Cuando se habla del impacto del Club Kiwanis de la Pequeña Habana en Miami, inevitablemente aparece un nombre: Jorge Fernández, Chairman of the Board of Trustees (Presidente del Consejo de Administración) de la Fundación de los Kiwanis.
El liderazgo de Fernández se basa en décadas de servicio en el Club Kiwanis de la Pequeña Habana, que arriba a medio siglo de fundado
Cuando se habla del impacto del Club Kiwanis de la Pequeña Habana en Miami, inevitablemente aparece un nombre: Jorge Fernández, Chairman of the Board of Trustees (Presidente del Consejo de Administración) de la Fundación de los Kiwanis.
Fernández es uno de los guardianes de un legado de cinco décadas de servicio. Su disciplina, su constancia de acero y su compromiso personal con los hispanos han sido determinantes para que la organización siga influyendo positivamente en la comunidad.
Pero más allá de las incontables horas de trabajo voluntario, de los fondos recaudados y de los alimentos y útiles escolares entregados, algo que los miembros del club han defendido en medio siglo de existencia es el valor humano de cada acción. La bondad deja huellas e inspira a hacer el bien.
Fernández sostiene que la razón por la cual el Club Kiwanis sigue siendo un pilar en Miami es simple pero contundente: “Lo más importante para mantenernos relevantes por 50 años ha sido la causa de nuestra organización, la cual es ayudar a muchos jóvenes con diferentes tipos de necesidades en nuestra comunidad”.
Esa misión nació en 1975, cuando 25 jóvenes hispanos decidieron organizarse para apoyar a una población inmigrante que crecía rápidamente.
Fernández se unió dos años después, en 1977, y recuerda perfectamente el espíritu de aquellos primeros días: “En aquellos momentos éramos un grupo de jóvenes cubanos con muchos deseos de retribuir la gran ayuda recibida de los Estados Unidos y la encontramos al fundar el Chapter de Kiwanis llamado Little Havana”.
Durante estas cinco décadas, la fundación ha invertido más de $10 millones en programas educativos, culturales y sociales. Pero para Fernández, el dinero es solo una parte de la historia.
“La inversión de $10 millones no incluye el valor de las miles y miles de horas que nuestros voluntarios han invertido a través de los años. No es fácil encontrar un impacto visible, pero sí tenemos muchas historias de cómo nuestros programas les han cambiado la vida a muchos jóvenes”.
Entre esas historias hay una que él atesora: “Un joven, después de muchos años de haber sido becado, nos visitó para contarnos que, sin nuestra beca, jamás hubiera podido asistir a la universidad. Quería informarnos de que se había acabado de graduar de Harvard University. Me dio mucho orgullo, ya que por nuestro esfuerzo le cambiamos el futuro a este joven y a su familia”.
Ese es el espíritu del programa Future Leaders Through Education, uno de los pilares de la fundación desde 1988, y una de las responsabilidades de Fernández.
Aunque Kiwanis es conocido por su profundo trabajo social, muchos lo asocian inmediatamente con Carnaval Miami y el icónico Festival Calle Ocho.
Fernández lo recalca sin rodeos: “Calle Ocho es el festival hispano más grande de los Estados Unidos”.
La expansión de esta iniciativa dio origen a Carnaval Miami tal como se conoce hoy.
Sin lugar a dudas, su relevancia va más allá de la recaudación de fondos, pues el Carnaval Miami, afirmó, “se ha convertido en un festival que pone en alto la cultura latina en el sur de Florida y en el resto de Estados Unidos”.
“Los latinos somos una fuerza cultural muy importante en esta gran nación y Carnaval Miami es un instrumento de difusión de dicha gran cultura”, agregó.
El Club Kiwanis mantiene programas que han acompañado a generaciones, desde el popular Back to School (regreso a clases), que entrega mochilas y útiles escolares a miles de niños cada año, hasta el Healthy Kids Summer Camp (campamento de verano saludable para niños), un centro de verano gratuito de ocho semanas que ofrece actividades recreativas, deportivas y didácticas.
Asimismo, existen otras iniciativas relacionadas con el deporte, así como mentorías, tan importantes a la hora de guiar a los niños y sus familias. Entre las jornadas de ayuda a la comunidad destaca la entrega de regalos por Navidad, un momento especial al cierre de cada año.
Para Fernández, algunos de estos proyectos tienen un valor emocional especial:
“Back to School y el Summer Camp son dos de los programas más importantes que llevamos a cabo y que más satisfacción personal me dan a mí y a la gran mayoría de los miembros. Nos dan la oportunidad de intercambiar personalmente con las personas a las cuales estamos ayudando y ver en primera plana el fruto de nuestros esfuerzos”.
Uno de los grandes retos de cualquier organización cívica es atraer a jóvenes comprometidos. Es por eso que el Club Kiwanis ha desarrollado un proceso de integración riguroso bajo la supervisión de Fernández: “Tenemos un proceso que deben seguir aquellos jóvenes que deseen unirse. Les exigimos que nos demuestren con sus acciones si de verdad desean involucrarse de lleno en programas para ayudar a la comunidad”.
Este proceso dura dos años y concluye con la incorporación de quienes realmente han demostrado vocación de servicio.
“Para seguir creciendo necesitamos atraer a jóvenes que tengan un gran deseo de ayudar a personas necesitadas en nuestra comunidad”, aseveró.
El Club Kiwanis de la Pequeña Habana no podría contar su historia sin mencionar el papel de líderes como Jorge Fernández, cuya carrera ha estado marcada por un compromiso inquebrantable con Miami.
No solo fue parte de su Junta Directiva por más de 15 años, sino que presidió el club entre 2019 y 2021. En esa etapa, ayudó a robustecer la organización y el alcance de eventos como Carnaval Miami. Luego, en abril de 2024, fue elegido presidente del Consejo de Administración de la fundación de los Kiwanis, desde donde supervisa programas clave.
Paralelamente, Fernández ha extendido su vocación de servicio a otras instituciones: fue vicepresidente de Banyan Health Systems, integra desde 2013 la Banyan Community Health Foundation, ha apoyado durante una década los servicios médicos gratuitos de Doral Pro Health, forma parte de Out of Foster Foundation (dedicada a jóvenes que salen del sistema de acogida) y es vicepresidente de la Fundación Casa Salva, que provee vivienda digna a familias en El Salvador.
Gracias a su guía, el Club Kiwanis llega a su aniversario número 50 con un sentido de misión más fuerte que nunca. Y mientras miles de niños, jóvenes y familias continúan siendo beneficiados, Fernández mantiene clara la razón fundamental de todo este trabajo: vocación de servicio, transformación comunitaria e impulso a la comunidad que lo vio crecer.
