jueves 28  de  agosto 2025
Opinión

Se le complican los planes a Maduro

Maduro no se resigna, pero muchos opinan que debería escuchar a Cilia, que hasta a sus hijos los sacó de Venezuela

Diario las Américas | IBÉYISE PACHECO
Por IBÉYISE PACHECO

Suele ocurrir que cuando hasta los amigos abandonan a quien está en el poder es clara señal de que le ha llegado el tiempo del ocaso.

Maduro no se resigna, pero muchos opinan que debería escuchar a Cilia que hasta a sus hijos los sacó de Venezuela.

Recién se ha fugado el bolichico Francisco Convit, operador financiero de los hijos de Cilia Flores quien llevaba cinco meses preso en el Helicoide y al parecer pretendían moverlo al Rodeo. Llegó allí después de una disputa en una cancha de pádel, pero la verdadera razón fue que en sus teléfonos encontraron conversaciones sospechosas de conspiración que Maduro no le perdonó.

Convit siempre ha asegurado que el dinero lo compra todo y los del Sebin dan fe de eso: más de un millón de dólares habría pagado por su fuga. El bolichico se llevó hasta a sus custodios.

Todo esto sucede en medio del operativo puesto en marcha por Estados Unidos que ha logrado acorralar a Nicolás Maduro con la persuasión de la fuerza militar obligándolo a mostrar sus planes de emergencia con países aliados para trasladar efectivo y oro, así como sus alternativas de salvamento para sus familiares.

Son reacciones que desvelan fragilidades y miedos, así como su desprecio al destino de los venezolanos evidenciado en sus intentos de salvarse activando una guerra entre civiles en la que sus bandoleros criminales recibirían armas que utilizarían contra la población.

El jefe del régimen ha pensado que, si él cae, Venezuela debe prenderse por los cuatro costados. El escenario le sirve como venganza ante el desprecio que los ciudadanos sienten por él y, lo más importante, intenta mostrar al mundo que, sin él, nuestro país sería un caos.

Esos rifles y fusiles y quizás hasta misiles, Maduro piensa repartidos selectivamente a los grupos violentos alimentados durante años por la dictadura.

Es un plan de vieja data; basta recordar que el dictador anunció que distribuiría entre 10 y 20 mil armas en los barrios para defenderse del imperio cuando las protestas del 2017. El tiempo demostró que parte de esas armas fueron a las manos de bandas criminales.

Maduro sabe que está en una situación apremiante y que la Fuerza Armada no anda bien. Mientras las deserciones se multiplican, las conspiraciones se reportan diariamente. Hay detenidos en el Comando Estratégico Operacional. Todos sospechan de todos.

La presión sobre los oficiales es tremenda. De hecho, ha trascendido que uno de los investigados es el general Néstor Reverol excomandante de la GNB quien tiene información privilegiada de tráfico de drogas. Extraoficialmente informan que habrían secuestrado a su hija.

Reverol es un caso complejo que, no lo duden, conoce en profundidad los delitos y demás miserias del régimen. Imaginen todo lo que puede saber en su ejercicio en cargos clave tanto en seguridad y justicia como en redes de narcotráfico, al ocupar durante dos años -entre 2008 y 2010- la jefatura de la Oficina Nacional Antidrogas. Por cierto, era del grupo de Tareck El Aissami.

El que parece tener pocas alternativas es Diosdado Cabello. Nadie lo quiere y por eso su destino es atrincherarse, tomando en cuenta que sus antecedentes no son precisamente de valentía.

A Maduro la mayoría de los países de la región lo ven con aprehensión, pero sin embargo alguno como Gustavo Petro mantiene planes con el dictador, como lo es la zona binacional Colombia-Venezuela que resultaría en una franja de resistencia política para que operen la guerrilla y el narcotráfico.

En cuanto a Brasil se ha especulado sobre un posible plan de evacuación militar selectivo en la que Maduro sería extraído de Venezuela y llevado el vecino país para negociar desde allí con Estados Unidos procurando conseguir trato benevolente en el caso de su entrega a la justicia.

Son varios los escenarios, pero ninguno parece inmediato, aunque objetivamente todo ha avanzado velozmente desde el momento en que el gobierno de Estados Unidos calificó al Cártel de los Soles como una organización terrorista.

El Caribe en poco tiempo se convirtió en el anfitrión del despliegue militar más significativo en esa zona en décadas, con la utilización de fuerza naval, aérea y terrestre coordinada en un solo teatro, abarcando mar y tierra desde México hasta Suramérica.

Estas operaciones en sí mismas ya son un durísimo golpe para el Cártel de los Soles que, sin duda alguna, es el núcleo de financiamiento de la dictadura de Maduro.

Y si bien en estas circunstancias es razonable que los venezolanos se llenen de esperanzas, es probable que la salida no se produzca a la velocidad ansiada.

El proceso puede resultar extenso en el tiempo considerando que este operativo militar tiene capacidad y presupuesto para resistir, es decir que puede prolongarse durante meses.

También se ha especulado sobre una posible extracción selectiva de los americanos, considerada la menos probable y de la cual solo nos enteraríamos después de su ejecución. Así que los trasnochos son innecesarios.

Nos corresponde una vez más no perder el foco porque aun cuando la dictadura está en problemas, ellos siempre procuran dividir, sembrar miedo y desconfianza. Toca desechar el desaliento, mantener la mente fría y seguir muy atentos las señales de nuestro liderazgo encabezado por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.

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