jueves 13  de  noviembre 2025
Frontera

Frontera sur, cuello de botella para el presidente Biden

El alto flujo de migrantes en la frontera entre EEUU y México ponen de relieve una propuesta para retomar las políticas del expresidente Donald Trump
Por Daniel Castropé

MIAMI.- La Casa Blanca se ha negado a reconocer que en la frontera de Estados Unidos con México se registra por estos días una creciente crisis migratoria, que podría ser la primera prueba de fuego del presidente Joe Biden.

Sin embargo, miles de personas que huyen de la pobreza, el hampa y la falta de oportunidades en sus países están llegando a diario a los pasos fronterizos en busca de asilo político y, por ende, una mejor vida en Estados Unidos, con una consecuente congestión de los despachos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS).

La mayoría de los migrantes son jóvenes y niños. Algunos de los menores vienen solos, un hecho que para legisladores republicanos es deplorable, a tal punto de que algunos que han visitado la zona, como el congresista del sur de la Florida Carlos Giménez, han planteado la necesidad de retomar las políticas del expresidente Donald Trump.

Políticas de Trump

Además de mencionar las políticas de Trump, el legislador Giménez pidió "cuidar" a los menores que llegan solos por la frontera y “contratar más jueces” para agilizar los procesos de asilo político, entre otros aspectos.

El congresista de origen cubano dijo en una conferencia de prensa en el Aeropuerto Internacional de Miami que, a su juicio, en la frontera “hay una crisis humanitaria” y alertó que este podría ser “solo el comienzo” de una situación más compleja.

“Todo esto es parte de la decisión del presidente Biden de cambiar las políticas [del expresidente Trump] que tenían la situación bajo control. No totalmente controlada, pero sí bajo algún control”, argumentó.

Y sostuvo que “ahora esperamos tener muchos más niños, muchos más inmigrantes que desean llegar a EEUU”.

Biden enfrenta un aumento en la llegada de migrantes, principalmente menores, a través de la frontera con México, una situación que la oposición republicana califica como una crisis migratoria que podría salirse de las manos del mandatario demócrata.

Giménez estuvo en la zona fronteriza de Texas, junto a otros congresistas republicanos, entre quienes también se encontraba la legisladora que representa el distrito 27 del sur de la Florida, María Elvira Salazar. Visitaron un centro que da refugio a miles de niños entre los cuatro y los 17 años.

Según Giménez, es necesario “volver a la política de Trump” en cuanto a firmar un nuevo acuerdo con México para que los solicitantes de asilo político puedan esperar los resultados del trámite migratorio en ese país. “Esto es esencial para evitar que sigan llegando más y más migrantes”, apuntó.

Sobre este tema, el expresidente Trump ha dicho que ese programa, conocido como Protocolo de Protección de Migrantes (MPP), que llevó a cerca de 70.000 personas a aguardar en México la resolución de sus pedidos de asilo, fue “increíble”, pero, dijo, “Biden lo abandonó de inmediato, probablemente porque funcionó muy bien”.

Asimismo, Giménez llamó la atención del presidente Biden para que las autoridades migratorias “contraten más jueces”, que se termine de “construir el muro”, cuya obra fue paralizada durante el nuevo gobierno, y dotar de “más tecnología” a las agencias federales que tienen presencia en la frontera.

Giménez justificó la posibilidad de contratar más jueces bajo la suposición de que las personas que están buscando un asilo político “tengan un proceso más rápido, y determinar si son elegibles”.

De igual forma, el congresista que ocupa la silla del distrito 26 del sur de la Florida emplazó a la administración Biden a “parar los incentivos para que estos niños vengan solos” porque, apuntilló, “es sumamente peligroso ese viaje de días y días bajo el control de carteles internacionales, que ganan mucho dinero con eso que para ellos es un negocio”.

Detenciones

Según reportan, el clima que se vive en la frontera que comparten Estados Unidos y México se ha visto atizado por la detención de alrededor de 100.000 migrantes en el mes de febrero pasado, una cifra que supera los 78.000 arrestos que se registraron en enero. De hecho, es el número más alto desde 2006.

Solo el pasado miércoles 6 de marzo, agentes la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvieron a por lo menos 4.500 migrantes que cruzaban la frontera irregularmente.

El jefe de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, reconoció la “profundidad” del problema, pero insistió en que está “bajo control”. Según ha dicho el funcionario, Estados Unidos “no revivirá” una práctica de la era Trump que consistía en expulsar inmediatamente a adolescentes y niños.

Hace apenas unos días más de 4.000 niños migrantes estaban retenidos por la Patrulla Fronteriza. El número de menores que cruzan solos, en su mayoría de Centroamérica, iba en aumento en particular en el Valle del Río Grande, en el sur de Texas.

Mayorcas ha expresado que “la situación en la frontera es difícil”, pero, aseguró, “estamos trabajando las 24 horas del día para gestionarlo y lo seguiremos haciendo. Ese es nuestro trabajo”.

Según cifras oficiales, la detención de migrantes guatemaltecos es la que más ha aumentado desde que Biden llegó al poder. Los números muestran un incremento del 12% en adultos de esa nacionalidad que viajan solos, un 90% de menores no acompañados y 281% de familias de ese país centroamericano.

Mal pronóstico

Entretanto, una iniciativa del presidente Joe Biden que conduciría a ayudar a millones de inmigrantes a naturalizarse en el país podría enfrentar escollos en el Congreso de la nación, a pesar de que el Partido Demócrata controla ambas cámaras.

El líder de la iniciativa en el Senado, el legislador demócrata Dick Durbin, indicó que las “exigencias republicanas” de hacer frente al incremento en el número de niños y familias que llegan a la frontera con México, más la falta de respaldo tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, hacen “improbable” que se apruebe el proyecto de ley.

“No veo una forma de concretar” una ley en este Congreso, señaló Durbin, quien sin embargo advirtió que es su intención sacarla adelante.

Los coyotes

Los llamados coyotes u organizaciones de trata de personas, que cobran entre 5.000 y 10.000 dólares por cada persona que quiere cruzar la frontera, han visto florecer su negocio irregular con la gran afluencia de nacionales mexicanos y de otros países de la región que se proponen llegar a Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses han afirmado que los coyotes “engañan” a migrantes por medio de mensajes en redes sociales para hacerles creer que la frontera se abrió para todos. Mientras tanto, Estados Unidos ya indicó que la frontera “no ha sido abierta”.

Por esta razón, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha dejado en claro que “estos mensajes falsos” son las “nuevas tácticas y trucos bajos” en los que se escudan los traficantes de personas.

La agencia federal enfatizó que se debe estar “alerta” y “no caer en tentaciones de confiar en información no verificada”.

En medio de la incertidumbre que reina en algunas personas y sectores, la Casa Blanca afirmó que los únicos que pueden pasar por la frontera son menores de 18 años no acompañados y los 25.000 beneficiarios del programa ‘Quédate en México’, que califican para ingresar a EEUU.

El año pasado fueron decomisados 226 vehículos que transportaban 3.700 migrantes en condiciones de riesgo para sus vidas. Este año los casos han aumentado a “niveles alarmantes en varios sectores”, según el CBP.

Cabe destacar que en febrero se encontraron 80 personas atrapadas en un camión cisterna, y por la desesperación se vieron precisados a llamar al 911 gritando “No tenemos oxigeno”.

Testimonios recogidos en el área permiten conocer que muchos de los migrantes gastan el dinero ahorrado durante toda su vida y que se endeudan para pagar a los servicios de los coyotes.

Algunas versiones señalan que los coyotes, también conocidos como polleros, deben pagar una ‘cuota’ a carteles de las drogas mexicanos, como el del Golfo, para poder ejercer su trabajo sin miedo a sufrir represalias.

Un grupo de mujeres que logró pasar la frontera en días recientes comentó que del lado mexicano había “extorsión, violaciones, delincuencia” por cuenta de los coyotes y que todas temieron por sus vidas.

Los casos de mujeres que han perdido a sus hijos tras entregarlos a los coyotes también son comunes.

Una madre relató que cuando iba a cruzar un río junto a su hija y otros menores, los coyotes le habrían dicho que primero pasaran los adultos en un pequeño bote y que luego lo harían los niños. La mujer aseguró que nunca más volvió a ver a su hija.

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@danielcastrope

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