Durante su paso por la Ciudad del Sol, conversó con Diario Las Américas sobre este lanzamiento y sobre el momento actual de su carrera. Reafirmando que la música tropical sigue vigente y evoluciona sin perder su esencia.
¿Cómo se presenta la idea de crear No te Veo que ya está dando muchísimo de qué hablar?
Surge en una fiesta en Puerto Rico que se llama la Fiesta de la Calle de San Sebastián, LasSanse que se da en enero, cerrando Navidad, que es algo muy importante. Yo estoy en la tarima y veo a la gente con los celulares, y se me ocurre el corito: “¿Dónde estás que no te veo?”, y empiezo a vacilar con la gente y conecto. Mi hija y mi esposa, que están en el público, se dan cuenta y me dicen: “Tienes que hacer una canción con eso”. Yo no creía, ¿verdad?, porque las que tuvieron la fe fueron ellas, pero así se dio. Y cuando hacemos la canción, se vio de repente que los músicos y todos los que participaron en el proceso de grabación se fueron contagiando con la letra, hasta que logramos buscar una idea que pudiera unir el deporte, ampliar más la canción, y creamos un videoclip. Fue entonces que pusimos al equipo de baloncesto superior nacional de Puerto Rico, Los Criollos de Caguas, en el video con nosotros y logramos una gran conexión.
¿Cuál ha sido el impulso de tu familia para lograr todos tus éxitos y seguir en la industria musical ?
Llevaba 22 años con la agrupación Grupo Manía, que creamos juntos con mis hermanos, donde tuvimos un montón de éxitos. Y luego de eso, yo tuve un desgaste, porque me sentía un poquito cansado. Tal vez estar con mi esposa y mis hijos o algo me pasaba, que no tenía ese deseo de continuar. Y en ese interín, cuando ya estoy fuera de la agrupación, mi esposa y mis hijos me ayudaron y me decían constantemente: “Tú puedes hacerlo, date la oportunidad”.
Y me di la oportunidad. Ya llevo 10 años como solista, más los 22 que estuve en Grupo Manía, y la verdad, no me arrepiento, porque trabajar con ellos es una bendición. Porque estoy trabajando, pero ando con ellos, en el vacilón, que si nos perdemos con el GPS… y todas las cosas que nos pasan las disfruto mucho. Es un sueño hecho realidad.
El video tiene un concepto muy diferente, mezclando música con deporte. ¿Cómo se dio esa colaboración con los Criollos de Caguas y por qué decidiste filmarlo en el Coliseo Roger Mendoza?
Yo quería hacer un video de esconderse, que saliera, y mis hijas me dijeron: “Papá, tenemos que hacer algo que no sea en tu género, que todo el mundo no lo haga y que tenga que ver con tu aportación social”. Y a mí me gusta siempre unir y sumar. Y ellas se dan a la tarea de algo que yo nunca me hubiese atrevido: hablar con la gerente general del equipo. Todas las personas le dijeron que sí. A los jugadores los hicimos bailar, ellos a mí me hicieron jugar, las porristas hicieron… se pasaron, hicieron un trabajo espectacular. Y yo entiendo que esa idea fue genial. Cumple con el propósito que queremos hacer de mente sana, cuerpo sano, traerles una válvula de escape a lo complicado y convulsionado que está el mundo. Que se viera más gracioso de una manera seria y que aportará. Eran muchos componentes que queríamos poner ahí. Yo entiendo que, bajo la visión de que mis hijas pensaran de esa manera y yo aceptara el reto, dimos en el clavo, porque se nota dondequiera que voy a presentar el tema, y en los comentarios que están dentro del video. Y es exactamente lo que estábamos buscando.
¿Qué fue lo que más disfrutaste de esta producción y cuál fue el mayor reto que enfrentaste?
Fue súper divertido hacer el proyecto con ellos. Que me tocara jugar fue algo con lo que me divertí cantidad a la hora de grabar el video, pero uno de los retos más importantes fue llegar con un coro al estudio, ponerle un beat al coro, dos acordes: tónica y dominante, y uno menor para que se pudiera llegar y poder crear una historia con el coro de No te veo. Ahí le añado otros coros, le añado la historia y los soneos, y todo eso fue improvisado. Traté de improvisar varias veces para sentirlo, y según yo lo sentí, estoy viendo que la gente también lo está sintiendo.
¿Qué representa para ti que No Te Veo fuera escogida en algún momento como la canción oficial de las Fiestas de la Calle San Sebastián?
La canción nació allí. Incluso, cuando yo iba en el camión saliendo, ya la gente estaba tarareando: “¿Dónde estás que no te veo?”. Para mí, eso sería un premio gigantesco. Si eso pasa el año que viene, yo me muero por eso.
Has dicho que este proyecto es también un gesto social en apoyo a los atletas. ¿Qué mensaje esperas que la gente reciba al verlo?
Yo trato de traer aquí un poco de jocosidad, algo cotidiano, algo bien lindo, bien liviano en cuanto a coro, y mucha sabrosura rítmica, buscando mi personalidad, que yo trato de ser lo más jovial posible. O por lo menos, es lo que intento hacer cuando me levanto todos los días. Y unirlo, además, con esa mentalidad, tratar de sacarlos con una válvula de escape de ese coraje que está viviendo la gente por cuestiones políticas, personales, económicas… tratar de ponerlas a un lado, más pequeñitas, y desarrollarnos en lo que es vivir un día feliz. Y la letra no te ofende. Tú puedes limpiar la casa, andar en el tranque con esa música y te vas a divertir.
Pasaste más de dos décadas como vocalista principal de Grupo Manía. ¿Qué recuerdos atesoras de esa etapa y qué aprendiste que hoy aplicas como solista?
Es como una universidad. Ahí yo comienzo a ser productor, comienzo a expresarme como cantante y comienzo a desarrollar el arte de la improvisación en la agrupación. Y son los factores determinantes que crearon el personaje de Oscarito, que es un personaje bien orgánico que nace de esa agrupación. Hoy en día, cuando yo miro hacia atrás y recuerdo todos los chistes, el vacilón, la creatividad que teníamos… Y me acuerdo de la formación que teníamos para hacer los bailes, que era muy riguroso para hacer una presentación que tiene un estándar y un marco que tiene que cumplirse. Y eso es muy interesante y me encantaba mucho. Lo disfruté mucho. Y hoy en día, para mí es más sencillo, porque estoy solo y soy quien dicta lo que se tiene que hacer.
En tiempos donde predominan los ritmos urbanos, ¿cómo logras mantener al merengue vigente y atractivo para las nuevas generaciones?
Hay que irse atemperando a los tiempos. Los tiempos ahora son más digitales, estamos más en los streaming y hay que ver cómo tú conectas con las personas que están ahí. Ahí tienes personas que nunca van a conectar con el género, y gente que son los tuyos. Tienes que saber buscar tu nicho. Yo creo que atemperarse a los tiempos ha sido una de las bases fundamentales donde ha tenido vigencia el proyecto como tal. Incluso, las nuevas generaciones que están trabajando el género también están naciendo dentro de este proyecto. Es cuestión de calma. De seguir trabajando. Es como una bola de nieve que va creciendo, y yo lo veo en crecimiento en los últimos tiempos, bastante grande.
Fuiste nominado a los Latin Grammy. ¿Qué significó ese reconocimiento en esta fase independiente de tu carrera?
Yo trabajo para divertirme, para gozar, para un propósito de vida: que la gente siempre que me vea se ponga contenta, o por lo menos, tratar de hacer que su vida sea más placentera sin esperar nada a cambio. Pero yo recibo de repente esa notificación, y gracias a todo el equipo de trabajo que hizo lo posible para que yo lograra esa nominación, y caminar en la alfombra por primera vez en mi vida con mi esposa. Yo hablaba más de ella que del premio, porque la emoción mía de estar con ellos era más grande, porque el premio más grande que yo tuve fue caminar en esa alfombra con mi esposa. Y al tener esa medalla, eso queda ahí marcado de por vida, que esa producción tuvo el amor y el cariño de ser nominada, y eso para mí es muy importante.
“Que Loco” se ha convertido en parte de tu identidad artística. ¿Cómo nació ese apodo y cuánto refleja realmente tu forma de ser?
Me define totalmente. Yo soy así, de loquito. Soy como el rapidito, y siempre estoy en la evolución, loco por hacer algo, loco por empezar y por terminar todas las cosas. Una vez fue una señora a ver a mi mamá, y en esa visita le dice: “¿Los nenes están bien, Doris?”, y ella le pregunta: “¿Y el loco?”, y mami le dice: “Míralo ahí”. Y ahí yo me quedé como “el loco”. Luego de eso, yo decía: “¡Qué loco!”, con la voz más gruesa. Y mi niña pequeña, yo la oí que estaba tratándolo de decirlo, pero estaba bien pequeñita. Yo la miro y le digo: “¿Qué loco?”,y ella me mira y me dice: “¡Qué loco!” pero finito, con la lengüita para arriba, y eso me dio mucha gracia. Y empezó a decirlo diferente, y se reían un montón los niños. Vamos al estudio, y tenía eso en la mente, lo grabé, ¡y se quedó de por vida!
Además de este sencillo, ¿qué otras producciones o lanzamientos tienes planificados antes que finalice este año?
Estoy seguro que antes que cierre el año, yo voy a hacer un corte más de esta producción, que debe salir en el 2026. En los primeros meses del 26 esta producción debe estar terminada. Es una producción muy ambiciosa, por eso estoy tan lento con ella. Pero este es el primer corte de esa producción. Yo tengo el tema, pero no lo quiero decir. Pero tengo una carta debajo de la manga que es interesante. Es lo que viene luego de este tema, para cerrar lo que es Christmas y todo eso que está en proceso. Pero vienen unas 11 o 12 canciones, artistas invitados...
¿Tienes colaboraciones en camino con artistas de otros géneros?
Exactamente, con estos dos géneros: tropical y urbano. Y yo creo que un poquito más allá. Todavía es muy temprano para decir con quienes, pero estamos jugando con nombres de artistas importantes, tanto de Puerto Rico como de Colombia, de Venezuela y República Dominicana.
Has recorrido gran parte del mundo con tu música. ¿Cuál es ese escenario o país en el que todavía sueñas presentarte?
Una vez estuve con Elvis Crespo en el hotel Río, en Las Vegas. Me gustaría trabajar en esa plaza de nuevo, porque fue algo que me impresionó mucho. Tanta cultura, tanta gente de diferentes países… eso me llenó el corazón. Aunque aquí, en Miami, me gustaría hacer un concierto —eso está en negocio ya— pero Miami es uno de los lugares que, sin duda alguna, quiero hacer. Cuando se hacían conciertos grandes en el Madison Square Garden, de la ciudad de Nueva York, ese recuerdo lo tengo en mi corazón. Y a mí me gustaría volver a repetir.
¿Cómo describirías esta nueva etapa de Oscarito Serrano y qué puede esperar el público de ti en lo que viene?
Hay un cambio significativo. Estamos tratando de llevarlo más para que la gente me conozca más. En vez del loco que brinca y salta, que me conozca mi registro vocal, una amplitud más, y un poquito más profundo en cuanto a letra se refiere. Ya he hecho muchas canciones de calle, que las tengo en mi repertorio, que siempre van a estar y van a ser recurrentes. Pero en esta producción, yo voy a abrirme más a eso. Mi capacidad musical cada año va creciendo, y tengo mucha inquietud por hacer mucha música. En esta producción van a encontrar que la musicalidad se va a expandir un poco más, pero sin perder el patrón rítmico para el bailador.
¿Qué mensaje le envías a toda esa gente que te sigue, te quiere y espera seguir bailando merengue?
Vamos a decirle a todos: Levántate todos los días. Busca la forma de ser feliz como quiera. No importa lo que tengas en tu vida, tú levántate cada día, porque cada día es un regalo de vida. Levántate sonriendo y busca la manera de que, no importa quién sea, la primera persona que tú veas en el día, sonría por ti. No que se sonría de ti, que son cosas bien diferentes. Busca hacer eso todos los días, y te vas a encontrar con que en el mundo se te van a abrir todas las oportunidades, y todas las cosas van a ser más fáciles.