SANTO DOMINGO.- El expresidente dominicano Hipólito Mejía (2000-2004) dijo este lunes que está dispuesto a retirarse de la vida política y entregar su patrimonio al Estado, si alguien prueba que haya cometido algún acto de corrupción en sus funciones públicas o en sus actividades empresariales.
Mejía formuló su reto al final del discurso que dirigió al país, para fijar su posición en torno a lo revelado por la constructora brasileña Odebrecht, de que pagó 92 millones de dólares en sobornos en esta nación para adjudicarse licitaciones de infraestructuras públicas entre 2001 y 2014.
"Reto a cualquier persona, que si puede demostrar de manera cierta y veraz, que en el ejercicio de mis funciones públicas o en mis actividades privadas, tanto mi esposa, mi hermana y mis hijos, como yo, cometimos algún acto de corrupción, estaría en disposición de retirarme de la vida política y entregar mi patrimonio al Estado", expuso el exjefe de Estado.
En su alocución, Mejía defendió la forma en su Gobierno manejó dos proyectos de construcción en los que estuvo involucrada Odebrecht, al tiempo de asegurar que los gobiernos del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se ha "dilapidado" una parte importante del patrimonio público.
"Esos actos de corrupción han sido cubiertos por un manto de impunidad, mediante el control de la justicia, para asegurar el blindaje a los funcionarios corruptos", dijo.
De acuerdo a Mejía, los primeros actos de supuesta corrupción cometida por el PLD se produjeron durante el Gobierno del expresidente dominicano Leonel Fernández (1996-2000), con la privatización del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE), y la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde).
"En el país hay un largo rosario de casos de corrupción que han sido soslayados para proteger a funcionarios de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana que han cometido actos dolosos", afirmó.
En cuanto a los proyectos de Odebrecht durante su administración, el exgobernante detalló que uno de ellos fue un acueducto cuyo contrato ejecutó el primer Gobierno de Fernández y que él le tocó iniciar y dejar bastante avanzado, aunque no lo inauguró.
La segunda obra fue una hidroeléctrica que negoció con Odebrecht, pero que no inició porque en esos momentos estaba en campaña electoral y no le pareció prudente acometerla en medio de ese proceso.
El exmandatario dijo, además, "que doy todo mi apoyo a la movilización constante y pacífica de la ciudadanía, como ocurre en todo el país".
Mejía sustituyó a Fernández en 2000 y perdió la reelección ante este en 2004. Fernández gobernó hasta 2012, cuando entregó el poder al presidente dominicano, Danilo Medina, quien derrotó a Mejía en las urnas y se reeligió en mayo pasado.
Al final de su discurso, el expresidente insinuó que su postura de enfrentar la corrupción fue la causa que le impidió regresar al poder en 2012, debido a su posición "intransigente" contra ese flagelo, "y mi actitud de no hacer concesiones a quienes perseguían un pacto de impunidad".
El viernes pasado un juez dominicano declaró como "inadmisible" un acuerdo que alcanzaron la Procuraduría General de la República y Odebrecht, mediante el cual la constructora accedía a devolver al país 184 millones de dólares, el doble de lo que reveló pagó en sobornos.
Tres días después, el presidente Medina dijo en su rendición de cuentas desde la Asamblea Nacional, que todo aquel involucrado en el esquema de corrupción de la transnacional brasileña será sometido a la Justicia, al asegurar que en su Gobierno no hay "vacas sagradas", y que confiaba en que las investigaciones sobre el caso llegarían "hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga".
FUENTE: EFE