jueves 3  de  octubre 2024
OPINIÓN

Lucha cívica no violenta

El movimiento cívico democrático cubano ha resistido por más de 40 años, ha dejado una huella y una influencia que perdura, a pagado un altísimo precio de sacrificios por amor a Cuba y la libertad

Por Regis Iglesias Ramírez

Le comentaba a un amigo hace unos días de la magnífica exposición sobre la historia cubana republicana y los 65 años de tiranía.

El buen gusto en el diseño con que fue realizada, la abundancia de datos, nombres, eventos y protagonistas de la lucha en las montañas, la clandestinidad, los comandos. También los mártires y héroes asesinados, encarcelados, desterrados e incluso momentos culturales relacionados con la televisión, la radio o las personalidades del exilio, incluido el deporte.

Las réplicas de las celdas de las cárceles cubanas son impactantes.

Pero también le comentaba que la exaltación de tanto valor de muchos que decidieron bien temprano enfrentarse al régimen y pagar un alto precio por la libertad no era completa si por olvido o alguna sin razón que desconozco se excluye de la magnífica muestra los más de 40 años de luchas cívicas de miles de cubanos que con solo el arma de la razón y las ideas, esa fuerza más poderosa del mundo que también en su día y en su propia realidad enarbolaron para transformar no solo sus países sino el mundo, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Lech Walesa, Vaclav Havel, Desmond Tutu y muchos más, también entre nosotros, en nuestra isla y el exilio han enfrentado y continúan haciéndolo contra la tiranía.

Por ejemplo, echo de menos y es una oportunidad perdida para rendir homenaje y dedicar paredes enteras al igual que se hace con organizaciones y luchadores que optaron por el camino armado en décadas pasadas a organizaciones y luchadores que asumieron la lucha cívica no violenta desde finales de los años 70s hasta hoy y han logrado romper la hegemonía del totalitarismo con muchos sacrificios y coherencia.

No se por que no hay una pared dedicada a Ricardo Bofil y el Comité Cubano Pro Derechos Humanos. Fue tal su impacto que por muchos años desde entonces a quienes se unían o creaban muy variados grupos cívicos, no importaba su índole, el pueblo los llamaba ¨los de los derechos humanos¨.

No se por que no hay dedicado una mención a la Concertación y la Coalición, al Concilio Cubano, a Todos Unidos, que unieron decenas y cientos de organizaciones cívicas. Me sorprende que no se resalta la lucha del Movimiento Cristiano Liberación y las muchas iniciativas cívicas que desde 1988 a hasta la fecha, Oswaldo Paya y sus colaboradores han propuesto para devolver el protagonismo y los derechos al pueblo, incluida la simbología de una mano imitando la letra L, de Movimiento Cristiano Liberación y también de Libertad y Vida, como respuesta a socialismo o muerte.

Es una pena que sobre la Primavera de Cuba, aquel momento de esperanza de la mayoría, hasta entonces silenciosa, no se refleje el esfuerzo, la convicción y sacrificios de muchos líderes y activistas que fundaron, junto a cubanos con derecho a voto hasta entonces no comprometidos, más de 120 Comité Ciudadanos en igual número de Municipios de los 176 que cuenta la isla entre 2002 y 2003, pero solo se tenga una simbólica referencia a la escalada represiva que llevó a prisión a decenas de gestores del Proyecto Varela y otros grupos cívicos.

¿Por qué no se recoge la heroica lucha de las Damas de Blanco, la prensa independiente, la diversa sociedad civil que a duras penas hoy sobrevive? ¿Por qué no se habla de la lucha cívica y humanitaria de Jose Basulto y Hermanos al Rescate a no ser solo para recordar el crimen contra sus generosos y valientes pilotos? No vi en el Museo ninguna referencia al trabajo cívico que el Directorio Democrático Cubano ha realizado desde el exilio en apoyo a muchos grupos de oposición cívica interna y de cabildeo internacional denunciando los atropellos del régimen en foros de derechos humanos de Naciones Unidas desde los años 90s.

Me parece bien que se recuerde a varias glorias deportivas cubanas que escaparon de la isla, pero también se debería recordar a las muchas víctimas de aquel sistema opresivo como la escalada represiva de 1982 contra 17 peloteros y entrenadores de la capital de la isla o las cometidas contra otros atletas. El discurso de aceptación del Premio Sajarov, el primero a un cubano, de Oswaldo Paya, ante el Parlamento Europeo, tampoco esta presente, ni una referencia a su lucha, sus ideas, su asesinato.

No hay mucha referencia a los presos del 11 de julio de 2021 y a los que aun desde antes permanecen en en prisión, al Maleconazo, la protesta frente a Villa Marista de los hermanos Azpillaga y tantas otras más protestas cívicas de los años 80s, 90s, 2000 y actuales, a aquellas exposiciones de Pro Arte Libre, las iniciativas dedicadas a los niños del Colegio de Pedagogos en casa de su presidente por muchos años, Roberto Miranda, la visita de Juan Pablo II y la homilía de Monseñor Maurice, porque no solo con violencia se ha combatido aquel régimen de violencia, que ha exaltado la violencia y la ha practicado en Cuba y alrededor del mundo mientras hipócritamente la crítica y denuncia cuándo se ha intentado con el.

La lucha cívica, el movimiento cívico democrático cubano ha resistido por más de 40 años, ha dejado una huella y una influencia que perdura, a pagado un altísimo precio de sacrificios por amor a Cuba y la libertad, ha estado dispuesto a entregar la vida sin reclamar la de nadie a cambio y el ejemplo de Oswaldo Paya, Harold Cepero, Laura Poyan, Orlando Zapata, Armando Alejandre Jr., Carlos Costa, Mario de la Peña y Pablo Morales y muchos, muchos mártires y héroes cubanos más así lo confirman, pese a no tener la mayoría un espacio en la muestra del Museo Americano de la Diáspora Cubana, donde algunos son tratados con justicia, otros sobre dimensionados y muchos ignorados. La lucha cívica contra la tiranía está viva aún y se mueve.

Aún hay espacio físico sin aprovechar en los salones del Museo dedicados a la exposición y supongo que pueda ser dedicado a todas estas ausencias que me parecen importantes de homenajear. Nuestra historia es rica en eventos y personas que son referencia honorable para las presentes y futuras generaciones.. La historia de una nación es obra de todos.

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