WASHINGTON. - DPA
Cruz y Rubio están bien preparados, pero no tienen experiencia ejecutiva. Cruz, un abogado de 45 años, estudió en las universidades de Princeton y Harward y realizó casi toda su carrera política en Texas
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Los senadores cubanoamericanos Ted Cruz y Marco Rubio se preparan para el asalto a la Casa Blanca, si el multimillonario Donald Trump, favorito en las encuestas para las primarias republicanas, se lo permite. Ambos aspiran a convertirse en el primer presidente hispano de los Estados Unidos.
¿Pero en qué se parecen y en qué se diferencian Cruz y Rubio?
Ambos son de origen cubano. Rafael Edward "Ted" Cruz, nacido en Canadá y criado en Estados Unidos, es hijo de un exiliado cubano y una estadounidense. Su padre, Rafael Cruz, luchó contra la dictadura de Fulgencio Batista y a los 18 años dejó su Cuba natal para irse vivir a Estados Unidos.
Los padres de Marco Antonio Rubio, Mario Rubio y Oria García, emigraron por razones económicas a Miami en 1956, dos años antes de que Fidel Castro tomara el poder en la isla. Rubio presenta la historia de su familia como "la esencia del sueño americano".
Ambos son hispanos. A pesar de ser el hijo de un exiliado cubano, Cruz se opone a la reforma migratoria y a una amnistía Y ha prometido que deportará a indocumentados y anulará los decretos migratorios de Obama, actualmente bloqueados en los juzgados. Dice que habla "espanglish" pero en el Senado apenas le han oído decir algunas palabras básicas en español.
Rubio es bilingüe y suele hacer las ruedas de prensa en los dos idiomas. Está más integrado en la comunidad que Cruz. Sus detractores le acusan de decir una cosa en español y otra distinta en inglés para contentar a todos.
El senador por Florida formó parte de la "Banda de los Ocho", cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos que redactaron la reforma migratoria, aprobada en el Senado en junio de 2013 y bloqueada por los republicanos en la Cámara de Representantes. Durante la campaña, Rubio ha girado a la derecha y ha prometido mano dura en inmigración para atraer al voto más consevador.
Cruz y Rubio están bien preparados, pero no tienen experiencia ejecutiva. Cruz, un abogado de 45 años, estudió en las universidades de Princeton y Harward y realizó casi toda su carrera política en Texas. Trabajó en la campaña política del presidente George W. Bush. Y entre 2003 y 2008 fue procurador general de Texas. Está casado y tiene dos hijas.
Rubio, de 44 años, también estudió derecho en la Universidad de Florida y en la Escuela de Derecho de la Universidad de Miami. Está casado y tiene cuatro hijos. Trabajó en la campaña política del candidato republicano Bob Dole y el ex gobernador de Florida, Jeb Bush fue su mentor político.
En los años 90, Rubio fue comisionado de la ciudad de West Miami y en el año 2000 fue congresista en el Cámara de Representantes de Florida antes de dar el salto al Senado. El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie dice que Rubio "no ha hecho nada en la vida y a todo el mundo le cuenta su discurso enlatado".
Ambos son conservadores, pero Rubio, que quedó tercero en Iowa, es menos radical. El conservadurismo social de Cruz -es muy religioso y se opone al matrimonio homosexual y al aborto- podría espantar a los votantes más moderados, quienes verían como mejores ojos a Rubio.
Cruz y Rubio llegaron al Senado impulsados por la ola del Tea Party, el Partido del Té. Cruz, que ganó los caucus (asambleas electivas) de Iowa gracias al voto evangélico, es uno de los rostros más conocidos de este movimiento ultraconservador. Desde su llegada en enero de 2013 a Washington, se ha convertido en uno de los detractores más visibles de las políticas del presidente Barack Obama y uno de los senadores más controvertidos.
El senador por Texas, que se presenta como "antiestablishment" y promote luchar contra el "cartel de Washington", no tiene amigos en el Senado. No le gusta ni a los demócratas ni a los republicanos. El senador republicano John McCain lo calificó de "pájaro loco". Los demócratas lo culparon del cierre parcial del gobierno federal durante 16 días en otoño de 2013.
Aunque Rubio llegó al Senado de la mano del Tea Party tras derrotar al gobernador de Florida Charlie Christ, "ha tratado al llegar a Washington de hacer amigos dentro del Senado", explica a dpa Manuel Roig-Franzia, autor del libro "El ascenso de Marco Rubio". Se presenta ahora como el precandidato que prefieren los líderes del Partido Republicano, consciente de que el terreno antiestablishment ya está copado por Trump y Cruz.
El locutor de radio ultraconservador Rush Limbaugh asegura que Rubio es conservador. Y duda que a Rubio se le pueda etiquetar como "establishment" o como "Republicano Sólo de Nombre" (RINO, por sus siglas en ingles), término peyorativo para designar a los republicanos que no son lo sufientemente conservadores.
Cruz y Rubio son halcones en política exterior. Son anticastristas. Se oponen a la reanudación de relaciones bilaterales con Cuba y al levantamiento del embargo a la isla. Defienden a Israel y se oponen al acuerdo nuclear on Irán.
¿En qué se diferenciarán un presidente Cruz de un presidente Rubio? Aunque ésto es díficil de saber, Roig-Franzia cree que si Cruz llega a la Casa Blanca va a tener "mucho trabajo en reparar sus malas relaciones con el Congreso" y a va tener "un política más dura en inmigración" que si gana Rubio, que en el pasado ha sido más moderado en materia migratoria.
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