La paisajista Daniela Toman asegura que incluso en los jardines pequeños hay sitio para darse todos los gustos.
La paisajista Daniela Toman asegura que incluso en los jardines pequeños hay sitio para darse todos los gustos.
Si usted le da importancia al momento de relajarse, una buena opción será el hidromasaje, que será suficiente para encontrar el descanso y relajar los músculos al llegar a casa. Pero si le interesa nadar un poco, también existen otras alternativas.
En ese caso, los especialistas recomiendan una piscina de al menos 2,50 metros de ancho. ¿Y el largo? Hoy existen equipos contracorriente, que sirven precisamente para practicar natación en espacios reducidos. Es decir: el largo de la piscina puede variar. Pero sí se recomienda que la profundidad sea al menos de 1,50 metros.
Desde luego, si uno se decide a instalar una piscina en un jardín pequeño deberá tener en cuenta que tendrá una presencia muy fuerte en la impresión general, por eso se recomienda pensar cómo integrar ese elemento a su entorno, incorporando plantas a un lado.
Incluso se puede colocar una cuenca para plantas acuáticas que esté conectada con una pared de vidrio con la piscina a nivel subacuático. Esa opción se puede barajar cuando la piscina es natural, ya que las plantas no sobrevivirían en una cuenca que tuviera contacto con agua tratada con cloro.
Si se decide por un estanque, hay plantas que pueden asumir la limpieza del agua. Un ejemplo es la nymphea, que le suma un aspecto estético interesante al lugar, y otro, una variedad conocida como rizos de agua.
Este tipo de piscinas naturales están muy en boga. Sólo es necesario tener en cuenta ciertos recaudos, como limpiar con regularidad la delgada capa biológica que se genera con el tiempo en los bordes. Pero claro, lo "natural" suele dar un poco más de trabajo y no es para todos, sobre todo considerando que también puede resultar atractiva para los sapos, que no son el compañero favorito de cualquier a la hora de practicar natación.
Quien quiera nadar en agua absolutamente limpia debería instalar una piscina de agua con cloro.
De todos modos, se puede rodear la piscina con algunas plantas que le darán un carácter más natural. Las typhas, los juncos o el miscantus sinensis pueden darle al jardín una nota muy natural.
El color de la piscina también será decisivo: los tonos oscuros suelen generar un reflejo más bien turquesa, mientras que un fondo de gris claro genera un color más mentolado.
Además, existen algunos trucos tecnológicos que le suman un valor añadido a la piscina. Un ejemplo son los protectores de superficie móviles, que pueden ser utilizados como techo cuando están abiertos y como protección para sentarse en el agua cuando están cerrados.
De todos modos, no hay que engañarse: aunque la piscina vaya a ser pequeña, no necesariamente será económica, ya que el diseño individual y la integración de ese espacio en el jardín pueden llevar a que el mini-paraíso sea bastante costoso.
FUENTE: DPA