sábado 4  de  octubre 2025
RESPUESTAS

Baby of de Year, ¿concurso que promueve a bebés como embajadores de filantropía?

Respaldado por celebridades y con fines benéficos, promete $25.000 al ganador y emociona a miles de familias que a la vez se cuestionan la plataforma

Por Darcy Borrero Batista

Especial

MIAMI. -Sloane Maya tenía solo siete meses cuando recibió el título de ‘Bebé del Año’ 2024 y se convirtió en la primera ganadora de un certamen que cuenta con el respaldo de celebridades como Jessica Alba, Paris Hilton y Kelly Rowland.

Nacida mediante cesárea de emergencia en Los Ángeles, después de que sus padres Krystal y Robert atravesaran desafíos de fertilidad, fecundación in vitro y la leucemia de Krystal, la “bebé milagro” no solo ganó 25.000 dólares. Sino que se volvió el rostro de una millonaria campaña de recaudación de fondos para un proyecto colosal de donaciones a bebés que nacen en familias de bajos ingresos en todo Estados Unidos y gran parte de Canadá, donde no son la mayoría pero existen.

A este punto, ni la presencia de una figura como Alba ni la incorporación de Hilton y Rowland han logrado zanjar de una vez la cuestión de si Baby of the Year es todo lo justo que los padres estadounidenses y canadienses querrían que fuese. Ni la imagen misma de la niña Sloane Maya, ni su historia de supervivencia convencen del todo a algunos, aún incrédulos que llegan a decir que, de haber sabido que era un concurso básicamente para recaudar fondos, no habrían inscrito a sus bebés. La realidad es que, a simple vista, unos pueden interpretar falta de transparencia, si no leen la letra pequeña del concurso, disponible en la plataforma misma en la sección de “blog” y en “rules/reglas”.

En 2025, decenas de miles de padres, siguiendo los pasos de aquella niña, ya han inscrito a sus hijos para competir por un sueño que para cada uno es distinto.

Diversas son las causas que los llevaron al concurso y diversas las respuestas a las tres preguntas clave que hace Colossal, la fundación que empodera el concurso: “¿cómo es la personalidad del bebé, ¿cuáles son sus actividades favoritas y cómo los 25 mil dólares impactarían a la familia?”.

Unos quieren comprar una casa, otros pagar deudas, mientras algunos se decantan por un plan de ahorro para la educación futura del bebé. Independientemente de las respuestas, cada bebé participa con los mismos chances de partida, aunque muchos padres se quejan de que jamás podrían competir con la red de apoyos y contactos con que cuentan influencers que han incluido a sus bebés en el concurso y reciben votos tanto orgánicos/gratuitos como pagados, de parte de sus seguidores.

A tener en cuenta

Mientras el voto libre se puede emitir solo cada 24 horas, el pagado no tiene esa limitación: se considera una donación monetaria a través de Baby of the Year, a Baby2Baby, organización que proporciona pañales, fórmula, ropa y artículos esenciales a familias en situación de pobreza”, según se lee en su página oficial. De modo que cada niño en concurso está siendo un embajador de esta causa filantrópica.

Algunos, como Alesha Green, lo viven con esperanza: “¡Es un bebé precioso, un futuro modelo! Si llega al Top 20, estoy segura de que puede ganar”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS sobre su hijo Luca Florido, hoy entre los favoritos de su grupo inicial. Otros padres, como Jazmin Poole, se han retirado a medio camino, convencidos de que el certamen despierta tantas dudas como ilusiones: “Saqué a mi hijo de la competencia”.

Entre la fe y la desconfianza, Baby of the Year mantiene en vilo a millones de padres debido a su fórmula polémica: votos gratuitos mezclados con donaciones que benefician a familias necesitadas, pero que al mismo tiempo despiertan cuestionamientos sobre la transparencia: ¿todos los bebés compiten realmente en igualdad de condiciones?, ¿se protege su derecho de imagen y privacidad de datos?, ¿van a buen puerto los dólares recaudados?

DIARIO LAS AMÉRICAS indagó entre varios padres de niños en concurso, a la vez que contactó a la organización Colossal para esclarecer dudas compartidas en foros y grupos de padres preocupados no solo por los presuntos privilegios que tendrían algunos bebés sobre otros a los que sus padres ni sus seres queridos pueden aportarles votos pagados; hablan también del desconocimiento que los llevó a dar un clic y registrarse, dado lo sencillo del proceso y la publicidad constante, en las redes sociales, de la información relativa al certamen.

“Participar con tu pequeño es totalmente gratuito. Durante el concurso, familiares y amigos pueden votar diariamente gratis o realizar donaciones a Baby2Baby”.

Melissa Lindsey cuenta que estaba muy emocionada por inscribir a su hija Sienna Ann en el concurso, pero se fue decepcionando a medida que se revelaba el funcionamiento de este: “Siendo sincera, no leí todas las reglas hasta que el concurso ya había comenzado. No sabía que se podían comprar votos; pensé que solo era una votación normal. Me parece injusto que se pueda comprar votos para que un niño quede en primer lugar”.

Da la impresión —lamenta la joven madre residente en Indiana— de que la única forma de ganar es teniendo dinero. “Sé que los padres no pueden donar, pero pueden pedirles a otras personas que lo hagan. Es muy difícil ganar, pero no es justo que se pueda comprar el primer puesto. Hay gente que realmente necesita el dinero del premio, como mi familia. Tampoco conocía todas las etapas del concurso; es un proceso muy largo. Ya me cuesta conseguir votos; algunos piensan que es una estafa (que es ridículo) y otros reciben un error o simplemente se olvidan, así que no sé cómo voy a conseguir votos durante meses. Agradezco que las donaciones sean para una buena causa. Solo pensaba que la votación sería diferente”, expresó.

Cuando Alesha Green inscribió a su hijo Luca Florido —explicó a DIARIO LAS AMÉRICAS la mujer residente en Hyattsville, Maryland— solo estaba intentándolo. “Pensé: Ha sido una bendición para nuestra familia. Quizás pueda ganar. Así que lo inscribí, elegí las fotos más lindas, respondí las preguntas lo mejor que pude y ahora estoy muy feliz y agradecida por el apoyo de tanta gente. ¡Mi experiencia ha sido genial! Mucho apoyo de familiares y amigos. Mi hijo ha estado en primer lugar casi todo el concurso y me siento muy bendecida. Todos los bebés son adorables”, dijo Alesha.

“He oído rumores sobre cosas raras en el concurso, pero creo que es real, como lo creen muchos otros padres. Lo único malo es que hay muchos estafadores en Instagram que se hacen pasar por la cuenta oficial o que ofrecen votos falsos... ¡No compren votos!”, alertó la madre del bebé Luca Florido.

bebe concurso
Un participante del concurso Baby of the Year 2025.

Un participante del concurso Baby of the Year 2025.

Cómo funciona

En ese sentido, Colossal contestó en exclusiva para este reportaje que es consciente de que existen este tipo de servicios (de votos) fraudulentos. “Nuestro sistema está diseñado para detectar estos votos fraudulentos y evitar que se cuenten. Además, contamos con un equipo que monitorea las votaciones de forma manual las 24 horas del día”.

Precisó que “las donaciones recaudadas por cada ‘Voto de Donación’ durante el concurso se destinan directamente a DTCare, una organización sin fines de lucro registrada a nivel nacional (N.º de identificación fiscal federal: 83-3344803), que posteriormente las transferirá a Baby2Baby, después de la finalización del concurso, descontando los gastos del concurso (como los costos de procesamiento de pagos, operativos y de premios) y un pequeño porcentaje (1%) que retiene DTCare. Todas las donaciones son deducibles de impuestos en EEUU”.

No obstante, un post publicado hace un año en Reddit, con más de mil reacciones y 400 comentarios, a favor o en contra, emite esta opinión:“¿Baby of the Year es una estafa? Estás compartiendo información y fotos de tu bebé con desconocidos, y todo el asunto me parece muy sospechoso. La parte de la donación a la caridad también me genera dudas. Muchos de mis amigos en Facebook parecen creer que su bebé está en primera posición o es finalista. ¿A alguien más le da mala espina esta promoción?”. Un #MeToo se desató en ese momento. Por esas mismas fechas, un artículo de 6ABC se refería a la popularidad del certamen en redes sociales y a la confusión generada sobre si era “real”.

Se trata, decía el artículo, de una campaña benéfica organizada por la actriz Jessica Alba para encontrar al bebé más adorable de Estados Unidos.

Alba ha dicho: «Baby2Baby me resulta muy cercana, por eso me he asociado con Colossal para lanzar este concurso que recaudará millones de dólares». Colossal Management, LLC («Organizador»), tal como se define en la página oficial, es una empresa de responsabilidad limitada de Delaware dedicada a la recaudación de fondos con fines comerciales, organiza el concurso «Bebé del Año» y es la única responsable de su gestión.

Acerca de cuestionamientos por haber escogido Delaware, conocido como el paraíso fiscal en Estados Unidos, para asentar la empresa, lugar donde tienen su sede legal más de 1,6 millones de compañías procedentes de todo el planeta, la respuesta es precisa.

“Nuestra empresa está registrada en Delaware porque ofrece un marco legal sólido, un tribunal especializado en derecho mercantil y leyes corporativas eficientes, lo que la convierte en la opción preferida para muchas empresas estadounidenses”, respondió Colossal a nuestra solicitud de información. “Esta es una práctica empresarial común en Estados Unidos y no tiene ninguna relación con las estructuras financieras offshore. Nuestra empresa sigue estando ubicada íntegramente en Estados Unidos y cumple con todas las normativas fiscales federales y estatales”.

Privacidad

En torno al manejo de datos tan sensibles como fotografías e información biográfica de bebés, Colossal nos dice que toma todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la información personal.

“No divulgamos, vendemos, intercambiamos ni transferimos información. Quienes estén interesados pueden consultar nuestra página de privacidad para obtener información detallada. Queremos informarles que las imágenes enviadas por los participantes se publican en nuestro sitio web únicamente para mostrar su participación en el concurso. Dado que el público puede acceder al sitio web, incluyendo los perfiles de los participantes, estos últimos deben asegurarse de que el material enviado no contenga desnudez ni imágenes potencialmente obscenas o profanas que puedan ser utilizadas indebidamente”.

En una guía de Kristian Fasching, director legal de Colossal y también padre, se explica la necesidad de prevenir el ciberacoso y gestionar la privacidad en las redes sociales, en contraste con los llamados a compartir el enlace al perfil de los bebés en las múltiples plataformas de Internet para conseguir votos.

“Ojalá hubiera una manera de animar a más gente a votar. Sé que no puedo controlar a nadie más que a mí misma. He recordado a mis contactos en Facebook y Nextdoor que voten, y eso es todo lo que puedo hacer”, asegura Melissa Lindsey.

Aunque el enlace al perfil de cada bebé pueda llegar a sitios insospechados, Colossal indica que todas las imágenes se alojan en servidores seguros. “Si bien ninguna plataforma en línea puede impedir por completo que alguien tome una captura de pantalla, implementamos medidas de seguridad, como opciones de descarga restringidas, para disuadir su uso indebido. También tenemos una estricta política de moderación. Cualquier imagen, actividad o posible explotación inapropiada se revisa inmediatamente y, si es necesario, se denuncia a las autoridades competentes”.

Beneficios

Colossal defiende que el premio principal de 25.000 dólares —que contrasta con la cifra de 24 millones obtenidos el año pasado— y la publicación en la revista Variety son emocionantes, pero propone ver más lejos: “Es una iniciativa llena de propósito, calidez y un impacto real que va mucho más allá del premio principal. Los padres obtienen mucho más: acceso a descuentos especiales de marcas de confianza, talleres de crianza con consejos útiles, etc.”.

Detalla que antes de que terminara el concurso, el año pasado, Colossal, el propio equipo detrás de ‘Bebé del Año’, gestionó una donación de 1 millón de dólares a Baby2Baby, para apoyar a las familias afectadas por las devastadoras tormentas en el sur y el centro de Estados Unidos.

En medio de historias de superación, promesas de solidaridad y sospechas de desigualdad, el concurso se ha convertido en un fenómeno cultural. ¿Se trata de una genuina celebración de la infancia y la empatía colectiva, o de un espectáculo digital que se alimenta de la ilusión —y la vulnerabilidad— de los padres?

Creer que es lo primero, sostiene la fe de los padres, ya que a través de sus hijos se realiza una campaña solidaria.

“Me parece la verdad muy bonita la causa, muchas veces me ha ayudado a mí con artículos para bebés, por eso me motivó a poner a mi bebé, creo que la gente se enfoca en ganar y creo que lo más bonito más allá del premio es para dónde va la recaudación y a cuánta gente uno sin saber está ayudando”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS, desde Pembroke Pines, Emily Brito, madre del concursante Mateo Álvarez Brito. “Muchas veces las donaciones vienen de Baby2Baby. Incluso de lo que me han dado también he compartido con gente en Cuba que lo necesita”.

Más allá de las dudas y la competencia feroz, lo cierto es que miles de bebés se han convertido en embajadores de una causa mayor: ayudar a otras familias en situación de necesidad. Y para muchos padres, esa posibilidad —la de que la ternura de su hijo inspire a otros— vale mucho más que cualquier premio.

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