El asilo otorgado a González Urrutia el pasado 6 de septiembre, cuando se encontraba resguardado en la Embajada de Madrid en Caracas ante la orden de captura emitida por la dictadura, con mediación de los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidenta y presidente del Parlamento chavista, respectivamente; del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y del Gobierno de Sánchez eleva críticas en su contra, mientras que el régimen venezolano insiste en su teoría conspirativa, ahora con la detención de dos ciudadanos españoles, a quienes acusa de formar parte de un supuesto complot para "desestabilizar" al país suramericano.
Luego de que el Congreso y el Senado español reconocieran al diplomático venezolano como presidente electo de Venezuela en las elecciones del 28 de julio, según las actas escrutadas que testigos y miembros de mesas enviaron a la oposición, el chavismo amenazó con romper relaciones diplomáticas, comerciales y consulares con España y vinculó al país europeo con este nuevo episodio de conspiración, por la que detuvieron en territorio venezolano a los españoles José María Basoa y Andrés Martínez Adasme, de 35 y 32 años, respectivamente.
La desaparición de Basoa y Adasme fue denunciada por sus familiares el 9 de septiembre. Cinco días después conocieron de su paradero por voz de Diosdado Cabello, número dos del chavismo y recién nombrado ministro de Interior, quien los relacionó, junto a tres estadounidenses y un checo, con un presunto plan para asesinar a Maduro y a otros jerarcas chavistas.
España ha negado cualquier vinculación de Basua y Martínez Adasme con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), como indicó el chavismo, y reclama a la tiranía venezolana, que realizó las acusaciones sin presentar pruebas, "información oficial y verificada" sobre el estatus de los españoles.
Tensión en España
La tensión que creó el exilio forzado de González Urrutia sigue pasando factura al gobierno de Sánchez. A la detención de los ciudadanos españoles, a los que no han podido tener acceso pese a su cercanía con el chavismo, se le suma la alarmante denuncia de "coacción" que sufrió González Urrutia para firmar una carta en la que acataba la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) al servicio del régimen, que convalidaba los resultados del Poder Electoral chavista, sin que a casi dos meses de la elección hayan publicado los resultados desglosados por mesas de votación, como exigen las leyes y normativas electorales en Venezuela.
El presidente electo denunció que fue coaccionado para suscribir una carta dirigida a Jorge Rodríguez, que se filtró en medios venezolanos la mañana del 18 de septiembre, causando revuelo en la población. "El mundo entero sabe que siempre recurre al juego sucio, al chantaje y a la manipulación (...) Lo que deberían estar divulgando son las actas de escrutinio. La verdad es lo que es y está en las actas que ustedes pretenden ocultar", indicó el opositor en un video difundido en sus redes sociales.
En paralelo, Rodríguez presentaba en una rueda de prensa una carta firmada por González Urrutia en la Embajada de España en Caracas, como resultado de la "negociación" entre la vicepresidenta y el gobierno español, que concretaría su salida de Venezuela.
"Si en las próximas 24 horas usted no desmiente esa infausta acusación que ha hecho voy a mostrar las pruebas de las conversaciones que usted y yo sostuvimos cara a cara", amenazó al nuevo mandatario venezolano, que debería asumir el poder el 10 de enero de 2025, mientras que mostraba las fotografías de la reunión en la sede diplomática española, que las que aparece junto a su hermana, González Urrutia y el embajador español, Ramón Santos.
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Repudio a la coacción y al papel del Gobierno de Sánchez
El repudio a la suscripción de este documento bajo coacción en la embajada española no se hizo esperar, aumentado las críticas al Gobierno de Sánchez, a quienes distintos líderes políticos le han exigido la dimisión de su canciller, José Manuel Albares, y de su embajador en Caracas, y explicaciones de la negociación con el régimen de Maduro, que insiste en negar, pese a las evidencias.
Esteban González Pons, vicepresidente del Parlamento Europeo (PE), instancia que reconoció la mañana de este jueves 19 de septiembre a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, señaló al gobierno español de fungir como "cooperador necesario" en el golpe de Estado que Maduro dio en Venezuela, con Zapatero, que se encontraba en Caracas para el momento, como el "gran urdidor de la operación".
"El embajador de Sánchez (Pedro) no sólo consintió el chantaje en su residencia, además permitió que hicieran fotos para seguir chantajeando después. Albares, ¿qué sabes y te callas? ¿Dónde te has escondido? Esta es política de mafiosos y criminales, qué vergüenza el nombre de España ahí", aseveró.
En este orden, el presidente del Partido Popular (PP) de España, Alberto Núñez Feijóo, condenó el papel de la diplomacia española ante la coacción de la que habría sido víctima el líder venezolano. "Bajo ningún concepto, sin ninguna excusa, se puede tolerar que en una embajada española se coaccione a nadie, menos a un representante del pueblo venezolano; y menos aún por quienes son protagonistas, me refiero a Delcy y su hermano, de violación masiva de los derechos humanos después y antes de las elecciones", indicó desde Roma, en compañía del canciller italiano, Antonio Tajani, tras una reunión con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.
"El gobierno español ha mentido. La diplomacia española, pilar esencial de la diplomacia europea en Iberoamérica, no puede estar al servicio de un régimen dictatorial (...) España ha llegado muy lejos y se debe de parar. En primer lugar, el embajador en Venezuela ha de ser reemplazado, en segundo lugar el ministro de Asuntos Exteriores español ha de presentar su dimisión y, en tercer lugar, el presidente del gobierno de España ha de dar explicaciones inmediatas y asumir que España no es equidistante entre la civilización y la extorsión, entre la democracia y la dictadura", subrayó.
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La negativa de España y el retorno de González Urrutia
El canciller español rechazó las acusaciones de González Pons y la solicitud de dimisión hecha por Núñez Feijóo, a quien le exigió que "desautorice" al vicepresidente del PE, también vicepresidente del PP, por las "calumnias" en contra del Gobierno socialista.
"El señor Feijóo lo que debería hacer es desautorizar al eurodiputado que está calumniando e injuriando públicamente al Servicio Exterior de España, que es intachable e irreprochable", expresó.
Afirmó que España "no tiene nada que ver" con el chantaje del que habría sido víctima González Urrutia, pese a las imágenes que evidencian la presencia de Delcy Rodríguez en la embajada española, con beneplácito del embajador, quien también aparece en las fotos.
Además, pidió al PP que "que, por favor, respeten la decisión que tomó Edmundo González (de salir de Venezuela) y que comprenda las circunstancias tan difíciles en las que tuvo que tomarla".
González Urrutia, por su parte, este jueves aseguró que su forzada salida del país es "temporaria", en un mensaje en el que agradecía el reconocimiento de la Eurocámara e instaba a la Unión Europea (UE) a apoyar la soberanía popular expresada en las urnas electorales.
"Considero llegada la hora de solicitarle a Europa una vez más y más enérgicamente que nunca que ésta pudiera hacer desde su actuación colegiada a nivel internacional para contribuir al propósito de que en Venezuela se haga valer la soberanía expresada en las urnas", enfatizó.
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FUENTE: Con información de El País / El Mundo / Euronews / NTN24 / Redacción DLA