Como han explicado científicos y epidemiólogos, las características de supervivencia del COVID-19 impulsan su propagación en un corto período de tiempo, por eso, los niveles tan altos de contaminación que han ocurrido en más de 140 países.
Como han explicado científicos y epidemiólogos, las características de supervivencia del COVID-19 impulsan su propagación en un corto período de tiempo, por eso, los niveles tan altos de contaminación que han ocurrido en más de 140 países.
Una enorme preocupación para muchos residentes y para las autoridades del sur de la Florida son los más de 1.000 desamparados que viven actualmente bajo puentes y lugares céntricos del dowtown de Miami. Otros 2.540 se encuentran en albergues.
Para nadie es un secreto en las condiciones de deterioro en que sobreviven estas personas en las calles, sin –aparentemente- un respaldo imprescindible de los gobiernos locales. Pero el problema no es tan sencillo. DIARIO LAS AMERICAS se dio a la tarea de investigar este sensible tema en tiempos muy difíciles para nuestra comunidad.
La preocupación sobre la vida y el destino de los desamparados, específicamente en la ciudad de Miami, se acentuó durante el mandato del alcalde Manny Díaz, cuando el gobierno local y la Universidad de Miami acordaron intercambiar terrenos para construir una nueva sede de Camillus House , situada en el 1603 NW 7th Ave. Esto permitió duplicar la capacidad de alojamiento temporal para quienes habitan en las calles y aceras de la ciudad y mejorar la calidad de ese servicio. El incremento de esta población, después de la crisis económica del 2008 y el arribo de desamparados, que migran de otros estados hace insuficiente el número de espacios y camas disponibles.
Por otra parte, muchos no disfrutan de esta oportunidad por diversas razones: no quieren permanecer bajo los reglamentos de la institución, se niegan a trabajar e integrarse a la sociedad, algunos son exconvictos por delitos sexuales cometidos contra menores o tienen adicción a las drogas.
Crece preocupación
Las alarmas se han disparado en el vórtice de la tensión generada por la ramificación del coronavirus en el sur de la Florida, debido al alto riesgo de contagio entre estas personas, en su mayoría, con un sistema inmunológico debilitado por factores previos de salud; por la deficiente alimentación, consumo de cigarros y drogas, y por las condiciones higiénicas en las que permanecen.
“Nosotros en la Ciudad de Miami tenemos las manos atadas con lo que se llama el Pottinger Act (ley de Pottinger)”, reveló a DIARIO LAS AMERICAS el presidente de la Autoridad de Desarrollo del Downtown de Miami (DDA) y comisionado local, del distrito 4 de la ciudad de Miami, Manolo Reyes.
En 1988, la Unión Americana de Libertades Civiles se asoció con más de 5.000 personas sin hogar y demandó a la Ciudad de Miami para evitar que la policía los arrestara y les presentara cargos de vagabundos. El principal demandante fue el señor Michael Pottinger, quien alegó que los derechos constitucionales y civiles de estos ciudadanos eran violados por las autoridades, al imponerles restricciones y arrestarlos por acciones presuntamente ilegales, además de confiscar sus artículos personales.
Desde esa fecha y hasta la actualidad, el litigio legal se mantiene entre la Corte del Distrito Sur del Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Corte de Apelaciones. Varios jueces –en el transcurso de los años- han tratado de ponerle un punto final al asunto, pero sin éxito.
Esos dictámenes judiciales impiden que estas personas puedan ser obligadas a recibir ayuda y en un caso de emergencia extrema como la crisis epidemiológica que nos azota, poder conducirlos por la fuerza a un lugar seguro y con la atención que necesitarían si contraen el COVID-19.
“No podemos tocar siquiera los artículos de ellos y mucho menos obligarlos a nada. Por esa razón no podemos recogerlos ni llevarlos a ningún lugar, sin su consentimiento. Lo único que podemos es tratar de convencerlos de ir a un refugio para ofrecerles atención como seres humanos”, argumenta Reyes.
Las ayudas
"Tenemos en estos momentos un programa coordinado con el Homeless Trust para suministrarles gel desinfectante de manos. Estamos en proceso de construir cuatro baños permanentes, pero como emergencia ahora, instalamos varios en diferentes puntos, 15 estaciones para lavarse las manos, volantes con información en tres idiomas y se identificaron a personas de alto riesgo", explica el comisionado.
Entrevistado por la reportero de Univisión Diana Montaño, el pastor Frank Díaz, quien desde hace más de 20 años ayuda a los desamparados, ratifica que “los albergues se encuentran abiertos, pero [que] no hay camas disponibles”.
Por su parte, Ron Book, presidente del Homeless Trust (entidad caritativa), dice que trabajan en alternativas para no dejar a los desamparados en las calles y que queden desprotegidos ante esta pandemia.
En caso de una emergencia sanitaria dentro del grupo de estos individuos, ¿la ciudad de Miami tiene la potestad de llevar a un centro de salud por la fuerza a estas personas? "Es una buena pregunta, no tengo la respuesta exacta en estos momentos, pero no creo que una orden judicial sobre nosotros nos exima de poder emplear medidas drásticas con estas personas, de llegar a una situación de urgencia extrema".
¿Tiene la ciudad de Miami capacidad de habitaciones para alojar a estas personas en caso de una emergencia?
“No, podemos dialogar con otras ciudades para hallar una solución inmediata si llegase el caso, pero el gobierno local no cuenta en estos momentos con habitaciones para albergar a más de 1.000 desamparados que viven hoy en Miami, pero hay organizaciones sin fines de lucro que nos ayudan también en situaciones de urgencia”, responde el comisionado Reyes.
“Nada nos impide a nosotros, mucho menos en tiempos como estos, llevar a cabo acciones conjuntas con otros gobiernos locales y condales, con instituciones privadas incluso, si se trata de ayudar y salvar a la comunidad. La creación de un centro de pruebas del coronavirus en el Marlins Park, es un ejemplo reciente de esa cooperación y en la cual, yo, personalmente participé”, aclaró el presidente de la Autoridad de Desarrollo del Downtown Miami.
Los riesgos
Sobre prohibir en estos momentos los vuelos a Cuba y el cierre casi total de la ciudad de Miami, el también comisionado se mostró proclive a que el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, decrete un cierre de los condados de Miami-Dade y Broward, que es donde se concentra el mayor número de diagnosticados de coronavirus y no empezar a ordenar cierres a ultranza, que generan muchas dudas y contradicciones entre las personas que se trasladan por el sur de la Florida. "Esto es algo que no se debe hacer a lo loco, se necesita la cooperación de todas las localidades; Miami está en el centro y es limítrofe con varias ciudades, por eso resulta muy complejo", aclara.
En cuanto a Cuba indicó “yo estoy totalmente de acuerdo con cancelar todos los vuelos desde Cuba. Las estadísticas allí nunca han representado la realidad, siempre han sido favorables al régimen porque son manipuladas, de toda la vida. Tenemos que tener mucho cuidado de quiénes viajan a Cuba y quiénes llegan de Cuba. Y eso se aplica a todos los países que tienen contagios”, acotó Reyes.
Por último, el comisionado Reyes recordó “Yo estoy acá desde 1959 y jamás he visto algo como esto. He pasado muchas epidemias aquí, nunca se habían tenido que tomar medidas similares”. Por eso alertamos una vez más sobre la disciplina y necesidad de cumplir todos los consejos sanitarios, tener conciencia social y protegernos unos a otros. Es la única forma de salir de esta situación lo antes posible”.
Si bien es alta la preocupación por las personas que viven en las calles de Miami, solo algunas medidas preventivas podrían evitar un contagio masivo. Algunos –con enfermedades mentales- ni se percatarán del peligro que corren frente a una pandemia, que deja miles de muertes a diario por todo el mundo. La mayoría se encomendará a Dios, resignados o adaptados a su lamentable estatus social.