BARCELONA.- España espera recibir alrededor de 41 millones de visitantes este verano, un nuevo récord, según estimaciones del Ministerio de Turismo, en medio de una ola de protestas en contra del “turismo excesivo” que se ha originado en las principales ciudades turísticas del país.
“¡Basta! Pongamos límites al turismo”, “¡Decrecimiento turístico ya!”, “Fuera turistas de nuestros barrios”, “Un turista más, un vecino menos” y “Turistas, vayan a casa”, son algunas de las consignas que se escuchan desde hace aproximadamente tres semanas en ciudades como Barcelona, Cádiz, Islas Baleare, Islas Canarias, Málaga y Palma de Mallorca.
En estas ciudades, las predilectas para los turistas, los españoles protestan en contra del “turismo masivo”, que, aseguran, es el culpable de la falta de vivienda asequible y de las congestiones que sufren durante las temporadas altas.
Ahora, el Ministerio del Turismo prevé una visita de casi 41 millones de extranjeros, 13% superior a la de la temporada anterior, que generará unos ingresos de hasta 59.000 millones de euros, unos 64.000 millones de dólares, 22% más en comparación con el 2023.
Efectos negativos del turismo
Aunque el ministro de Turismo, Jordi Hereu, reconoce el “éxito del modelo turístico” y el fuerte incremento del gasto de sector, “por encima del número de visitantes”, no desestima los “efectos negativos” que conlleva al país.
España, el segundo destino turístico mundial después de Francia, con 85,1 millones de visitantes extranjeros en 2023, obtendrá un aumento de ingresos turísticos de 5,3% interanual este año, y de 4,6% en conjunto, con respecto al 2023, superando por primera vez “los 200.000 millones de euros”. Esto elevaría un 13,2% su parte en la economía española, de acuerdo con la alianza turística Exceltur.
Sin embargo, los beneficios económicos que el sector representa pierden valor ante las denuncias ciudadanas, que exponen el ruido, la congestión de las infraestructuras de transporte, el daño ambiental y el aumento de los precios de alquileres que, en los últimos años, ha alcanzado un incremento de 68% en Barcelona, por ejemplo, según el Ayuntamiento.
¿Por qué protestan contra el turismo en España?
Los manifestantes, que el fin de semana pasado lanzaron objetos y rociaron de agua a los turistas en Barcelona, exigen, entre otras cosas, un cambio de modelo económico que reduzca la afluencia turística a la ciudad.
“Contra el turismo no tengo nada, pero con el exceso de turismo que estamos sufriendo en Barcelona, sí, porque eso hace invivible la ciudad”, indicó a la AFP Jordi Guiu, un sociólogo de 70 años, que participó en la marcha del sábado, 6 de julio.
El pasado fin de semana al menos 20.000 ciudadanos salieron a las calles de Barcelona, según la Asamblea Vecinal para el Decrecimiento Turístico. Los manifestantes antiturismo dejaron en malestar por la escasez de viviendas, el hacinamiento y los altos costos, que afectan la calidad de vida de los ciudadanos.
“El turismo y los hoteles es el grupo que realmente gana dinero, pero todas las personas están en una situación pobre y no tienen suficiente dinero para vivir. Ese es el problema”, expresó el manifestante Joan Navarro-Bertran.
Fin de los pisos turísticos
La Asamblea Vecinal para el Decrecimiento Turístico, que dirige las protestas en la capital catalana, sostiene que los turistas causan una subida de los precios y ejercen presión sobre los servicios públicos. Asegura, además, que los beneficios que genera el sector turismo se distribuyen “injustamente” y aumentan la desigualdad social en la ciudad.
Para frenar el número de visitantes a la ciudad y promover un nuevo modelo turístico, la organización ha realizado una serie de propuestas, entre las que se encuentran: el cierre de las terminales de cruceros, una mayor regulación de los alojamientos turísticos y el fin del gasto público en promoción turística.
A fin de facilitar el acceso de sus residentes a las viviendas, principal demanda de los ciudadanos, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció un plan para acabar con los pisos turísticos antes del 2029.
Esta medida, apegada a la última regulación del Parlamento de Cataluña, evitará que se renueven las licencias de los apartamentos turísticos, lo que permitirá poner en el mercado inmobiliario alrededor de 10.000 viviendas, que es el número que actualmente cuenta con licencias de uso turístico.
FUENTE: Con información de AFP / La Vanguardia / CNN / The New York Times