales y mesas no vigiladas por la oposición, que deja el camino libre para meter el dedo donde les plazca, tanto en el botón, en la tinta indeleble como en las actas, para sumar o restar… De un universo de 37.000 máquinas smartmatic, al menos 5 a 10.000, siempre han quedado a merced del “patrullaje” del PSUV (sin presencia militante de la oposición), contando con un inventario de 2 a 5mm de votos a disposición (más un REP inflado) para hacer su festival de votos asistidos, forzados o resucitados. La lección es que el levantamiento organizado de una red opositora de vigilancia de mesas, contiene y evita la fluidez del fraude electoral. Por eso, a sorpresa de muchos, se obtuvo el resultado electoral de 2015, donde la oposición aseguró 112 escaños en la AN. Lo contrario, la abstención –no sólo de votos sino de militancia– produjo el despojo de gobernaciones y alcaldías, donde a lo sumo estuvimos presentes en 7.000 mesas. En las narices del abstencionismo emocional y febril, zurcieron el gerrymandering (manipulación de circuitos electorales) a placer. Una dinámica reversible, si estamos organizados y unidos.

II.- LA PROTESTA. Un formato vulnerable y errado.

La protesta ciudadana que arrancó desde el año 2001 “con mis hijos no te metas” y siguió en contra de las 40 leyes “habilitadas” de Chávez, más cientos de episodios de resistencia a abusos y despojos, no terminó en 2017 ni la participación significativa de las masas populares, ni con la organización típica de la lucha no-violenta. ¿La razón? La oposición no ha construido un discurso empático que movilice al pueblo más allá de castigar a Maduro, ni ha extendido las redes de resistencia a clivajes territoriales de provincia. Hemos protestado de la Francisco Fajardo a plaza Brión, más Lechería, Guayana o San Cristóbal. Una confrontación sumamente desigual, brutal y temeraria contra un adversario sin escrúpulos, que usa armas de guerra, tanquetas y bombas toxicas, criminalmente. El resultado: pérdidas humanas muy doloras, que sembraron mucho miedo y frustración en la población. Entonces la gente no se cansó. La gente paró porque no querían perder sus vidas ni las de jóvenes inocentes. La protesta no la enfrió la MUD, Borges, Ramos o elecciones regionales. La protesta murió el día que se perdió la fe en un método que trajo derrota tras derrota. Muerte y encarcelados. Ahora la hambruna ha desbandalizado y vandalizado a las masas. Y cuando las masas se rebelan por hambre, no hay fusil que las detenga. También los soldados tienen hambre…

III.- LA INFLACIÓN Y LA NADA

Una inflación de tres dígitos es “manejable”. Pero una acumulación de cinco dígitos o más, es la anomia, es devastación, es la nada. No sólo la pérdida absoluta del valor de la moneda. Es la escasez total. El nihilismo. El caos que desintegra la sociedad. Ante este escenario de anarquización, estallido social, confrontación civil, no hay mando que obedecer, ni autoridad que se imponga. En este punto los dictadores o escapan o se inmolan o negocian salidas refrendarias (aun con vocación fraudulenta). En ese punto estamos (estallido en proceso), y en semanas el caos será indisoluble. ¿Qué soldado le hará caso a Maduro? El que coma al lado de él, que no son más de diez…

IV.- FINAL FELIZ O HISTORIA POSTERGADA

Pero los pronósticos nunca vienen sin imponderables. Tenemos una oposición fracturada y una ciudadanía decepcionada. Esto impide I.-La instalación de una red militante de re-movilización organizada; II.-La solidificación de un consenso político opositor entorno a un liderazgo creíble; y III.-La estructuración de una nueva alianza partidista que conecte con las masas sin dirección. Después de 18 años de tiranía, caos y desmantelamiento republicano, preferimos matar al mensajero. Y en esa liquidación suicida va la última liaison entre pueblo y oposición, clave para alcanzar el poder.

Si triunfa lo visceral por encima de lo orgánico y racional, la permanencia de Maduro intentaría decretarse por la ANC, vía elección de una nueva constitución a la medida de chinos, cubanos, rusos y cleptócratas. Pero el colapso social popular forzaría otra elección: las presidenciales. Un evento ineludible, vigilado (antes o después) por la intervención humanitaria internacional. Maduro activará la trampa. ¡Por lo que dependerá de nosotros cobrar! Las condiciones están dadas para restituir la democracia. La comunidad internacional cabalga esta ruta. Reescribamos nosotros esta historia. De lo contrario también queda claro: en la nada sólo ellos nadan... Y su historia continuará.

@ovierablanco

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