MIAMI.- La Sociedad Actoral Hispanoamericana (SAH) fundada por Miguel Sahid y Andrés Mejía tiene una sólida trayectoria formando actores, eso le permite a la institución crear espectáculos con muchos personajes en escena, precisamente porque parte del propósito es brindarle tablas a los estudiantes. En ese marco se sitúa la puesta de El mentiroso, de Carlo Goldoni (1707-1793), en la que intervienen 12 actores, la mayoría estudiantes, siendo solamente el primer actor Paut William, el único en el grupo que es realmente profesional. Tan es así, que tras su aparición desde el final del primer acto, le imprime una cadencia al resto de la propuesta que la lleva alto.
El mentiroso es la típica comedia de enredos, en este caso todo más embarazoso porque el protagonista, Lelio, interpretado con soltura y un comportamiento sexualmente híbrido que le queda muy bien por Douglas Olivo, es un mentiroso compulsivo. Todas las situaciones corren en medio de una propuesta pensada sobre los patrones de la célebre Comedia del Arte, que se remonta al Renacimiento, tanto por el vestuario, los intereses que se mueven alrededor de los personajes y en particular por el uso de máscaras y maquillaje muy subidos.
Esta puesta dirigida por Miguel Sahid realmente le brinda a sus alumnos la posibilidad de demostrar lo aprendido. Sahid los conduce por senderos seguros, donde cada joven actor es capaz de desdoblar su personaje con lo mejor de lo aprendido en sus clases. Quizás destaque la cantidad de texto y movimientos que requiere la obra, un reto para cualquier actor en su carrera. Estos muchachos, salen airosos.
Básicamente El mentiroso acarrea un encierro de falsedades donde llega un momento en que decir la verdad es la única solución posible y se impone. Travesuras, pillos, contradicciones, trampas, promesas de amor y fortuna. Ambientada durante los carnavales de Venecia, los clásicos elementos de la comedia de la picaresca están presentes.
Los actores, cada uno con su personaje, merecen el aplauso que recibieron del público. Resaltan por su frescura Julio César Otero, como Octavio, que se nuestra todo el tiempo en dominio y Andrés de los Ríos, en su papel de Arlecchino, como el lacayo de Lelio. Su personaje es esencial en el montaje, muy acrobático y flexible.
El trabajo femenino de Elizabeth García como Rosaura y María “Mavi” Machado como Beatrice, dos hermanas que desde el balcón de la casa son cortejadas por casi todos los hombres de los alrededores, entre ellos el tímido Florindo, personaje que interpreta Stefano Galeb, cumplen su cometido. La sirvienta, de las muchachas, Colombina, que desarrolla Maxim Sariel, logra hacerse sentir, en este, su primer trabajo como actriz.
Es curioso, pero los actores secundarios en esta obra le imprimen un ritmo especial al espectáculo. En este particular sobresale Lorena Moll como Briguella, que hace un personaje masculino ameno. Ella lo impulsa con soltura, humor y gestualidad convincente.
A este espectador no le agradó ver a los personajes ya caracterizados merodeando por el vestíbulo del fabuloso Goodlet Theatre de Hialeah, antes de comenzar la obra, es como romper un poco el encanto del adecuado vestuario diseñado por el propio Miguel Sahid, quien también creó la muy funcional escenografía. Sí fue un acierto la serenata ofrecida por la soprano Dalila Lugo, que tiene una participación breve, pero marcando de manera muy agradable la secuencia narrativa desde el comienzo.
A pesar de lo largo del programa, 2 horas 30 minutos, El mentiroso logró su propósito y mucho más: mostrar los resultados de otro conservatorio de artes dramáticas en nuestra ciudad, además, el interés de muchos jóvenes por el teatro, y como complemento, abrir de nuevo las puertas de subutilizado Goodlet Theatre de Hialeah, como sala teatral.