jueves 28  de  marzo 2024
Panamá

"Sé que me odia, no sé por qué", dice Martinelli al juez de Garantías

En una intervención durante la audiencia de acusación por el caso de las escuchas, Martinelli afirmó que se sentía físicamente muy mal y que estaba casi "que teniendo un infarto", pero que pese a ello fue trasladado a la sede de la Corte Suprema de Justicia para la diligencia

PANAMÁ.- El expresidente Ricardo Martinelli le dijo este lunes al magistrado juez de Garantías de la causa de las interceptaciones ilegales en su contra, Jerónimo Mejía, que sabe que lo "odia" pero desconoce la razón, aunque no cree que le desee "la muerte".

En una intervención durante la audiencia de acusación por el caso de las escuchas, Martinelli afirmó que se sentía físicamente muy mal y que estaba casi "que teniendo un infarto", pero que pese a ello fue trasladado a la sede de la Corte Suprema de Justicia para la diligencia.

"Yo no creo que usted desee mi muerte, se que me odia, no sé por qué", expresó el expresidente, al desacreditar la opinión del médico de la cárcel donde está recluido desde que fue extraditado por Estados Unidos el pasado 11 de junio, y quien tras realizarle una serie de exámenes este lunes decidió que su vida no corría peligro y podía afrontar la audiencia.

El médico de la prisión El Renacer "yo sospecho que trabaja para el Consejo de Seguridad (...) aquí están falseando" los resultados de los exámenes "los médicos del Sistema (Penitenciario) y demando tener un médico de cabecera (...) verdaderamente no me siento bien", dijo el expresidente, de 66 años.

Por su parte, el magistrado juez de Garantías respondió que en su "corazón no hay cabida para esos sentimientos", en relación al odio alegado por Martinelli, y añadió que ha recibido informes médicos de "servidores públicos que en principio no tienen por qué pegar mentiras".

Esos informes, explicó el magistrado juez, indican que "desde el viernes el señor Martinelli había dejado de tomar sus medicamentos" que también se encuentra "en una especie de huelga de hambre", y que presentó una "arritmia" que "se subsanaba si se tomaba la medicina que se ha negado" a ingerir "incluso este lunes " lunes.

En ese sentido, el magistrado fiscal del caso, Harry Díaz, reclamó que la defensa insista sistemáticamente en el tema de la mala salud de Martinelli, más cuando "se induce a sí mismo" la desmejora física "con la falta de toma de medicamentos y alimentos".

Díaz se preguntó si lo que pretende la defensa es que "no se haga audiencia nunca porque nunca va a estar bien de salud" Martinelli, lo que, añadió "es inadmisible".

Tras escuchar en la audiencia al médico general que trabaja en la cárcel, el juez de Garantías afirmó que la opinión del galeno "dice que no tiene" alguna dolencia "que comprometa la vida del señor Martinelli" y "su situación es una de aquellas que permite que esté presente", por lo que dio continuidad a la audiencia.

Esta audiencia de acusación comenzó pasadas las 18.00 hora local (23.00 GMT), nueve horas después de lo programado, dada la negativa de Martinelli de asistir por considerar que el Supremo ya no es competente para ver su caso porque presentó su renuncia como diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen).

"Esta no es una corte válida (...) me siento un perseguido político", reiteró este lunes en la audiencia de acusación el ex jefe del Estado que, junto a su defensa, espera que el proceso por las interceptaciones ilegales pase a un tribunal ordinario.

Varios abogados querellantes sostienen que hasta tanto el Parlacen no informe oficialmente que Martinelli no es más diputado el escenario jurídico del expresidente es el mismo.

Martinelli presentó este lunes una nueva carta de renuncia al Parlacen a través de un apoderado legal, para que su caso sea dirimido en un tribunal ordinario y no en el Supremo.

La misiva, publicada por los medios locales, fue entregada en la subsede del ente regional en Panamá y en ella figura como representante legal del exmandatario uno de sus hermanos, Mario Martinelli.

El expresidente panameño se enfrenta con una pena de hasta 21 años de cárcel por los 4 tipos penales que involucra el proceso de las interceptaciones ilegales durante su mandato (2009-2014), de acuerdo con el escrito de acusación del magistrado fiscal.

El exgobernante se fue de Panamá el 28 de enero de 2015, el mismo día que le fue abierta la primera de cerca de 10 causas penales por el Supremo, aunque solo podrá ser procesado por las escuchas ya que fue extraditado bajo el principio de especialidad previsto en un tratado bilateral de 1905.

FUENTE: EFE

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