MIAMI.- Corrían los años 70 en Miami cuando Willy Bermello formaba parte del grupo que veía nacer a los Kiwanis de la Pequeña Habana, una organización sin fines de lucro que tantas vidas ha tocado en la comunidad a través de un pilar fundamental en la sociedad: la educación.
“Es un logro histórico, porque los Kiwanis de la Pequeña Habana es una de las primeras organizaciones constituidas por cubanoamericanos, hombres de negocio de Miami, que comenzaban su vida profesional a principios de los años 70, en una etapa nueva de lo que sería la segunda generación en el exilio cubano. Y el llegar a los 50 años es un hito, algo digno. Pero no solamente es la historia de un legado, lo más importante es lo que los Kiwanis han hecho en estos años. Así que para mí es un honor ser parte de ese grupo inicial que ha fundado y dejado un legado muy lindo, con Calle Ocho, Carnaval Miami y la fundación”, expresó Willy Bermello a DIARIO LAS AMÉRICAS.
El arquitecto, que fuera uno de los miembros fundadores y primeros presidentes de la organización, enfatizó la importancia de la educación en tiempos en los que la autonomía e independencia financiera son un modelo al que aspiran las nuevas generaciones.
“El éxito no está garantizado, pero la educación y el conocimiento son la materia prima. Lo que uno hace con esa materia prima en términos de compromiso, trabajo y relaciones, es lo que conlleva al éxito. Tiene que haber cierto nivel de iniciativa gerencial, creatividad y el coraje de arriesgarse. Quien no se arriesga, siempre será empleado, no empleador. Creo que hay diferentes caminos y va a depender de cada persona. Pero la educación es la base y el futuro de cualquier país está en los jóvenes”, dijo.
“Hay quienes desde pequeños tienen una mente empresarial, les gusta hacer negocios, vender, armar, convencer. Entonces creo que cada cual escoge un camino, lo que funciona para unos, no tiene que funcionar para otros”.
Bermello, quien fuera el tercer presidente del club, recordó que el año que en que estuvo a cargo uno de sus propósitos fue crear unión. Y fue así como surgió el festival Calle Ocho.
“Yo entré en 1976. Estábamos haciendo un evento para recaudar fondos para un niño que necesitaba una operación, fue un evento muy exitoso. Y recuerdo que en ese entonces había en Miami una serie de conflictos entre las diferentes comunidades; estaban polarizadas. Y empezamos a pensar qué podíamos hacer como club para unificar a la comunidad del Gran Miami”, contó.
“Yo había vivido en Filadelfia donde hacían el Super Sunday, una actividad comunitaria que sale en la película de Rocky, donde cerraban el boulevard Benjamin Franklin y las comunidades holandesa, alemana e italiana llevaron su comida y música folclórica. Entonces me dije: ¿por qué no hacemos algo igual a lo que se hizo allá? Un Open House en la Calle Ocho; hasta diseñé un logo y a la junta directiva le gustó la idea. Entonces fui nombrado cochairman junto con Leslie Pantin, que fue el primer presidente del Club Kiwanis. Y así comenzó Calle Ocho”, recordó.
Desde el inicio, los fundadores apuntaron a la educación como herramienta clave para formar a las nuevas generaciones, pero también reconocieron que el apoyo era necesario en otras áreas.
“Lo primero era ayudar a la comunidad como un todo. El enfoque nuestro siempre estuvo en los niños, ya sea que estuvieran en el daycare o en el hospital, por ejemplo, en tratamiento de cáncer en el Jackson Memorial. En la época navideña la repartición de juguetes. También íbamos a centros de ancianos a llevarles comida y hacíamos torneos de dominó. Creamos becas para estudiantes a través de la fundación. Y el proyecto en el que más ayudé se convirtió en el festival de música más grande de EEUU”, dijo.
A los jóvenes que deseen estudiar Arquitectura les aconseja esforzarse al máximo y no desistir.
“Hay que tener un gran compromiso, porque es una carrera larga y muy competitiva, con muchos retos. Hay que tener cierto talento para las artes plásticas, cierta habilidad para el dibujo y dominio de las matemáticas. Hay que querer satisfacer necesidades, o sea, dejar un entorno mejor de cómo lo encontraste. Es un área compleja. Hay que tener pasión y ser tremendo trabajador, no conozco a ningún arquitecto que sea haragán. Hay que ser muy aplicado. Si quieres hacer algo fácil o hacerte millonario rápido, la arquitectura no es para ti. Es como la Medicina, que conlleva un compromiso de 24 horas los siete días. La arquitectura es para quien le guste el diseño, la creatividad y hacer algo nuevo cada día”, explicó.
“Si te gusta crear, resolver problemas en el aspecto visual, la arquitectura es una gran fuente de inspiración para desarrollar toda una carrera”.
Willy Bermello cofundó Bermello, Ajamil & Partners, Inc (B&A), una aclamada firma internacional de arquitectos e ingenieros que fue adquirida, en 2024, por la empresa multinacional Woolpert.
En 2023, Bermello y su firma B&A fueron catalogados por el South Florida Business Journal como la tercera compañía de A&E más grande del sur de Florida, con ingresos anuales de $47 millones. Hoy en día, es la firma privada de A&E más grande del sur del estado.
Con un legado de compromiso cívico, Bermello se desempeñó durante 32 años como presidente de la Junta de Revisión de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Miami, que evalúa y aprueba todos los proyectos importantes construidos en Miami. Además, fue nombrado miembro de la Comisión de Relaciones Humanas del Estado de Florida. Fue el primer hispano en ser elegido presidente de esa comisión. En 1997, recibió el Premio de Defensa de los Derechos Civiles del Estado de Florida por su labor a favor de las minorías y los desfavorecidos.