WASHINGTON.- Ahora, más de tres décadas después de que el régimen castrista fue reconocido primero como un estado patrocinador del terrorismo, parece que el Presidente ha olvidado el peligro que representa.
WASHINGTON.- Hace cincuenta y cuatro años, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Cuba debido a acciones peligrosas del régimen de Castro, que planteó una seria amenaza a nuestra seguridad nacional. Entonces, el presidente Eisenhower dijo que "hay un límite a lo que puede soportar los Estados Unidos en su amor propio, respecto a Cuba, se ha llegado a ese límite".
Los Estados Unidos, como abanderado de la libertad, ha permanecido fuerte contra un régimen tiránico que ha oprimido y abusado de sus ciudadanos. Más de medio siglo ha pasado y la tiranía cubana aún representa un peligro claro y presente para los Estados Unidos. El régimen de Castro intenta socavar nuestra seguridad nacional en cada vuelta y refuerza la inestabilidad en toda la región mediante la exportación de su aparato militar y de espionaje cubano a través de América Latina.
Recientemente, el régimen de Castro trabajó con Rusia para reabrir las instalaciones de inteligencia de Lourdes, que podrían dar señales de un posible estado de la técnica de Putin con instalaciones a sólo 90 millas de nuestra costas, al tiempo que Rusia otra vez se posiciona como una amenaza para nuestros intereses alrededor del mundo.
El año pasado, el Gobierno de Cuba fue atrapado tratando de enviar armas y equipos militares a Corea del norte en violación de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Pero eso no impidió a los hermanos Castro tratar de adquirir más armamento de los enemigos de los Estados Unidos.
Después que la administración Obama fue anfitrión de miembros del régimen asesino en el Departamento de Estado, Castro fue capturado otra vez al ocultar un cargamento con equipo militar procedente de China destinado a Cuba.
Es inconcebible que durante estas negociaciones secretas desacertadas con la Casa Blanca, el castrismo ha sido sorprendido trabajando con Corea del norte y ahora con China. Además, el régimen cubano ha penetrado también en nuestros propios servicios de inteligencia de espías como con Ana Belén Montes y Kendall Myers. De hecho, ese régimen tiene uno de los más avanzados sistemas de espionaje del mundo, que apunta directamente a nuestra nación. La información que se reúne luego se vende en el mercado negro a los que buscan hacerle daño a los intereses estadounidenses dentro y fuera de nuestras fronteras. Finalmente, el régimen de Castro ha enviado asesores militares a Venezuela. Estos agentes han entrenado a las fuerzas del régimen de Maduro en el uso de la violencia y la tortura y han participado directamente en el asesinato de inocentes activistas pro democracia en Venezuela.
Durante décadas, los Estados Unidos se han mantenido firme contra la tiranía de los hermanos Castro y ha liderado el camino en la lucha por la democracia y los derechos humanos en Cuba. Ahora, más de tres décadas después de que el régimen castrista fue reconocido primero como un estado patrocinador del terrorismo, parece que el Presidente ha olvidado el peligro que representa.
Creo firmemente que las concesiones del Presidente a los hermanos Castro representan una amenaza de seguridad nacional real. Con esta nueva infusión de capital, el régimen de Castro será capaz de socavar nuestra nación y nuestros intereses en el mundo. La actual Administración finalmente, debería aprender la lección que cada presidente norteamericano ha aprendido desde Eisenhower: negociar con el régimen de Castro es un esfuerzo fallido.
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