
La sede de la iglesia católica en Venezuela no informó sobre la fecha exacta de la ceremonia de beatificación aunque detalló que será a finales del mes
La Arquidiócesis de Caracas, Venezuela, informó este domingo 24 de enero que el acto de beatificación del doctor José Gregorio Hernández se realizará a finales del mes abril, aunque hasta el momento se conoce la fecha exacta.
“Cada vez más cerca de los altares. El acto de beatificación del doctor José Gregorio Hernández será a finales del mes de abril. El papa Francisco firmó el decreto en junio de 2020“, dijo la jurisdicción religiosa en un mensaje difundido a través de la red social Twitter.
Honegger Molina, sacerdote y periodista, dijo que Venezuela este año abrirá las puertas a la esperanza y a la alegría con la figura del futuro beato, fallecido en 1919.
Un vida dedicada a la bondad
150 años han pasado desde que José Gregorio Hernández llegara al mundo. Nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, un pueblo andino ubicado en el estado Trujillo, en el occidente de Venezuela; su padre era un farmaceuta, –en esa época muchas veces éstos fungían como doctores– y su madre era ama de casa. A la edad de 13 años, Hernández deseaba adoptar el Derecho como carrera profesional, pero es su madre quien lo convence de estudiar Medicina.
Se traslada a la Caracas para cursar bachillerato en el Colegio Villegas para luego comenzar su carrera en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Tras culminar estudios, Hernández recibió una beca para formarse en Europa, específicamente en París, donde se cultivó en otros campos de la medicina como bacteriología, patología, microbiología, histología y fisiología, a su regreso funda el Instituto de Medicina Experimental –primero en Latinoamérica–, varias cátedras de medicina además de el laboratorio del Hospital José María Vargas, donde se convertiría luego en jefe del nosocomio.
Luego, ingresa como individuo de número en la Academia Nacional de Medicina, como uno de sus fundadores. En 1909 renuncia a su labor y se traslada a Italia para ingresar en el monasterio de la Cartuja como Fray Marcelo. Su condición física lo hace retornar a Venezuela para continuar ejerciendo como médico. Luego vuelve en 1914 a Roma, ingresa en el seminario, pero debe renunciar tras experimentar síntomas relacionados con la tuberculosis. Falleció en Caracas en 1919, después de ser atropellado por un automóvil, cuando se dirigía a atender a una enferma.