CARACAS.- Una nueva “Toma de Caracas”, es decir una gran marcha pero esta vez dirigida a los “centros de poder”. Esta es la respuesta que la oposición venezolana dará en caso de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se atreva a suspender el proceso de activación del referendo revocatorio previsto para los próximos 26, 27 y 28 de octubre, pero en el supuesto de que ese fallo se produzca una movilización masiva servirá para revertirlo o para alguna otra cosa que facilite el cambio político que el antichavismo aspira.
Para el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Católica Andrés Bello, Juan Manuel Track, sí, pero siempre y cuando se cumplan algunos requisitos. “La protesta tiene que ser sistemática y desafiante para el poder, porque si no hay una sistematicidad y si no es desafiante no va a surtir efectos. ¿Qué efectos? ¿Una renuncia? ¿Un golpe? No, pero sí se podrían producir rupturas en los grupos de poder o factores que respaldan al Gobierno y ello podría provocar que se abra una negociación para buscarle una salida a la crisis”.
Tras afirmar que es necesario ejercer un liderazgo e informar a sus simpatizantes sobre el objetivo de la movilización, el analista recordó que casos en el mundo y Venezuela donde la presión callejera provocaron cambios en la situación política. “Los regímenes comunistas de la Europa del Este se transformaron en democracias gracias a las movilizaciones lideradas y con objetivos claros y en 2003 y 2014 las protestas obligaron al chavismo a sentarse a dialogar, aunque ambos procesos no dieron los resultados que se buscaban en buena medida por fallas de la oposición y por la habilidad demostrada por el oficialismo”.
Asimismo hizo votos porque la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) haya aprendido de lo ocurrido luego de la marcha del pasado 1 de septiembre y que no cometa los mismos errores. “La oposición tuvo la oportunidad para exigir unas mejores condiciones para recabar el 20% de las firmas para activar el revocatorio, pero no la aprovechó. En lugar de realizar movilizaciones sistemáticas para presionar al Consejo Nacional Electoral (CNE) optó por desmovilizar y realizar unos actos casi simbólicos que no tuvieron impacto”.
También crítico con la estrategia opositora se mostró el psicólogo social de la Universidad Central de Venezuela, Ricardo Sucre, quien afirmó que “la Mesa comenzó tarde a formar la fuerza social interna para respaldar el revocatorio”. Sin embargo, no descartó que una nueva jornada de movilizaciones callejeras pueda favorecer la celebración de la consulta. Eso sí, llamó a que sea pacífica para que pueda cumplir los objetivos.
“En el caso venezolano las movilizaciones populares muchas veces lo que han hecho es extremar las posiciones y abrir las puertas a más violencia política y a la represión”, dijo.
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Una mujer sostiene un cartel a favor del revocatorio contra Nicolás Maduro en la "Toma de Caracas".
EFE
El expresidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ya acusó a la oposición de querer “incendiar” el país y afirmó que harán respetar el dictamen del TSJ. “Por las malas no van a poder, y aquellos que cometieron el gran fraude de firmas les caerá la justicia (…) su naturaleza es la de la mentira, pero nosotros vamos a exigir que se cumplan las leyes por eso es que en el 2016 revocatorio no hay, y al paso que vamos en el 2017 tampoco va a haber”.
A pensar otro tipo de protesta
Sin que el TSJ se haya pronunciado la oposición calienta motores y hoy tiene previsto realizar concentraciones en los 1.356 centros que el CNE abrirá los próximos 26, 27 y 28 de octubre, para que la oposición busque las 3,8 millones de firmas necesarias para activar el revocatorio.
La diputada opositora Adriana D’Elia explicó que la actividad tiene por propósito que “los votantes sepan dónde tienen que firmar y además constituir un voluntariado en cada centro que permita ayudar a que el proceso fluya lo más rápido posible”.
Track, por su parte, propuso a la MUD estudiar el tipo de movilización que tiene pensado ejecutar. “Las grandes movilizaciones no pueden ser la única medida. La MUD puede hacer otras cosas para movilizar a favor del revocatorio y calentar la calle tales como pancartazos o pintar graffitis, pero nada de eso se ha visto aún”.
Por su parte, Sucre llamó a la oposición a presentar un mensaje de futuro. “No basta con decir que no hay medicinas o comida, eso ya la gente lo sabe se requiere de un mensaje que haga que la gente quiera romper con el status quo”.
Asimismo el experto consideró que el acompañamiento a la protesta social es mucho más eficaz. “No hay condiciones para una protesta insurreccional que fuerce la salida del Gobierno parecida a la que ocurrió el 23 de enero de 1958 (caída de la última dictadura militar venezolana) y la MUD no tiene fuerza para aplicarla. El acompañamiento a la protesta social es más eficaz, pero aquí habría que preguntarse si la Mesa tiene la capacidad para, por ejemplo, acompañar a los transportistas en sus reclamos por repuestos o la inseguridad y así a otros sectores. Este tipo de protestas muchas veces tiene mayor impacto que las políticas y el Gobierno ha demostrado que las escucha”.
De cada 100 protestas que se producen en Venezuela 18 tiene motivos políticos, mientras que el resto son en rechazo a la escasez de alimentos y de medicinas, en demanda de una vivienda, por mejoras salariales, contra la inseguridad o por una educación de calidad, de acuerdo con el último informe del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), el cual reveló que en agosto el número de protestas creció un 15% en comparación el mismo mes del año 2015.
FUENTE: Especial