Si abre una lata de atún o de algún otro alimento procesado y sólo consume la mitad, no guarde el resto dentro de esa misma lata en la nevera. Es fundamental colocar lo que quiera conservar en otro recipiente, idealmente, en algo de porcelana, plástico o vidrio y que tenga tapa.
Según un reporte de la agencia dpa, las frutas y los tomates, como otros alimentos ácidos, reaccionan muy rápidamente al metal de la lata. Lo mismo sucede con los hongos, que si se los deja en una lata, se puede alterar el sabor.
Además, es bueno observar cómo es el sellado de estos productos. Si la tapa de un frasco, por ejemplo, no está cerrada al vacío, mejor no ingerir la conserva. Lo mismo se recomienda si el líquido de la lata o del frasco tiene un color extraño.
En el caso de las frutas y las legumbres, algunos conocedores recomiendan conservarlas en los estantes o niveles intermedios de las neveras, porque dicen que ahí sobreviven mucho más tiempo.
En las gavetas inferiores del refrigerador se recomienda guardar, por ejemplo, las cebollas que ya están cortadas (pero después de envolverlas con plástico).
Este compartimiento, en realidad, fue desarrollado para almacenar los productos que tienen un olor muy fuerte y evitar que aromaticen a los otros.
FUENTE: REDACCIÓN
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