miércoles 9  de  octubre 2024
PERIODISTA Y ESCRITOR SATÍRICO

El bisonte revolucionario

MADRID.- Asombra la habilidad que tienen algunos para detectar el hambre en el abdomen de un bicho de hace 9.000 años, y lo mucho que les cuesta ver el hambre en lugares donde es más evidente, como en Cuba, Venezuela

Diario las Américas | ITXU DÍAZ
Por ITXU DÍAZ

MADRID.- Han encontrado un bisonte congelado de más de 9.000 años y lo sorprendente es que no lo hayan capturado bajo mi cama. Mantengo una estricta rutina de limpieza en casa pero tengo un respeto reverencial por aquello que puede hacer a la ciencia avanzar. De esta forma, casi siempre evito retirar los cadáveres de ratones, nunca recojo las uvas que ruedan debajo del sofá del salón, y solamente intercepto esas montañas de pelo que se acumulan en mi escritorio cuando dan saltitos, sacan la lengua, y amenazan con saltarme encima. Con un cierto talento para la higiene, la limpieza de un hogar puede efectuarse casi de la misma forma que la de un partido político: abriendo bien todas las ventanas. Los españoles somos expertos en lo contrario.

El sistema de corrientes en las casas está pensado precisamente para que la mayor parte de la mugre salga sola. La mugre es mugre. Es asquerosa. Y la única manera de no tocarla es dejarla que se vaya volando. No comprendo a la gente que limpia la suciedad de casa con sus propias manos. Me parece tan oportuno como apagar una hoguera metiéndose las brasas en los bolsillos, o como abrir todas las ventanillas del coche para ventilar la ciudad. Estas tesis de resistencia a la limpieza a fondo han convertido parte de mi hogar en un lugar increíblemente animado, al menos para ser un microbio soltero cualquier sábado noche. Estoy seguro de que tengo cientos de momias milenarias en el trastero, pero la puerta está atascada, y creo que alguno de los bisontes fosilizados al otro lado se ha tragado la llave.

A este bisonte siberiano que ha saltado a las portadas de la prensa lo han sorprendido en Yana-Indigirka, que supongo que es el lugar donde acaban sus días la mayor parte de los bisontes de más de 9.000 años. Dicen los expertos de la Academia Rusa de Ciencias que se conserva de maravilla. No sé si han visto la foto del fósil, pero me temo que estos rusos no se han detenido nunca durante un instante ante la imagen de los Rolling Stones. Lo cierto es que el mamífero está sonriendo, pero la mayor parte de la gente que lleva 9.000 años congelada lo hace, o sea que tampoco es que sea un gran hallazgo. Me intriga, eso sí, qué les parece tan gracioso a las momias siberianas cuando están al punto de congelación. Me intriga eso, y por qué los peces no cierran los ojos cuando los meten en la olla. Son algunas de las grandes preguntas sin resolver de la historia de la ciencia.

Los científicos tienden a dejar muchas incógnitas en el aire y a responder cosas que nadie se había preguntado. Que la momia tenía mucha hambre en el momento de congelarse, es una de las grandes conclusiones a las que han llegado los investigadores, después de observar detenidamente la ausencia de grasa en el abdomen del animal. Asombra la habilidad que tienen algunos para detectar el hambre en el abdomen de un bicho de hace 9.000 años, y lo mucho que les cuesta ver el hambre en lugares donde es más evidente, como en Cuba, Venezuela, y en general todos esos países que han decidido que la noticia del hambre del bisonte es más importante que la asfixia alimentaria que provoca la revolución en los suyos.

Confieso, al fin, que no logro ocultar mis simpatías por el bisonte. No sólo porque me resulte familiar y crea que puede haber alguno así debajo de cualquiera de mis alfombras, sino porque nos recuerda entre otras cosas que siempre hay que sonreír ante los golpes de la vida. Y, ciertamente, pasarse desde la Edad de Hielo en la misma postura no puede considerarse exactamente una aventura agradable, ni creo que los reumatólogos lo recomienden a sus pacientes con dolores de espalda. Y sin embargo, ahí lo tienen, sonriendo de oreja a oreja –en el supuesto caso de que los bisontes tengan orejas-.

Al fin, tras sesudos análisis, los científicos han confirmado hace unas horas que la edad de este bisonte congelado es 9.300 años. Esto lo convierte en el mamífero más longevo de la Historia de la Humanidad, sólo superado por Fidel Castro. La gran diferencia con el dictador cubano es que, tras ser inspeccionado por expertos estadounidenses, al bisonte sí le han encontrado corazón.

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