lunes 20  de  enero 2025
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The Dead Don't Hurt: la violencia y la belleza del viejo oeste

Ambientada durante los convulsos años de la Guerra Civil de Estados Unidos, la historia nos presenta el romance entre Holger Olsen (Viggo Mortensen) y Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps), dos personas solitarias que no encajan en el pueblo donde viven

Diario las Américas | LUIS BOND
Por LUIS BOND
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De todos los géneros cinematográficos que han contribuido a la evolución y popularidad del cine, sin lugar a dudas, el western se encuentra entre los primeros. Comenzando con la “creación” del montaje paralelo, la cámara subjetiva, el primer plano y el paneo en The Great Train Robbery de Porter, hasta llegar a la era dorada de John Ford, Howard Hawks o Sergio Leone, los áridos paisajes de pueblos fantasmas y sin ley han sido el lienzo favorito de múltiples realizadores para explorar temas tan universales como la venganza, la lucha entre civilización y barbarie, el valor de la amistad y la redención. Paradójicamente, a pesar de estar muchas veces circunscrito a una época específica dentro de la historia de Estados Unidos y a a determinados lugares geográficos, el western ha sabido reinventarse con el pasar de los tiempos y ofrecernos una fuente inagotable de historias. Una de ellas es The Dead Don’t Hurt, la nueva película de Viggo Mortensen, donde el amor y la violencia se baten a duelo en el alma de sus protagonistas.

Ambientada durante los convulsos años de la Guerra Civil de Estados Unidos, la historia nos presenta el romance entre Holger Olsen (Viggo Mortensen) y Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps), dos personas solitarias que no encajan en el pueblo donde hacen vida. Siguiendo con las convenciones del western clásico, Holger y Vivienne tienen que lidiar con las vicisitudes de habitar en un lugar donde todos son corruptos y cualquiera que tenga poder puede hacer lo que desee y salirse con la suya. A pesar de eso, la pareja logra construir su pequeño Paraíso alejados del caos apostando por un futuro mejor. Las cosas se complican cuando Holger debe ir a a la guerra para poder ganarse la vida y tiene que dejar a Vivienne sola en una tierra sin ley por un tiempo indefinido.

Escrita y dirigida por Viggo Mortensen, The Dead Don’t Hurt posee una estructura narrativa atípica dentro del género que aborda. Aunque comienza como el típico western (con un pistolero descargando su arma a diestra y siniestra a todos los que se le atraviesan en el camino), el guion va progresivamente bajando sus revoluciones para presentarnos un shérif viudo que está enterrando a su esposa y renunciando a su trabajo para irse con su hijo “más allá del fin del mundo”. Un setting que fácilmente pudiese sostener toda la película, pero que se vuelve una excusa para arrancar el verdadero desarrollo de la historia a través de una serie de flashbacks donde conocemos a Vivienne (desde su tierna infancia hasta su adultez) y la relación que va construyendo con Holger Olsen en una casita en el medio de la nada. Por supuesto, esta elección no es fortuita y nos permite entender los peligros a los que se enfrenta la pareja, la convulsión de la Guerra Civil y las decisiones que terminan marcando la vida de todos. Esto no solo resignifica el comienzo de la película, sino que le inyecta una dimensión trágica (casi shakespeariana) al tercer acto del guion donde el relato retoma ese ritmo trepidante del western con persecuciones a caballo y tiroteos.

Visualmente hablando, The Dead Don’t Hurt es un homenaje a la belleza y violencia del western. Su registro está más cercano al drama de Unforgiven de Clint Eastwood, pero su estética recoge la poética visual de John Ford. Aunque la dirección de Viggo Mortensen pone el acento en las actuaciones e interacciones entre personajes (que expresan todo a través de silencios o pequeños gestos contenidos), jamás deja de explotar el atractivo visual del paisaje (que sirve como metáfora del universo interior de los protagonistas, como un campo árido que se va llenando de flores mientras el amor transcurre). En este apartado, la cinematografía de Marcel Zyskind (As in Heaven, The Killer Inside Me, Falling) juega un papel clave, creando cuadros imponentes en grandes planos generales valiéndose de la composición, pero también construyendo claroscuros en interiores (sea con luz natural o emulando la calidez de una lámpara de kerosene). Sin importar la locación o el setting, la gran mayoría de los planos de The Dead Don´t Hurt son hermosos. El montaje de Peder Pedersen, aunque mantiene un ritmo interno y externo bastante homogéneo durante el metraje, sabe moverse sin problema entre la languidez del romance y la dureza de la acción (donde la edición se vuelve mucho más dinámica, emulando la distensión y rapidez que caracteriza los duelos entre vaqueros). Por supuesto, la guinda que termina de construir el tempo de The Dead Don´t Hurt es la banda sonora que el mismo Viggo Mortensen compone Prêt-à-Porter para su historia y que mantiene ese halo de sutileza que posee todo el largometraje (donde lejos de resaltar momentos, acompaña casi de forma subliminal, completamente acorde con el feeling de la película).

Como suele ser casi una regla en las películas dirigidas por realizadores que también actúan, las interpretaciones son de los grandes puntos a favor de The Dead Don´t Hurt. Comenzando por su artífice máximo, Viggo Mortensen está, como siempre, inmejorable. Aunque sigue explorando ese registro que le es tan familiar de “hombre duro, pero de buen corazón”, acá reduce sus diálogos al máximo para quedarse con apenas pocas líneas y enfocar toda su potencia expresiva en la mirada y el subtexto que mueve sus acciones. A su lado, Vicky Krieps está de lujo. De hecho, ella es quien lleva buena parte de la película en sus hombros y su personaje atraviesa toda una montaña rusa de experiencias que van desde lo más tierno hasta el horror del estupro. En cada escena consigue un magnifico equilibrio entre la fragilidad y sutileza femenina y el carácter fuerte e implacable de una mujer que vive en el Viejo Oeste. Danny Huston y Garret Dillahunt, aunque poseen intervenciones puntuales, encarnan todo lo que está mal en el pueblo y con un par de diálogos nos revelan las relaciones de poder entre todos. Por último, la gran sorpresa del largometraje es Solly McLeod quien da vida al gran antagonista de la historia, un tipo mimado y violento que se comporta como si fuese el dueño del lugar (amparado por una suerte de patente de corso que lo pone por encima de la ley y le da permiso de hacer lo que sea y salirse con la suya). Un personaje que es imposible no odiar y que pone al protagonista en una encrucijada que hará que el público se cuestione el rumbo de la historia (confrontándonos con el dilema entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer).

The Dead Don’t Hurt es la clara definición del término “cine de autor”. Viggo Mortensen escribe, dirige, produce, actúa y hace la banda sonora de la película, poniéndole su impronta a cada detalle dentro de ella (como la inclusión, casi subliminal, de los colores de su equipo de fútbol favorito o el guiño a la espada de Aragon en The Lord of The Rings). A pesar de tener de telón de fondo un setting tan marcado como lo es el western, logra valerse de él como una excusa para contar una historia universal sobre la soledad, el amor, la búsqueda del Paraíso perdido y el olvido. Sus paisajes áridos, antagonistas corruptos, la violencia desmedida, los fantasmas de la guerra y la tragedia coexisten con la pureza del amor y la posibilidad de siempre volver a empezar. Lecciones que siempre se agradecen en un mundo donde el horror y la belleza están a la orden del día.

Lo mejor: las actuaciones de Viggo Mortensen, Vicky Krieps y Solly McLeod. El desarrollo del conflicto que plantea y el juego de perspectivas a través de los flashbacks. El clímax y la resolución de la historia.

Lo malo: aunque posee todos los elementos típicos del western, la película se desarrolla y tiene un tempo más cercano al drama que otra cosa (así que los que esperan persecuciones, duelos y demás quedarán descolocados).

Sobre el autor:

Luis Bond es director, guionista, editor y profesor. Desde el 2010 se dedica a la crítica de cine en web, radio y publicaciones impresas. Es Tomatometer-approved critic en Rotten Tomatoes (https://www.rottentomatoes.com/critics/luis-bond/movies ). Su formación en cine se ha complementado con estudios en psicología analítica profunda y simbología.

Twitter (X), Instagram, Threads, TikTok: @luisbond009

Web: www.luisbond.com

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