El “Loco” Marcelo Bielsa le ha devuelto la gloria al fútbol de Uruguay, ese mismo que fue el primero de América en conquistar dos títulos olímpicos y dos mundiales.
La celeste de Marcelo Bielsa es ahora una potencia y hace historia junto a Colombia; Venezuela lucha por llegar por primera vez a un Mundial; ahora habrá un alto para dar paso a la Copa América
El “Loco” Marcelo Bielsa le ha devuelto la gloria al fútbol de Uruguay, ese mismo que fue el primero de América en conquistar dos títulos olímpicos y dos mundiales.
Bajo la conducción del entrenador argentino, la celeste brilla en las eliminatorias sudamericanas con miras al Mundial del 2026.
Por primera vez en 64 años, los charrúas vencieron de manera consecutiva a Brasil y Argentina. Eso solo lo habían conseguido tres selecciones en el mundo: Bolivia en La Paz, Italia y Alemania, ambos tetracampeones mundiales.
Uruguay cortó una racha de 37 partidos invicto en eliminatorias al pentacampeón Brasil y de 25 al campeón reinante Argentina, al que derrotó de visitante después de 37 años y por primera vez en casa de la albiceleste en partidos de clasificación mundialista.
Siempre el fútbol uruguayo se distinguió por su garra, pese a que en sus albores innovó con su juego colectivo y de toque, por eso los llamaban los maestros.
Además es el país más pequeño que ha ganado títulos olímpicos y mundiales en fútbol.
Luego de su última gesta en 1950, cuando ganó la Copa a Brasil en el memorable “Maracanazo”, Uruguay no ha podido repetir esas hazañas. Siguió produciendo jugadores de altísima calidad, pero siempre apelaba al coraje, al esfuerzo, a la tradicional garra charrúa y su evolución parecía pegada a una sola receta. En cambio, el mundo del fútbol evolucionaba de una manera diferente y para proteger a los talentos la FIFA implantó sanciones más severas contra los golpeadores.
Desde 1950 a nuestros días, Uruguay conquistó siete Copas América, pero solo pudo alcanzar las semifinales del Mundial en tres oportunidades en las que quedó en cuarto lugar.
En apenas siete partidos, Bielsa ha transformado a la celeste, que quedó eliminada en el último Mundial en primera ronda sin pena ni gloria: le ha dado velocidad, toque, presión y la ha convertido en un equipo fulminante. Es la mejor versión de la selección uruguaya por lo menos en medio siglo.
Un exjugador argentino comentó después de la derrota 2-0 contra Argentina en la Bombonera, el 16 de noviembre pasado: “Antes Uruguay pegaba, ahora con Bielsa además juega”.
Es injusto ese elogio con veneno porque el Uruguay de hoy no pega, tampoco engaña, ni sus jugadores se tiran al piso para hacer tiempo o influir al árbitro. Juega con una intensidad arrolladora y no utiliza armas viles.
Ganó por primera vez a Brasil luego que en 14 partidos de eliminatorias mundialistas los auriverdes obtuvieron siete triunfos y siete empates. Lo más emotivo fue que los dos goles cafeteros del 2-1 fueron anotados por Luis Díaz, con presencia en las tribunas de su padre, quien acababa de ser liberado tras haber sido secuestrado por la guerrilla colombiana ELN.
Muchos dicen que las eliminatorias mundialistas sudamericanas son las más difíciles del mundo. No les falta razón. La pugna es tremenda, en esta oportunidad por los seis cupos más un repechaje en disputa.
Apenas se lleva jugada una tercera parte y ya tres entrenadores quedaron fuera: Guillermo Barros Schelotto, de Paraguay; Gustavo Costas, de Bolivia; y Eduardo Berizzo, de Chile. Y pueden caer algunos más.
Hasta ahora parece que los candidatos más firmes para clasificar son Argentina, Uruguay, Colombia, Venezuela, Brasil y Ecuador. Mientras Chile, Paraguay y Bolivia deben luchar por el cupo del repechaje.
En su anterior partido en casa, en el empate 0-0 contra Ecuador, acudieron 60.000 fanáticos al estadio en Maturín y afirman que además de ellos se colaron unas 20.000 personas sin boleto. Eso revela la extraordinaria expectativa que despierta la Vinotinto, que lucha por llegar por primera vez en su historia a un Mundial de mayores.
Mientras, tras caer 2-0 en La Paz, Perú se convirtió en la selección número 28 en la historia que empezó las eliminatorias mundialistas sin anotar un solo gol en sus primeros cinco partidos. Eso ocurre por primera vez en 69 años en la historia de la clasificación sudamericana.
Según el estadístico Mister Chip, ninguna de las 27 anteriores logró la clasificación. Todo indica que el pozo en el que ha caído la Blanquirroja parece irremontable.
Después de haberse jugado seis fechas, las eliminatorias sudamericanas tendrán un alto para abrirle espacio a la Copa América, y se reanudarán el 5 de septiembre del 2024.