jueves 6  de  febrero 2025
HISTORIA

Historia y sabor en Miami: Frutería Los Pinareños

Creada en los años 60', es la frutería en activo más antigua de la Florida y una joya histórica de Miami. Su fundadora, Guillermina Hernández, aún trabaja allí
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

MIAMILa Pequeña Habana, ubicada en Miami, es un barrio conocido por su rica herencia cubana y su vibrante cultura. Entre los coloridos edificios, los murales, la música, el dominó y el aroma del café cubano, se encuentra un lugar que encanta a los residentes y visitantes: la Frutería Los Pinareños.

Fundada hace casi 60 años por los cubanos Guillermina y Ángel Hernández, la Frutería Los Pinareños es un verdadero tesoro para los amantes de los sabores tropicales. El sitio se ha convertido en un punto de referencia en la comunidad y en un destino obligado para turistas seducidos por mangos, piñas, guayabas, bananas y mameyes, todo en una explosión de colores y vitaminas.

Frutería Los Pinareños miami - GRETHEL DELGADO / DLA
Guillermina y Ángel Hernández, fundadores de la Frutería Los Pinareños.

Guillermina y Ángel Hernández, fundadores de la Frutería Los Pinareños.

De Pinar del Río a Miami

Guillermina y Ángel Hernández nacieron en 1941 en la provincia de Pinar del Río. El destino los unió en el exilio y en Miami crearon una empresa familiar que ha resistido los embates del tiempo.

“Yo vine a Miami en 1961 por la Operación Pedro Pan, tenía 16 años”, contó Guillermina a DIARIO LAS AMÉRICAS. “Después estuve en Nueva York, y regresé. Esto era de judíos, se lo rentamos, luego se lo compramos y aquí estamos”, dijo entre risas.

Frutería Los Pinareños miami - GRETHEL DELGADO / DLA
En una de las paredes de la Frutería Los Pinareños se ve una foto de sus primeros años.

En una de las paredes de la Frutería Los Pinareños se ve una foto de sus primeros años.

La frutería abrió en 1968. Este local, que ha sufrido varios cambios, lleva casi 60 años en La Pequeña Habana, lo que la convierte en una joya de la zona, conservando la identidad de esa peculiar barriada. De hecho, se le considera la frutería en funcionamiento más antigua de Florida.

Overton, Robert M. Los Pinarenos fruteria in Miami's Little Havana. 1969 (circa). State Archives of Florida, Florida Memory.
Frutería Los Pinareños, en La Pequeña Habana, en 1969. Foto de Robert M. Overton.

Frutería Los Pinareños, en La Pequeña Habana, en 1969. Foto de Robert M. Overton.

“Somos de Pinar del Río”, recalcó, consciente de que “uno siempre sigue siendo del lugar donde nació, y donde están los recuerdos más bellos de la infancia. Mi esposo también era de Pinar, él del sur y yo del norte”. Aquí hizo un alto para recordar a su difunto marido, Ángel Hernández, quien fuera miembro de la Brigada 2506, que en 1961 protagonizó la invasión a Bahía de Cochinos en la isla con la intención de recuperar su país tras la llegada de Fidel Castro al poder.

En Cuba, explicó, “teníamos una finca, y vendíamos los productos. En una finca todo lo que siembras, cosechas y crías se vende. Igual que una bodega, la gente iba y compraba”.

Al viajar a sus recuerdos no puede evitar sonreír, como si estuviera viendo esos paisajes y olores que se quedan grabados en la memoria. “Lo que viví allá lo echo de menos porque la familia era muy unida, mi abuela, mis tíos. En el campo se vivía muy bien”.

¿Qué es lo que más le emociona al recordar su tierra natal?, le pregunto. “El río. Se llama Río del Medio. Ese río todavía lo oigo sonar”, confesó, conmovida.

Es por eso que seguir trabajando en la frutería le permite conectarse con sus raíces. “Yo vengo a ayudar aquí”, dijo sobre su negocio familiar, y en ese momento unos de sus hijos se acercó a saludarnos.

Frutería Los Pinareños miami - GRETHEL DELGADO / DLA
Detalles en la Frutería Los Pinareños, en Miami.

Detalles en la Frutería Los Pinareños, en Miami.

Un emblema de La Pequeña Habana

El propio local tiene historia por los cuatro costados, así como elementos de la cultura local. Vemos carteles de la Brigada 2506, del pelotero José Fernández, fotos de Guillermina y Ángel, objetos históricos que parecen sacados de un museo, molinillos de café, máquinas de coser, una Virgen de la Caridad, un retrato de José Martí, banderas cubanas, todo esto entremezclado con flores y cajas repletas de frutas.

Frutería Los Pinareños miami - GRETHEL DELGADO / DLA
La Frutería Los Pinareños tiene una estructura abierta, donde se exhiben frutas y elementos relacionados con Cuba.

La Frutería Los Pinareños tiene una estructura abierta, donde se exhiben frutas y elementos relacionados con Cuba.

“¿Guarapo tienes?”, le preguntó un señor por la ventanita. Esta breve pausa nos llevó a abordar el tema más importante del local: los jugos o zumos más populares. “La caña, el mamey y el mango es lo que más buscan”, indicó Guillermina, conocida como “la abuela de La Pequeña Habana”.

Unos instantes de silencio entre las dos nos permiten concentrarnos en la música que sale de los altavoces. Mientras Guillermina friega unos vasos y organiza su puesto de trabajo, la melodía de un bolero nos transporta a la Cuba de los años 50’. Y es como si ella me llevara de la mano a otro lugar, a otra época, sobre todo por la forma en que levanta la vista, me mira y dice: “¿Qué más quieres saber?”

Pero no todo ha sido un bolero. En 1995 el local, que estaba hecho de madera de pino de Florida, se incendió y la familia perdió lo avanzado. No abandonaron su negocio, pues siguieron trabajando y en 1999 lograron recuperarse y reconstruyeron todo, ahora con concreto.

Una turista se acercó hablando en inglés. Guillermina pausó esta entrevista para atenderla con esa familiaridad que suele definir a los cubanos: “¿Qué tú querías, mi amor, sugar cane?”

Guillermina prepara el pedido y me cuenta que el guarapo es uno de los productos estrella en la frutería. En efecto, el guarapo conecta a muchos cubanos con sus raíces, y este es uno de los sitios en Miami donde se puede encontrar esa dulce y vigorizante bebida preparada al prensar la caña de azúcar en un trapiche.

“Me he pasado casi 60 años aquí, estoy acostumbrada al público, prefiero estar aquí que estar en la casa”, admitió Guillermina, quien disfruta conversar con los turistas que visitan la frutería y conocer sobre sus culturas.

Además, tras casi 60 años asomada a esa ventana de su puesto de frutas ha visto el proceso de crecimiento de la Calle Ocho. La imagen de La Pequeña Habana, aseguró, “ha cambiado mucho. Antes era todo de cubanos, y después vinieron más nicaragüenses, cuando [la dictadura de Anastasio] Somoza, y así esta zona fue creciendo y cambiando”.

Algo que le preocupa es que la zona mantenga esa identidad que la caracteriza, por eso recalcó que “hay que cuidar la esencia de La Pequeña Habana, porque hemos pasado mucho trabajo para construirla”.

1334 SW 8th St, Miami, FL 33135

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