Desde el 19 de octubre, Venezuela tiene sus primeros santos, la madre Carmen Rendiles y José Gregorio Hernández, en momentos en que el país enfrenta una grave crisis ocasionada por el narcorrégimen. Los nuevos santos representan una luz de esperanza para todos los venezolanos que luchan día a día para conquistar la libertad de Venezuela y la de sus presos políticos. María Corina Machado lidera esta lucha espiritual entre el bien y el mal.
La líder indiscutible de la oposición venezolana fue galardonada recientemente con el premio Nobel de la Paz, esto significa que el mundo entero reconoce su lucha durante más de 20 años por su pueblo, que sufre por una Venezuela desgarrada y entregada a China, Rusia e Irán, además de todos los grupos terroristas que hacen vida en un país que perdió su rumbo, pero no la fe de la inmensa mayoría de los venezolanos que quieren vivir en democracia.
La canonización trajo la unidad a una Venezuela dividida entre lo espiritual y lo social, ya que 90% respalda la opción de cambio liderado por María Corina. El hecho mismo de que Venezuela tenga ahora un santo, el Dr. José Gregorio Hernández, en un país donde la crisis hospitalaria, la escasez de medicinas y el regreso de enfermedades que ya habían sido erradicadas es más que simbólico, es un milagro. Lo mismo sucede con la madre Carmen Rendiles, que en vida se dedicó a enseñar y a cuidar enfermos. La educación en Venezuela está totalmente abandonada, planteles destruidos, sueldos de miseria para los profesores y escasez de alumnos que por falta de comida prefieren buscar otras oportunidades en el exterior. Como todos sabemos, Venezuela tiene un éxodo histórico, el más grande del continente. Así que esta canonización toca dos de los problemas más grandes causados por la dictadura, la salud y la educación. Además, no podemos olvidar el carácter político, porque antes la dictadura perseguía y hostigaba a la líder de la oposición, María Corina Machado, pero ahora es una persecución a la primera latinoamericana y además mujer en recibir el premio Nobel de la Paz. Esto se convierte en una especie de escudo moral que protege a María Corina, ahora a nivel internacional con más fuerza. Si algunos países estaban apoyando la causa de la libertad en Venezuela, ahora es el mundo completo el que respalda a la ganadora del premio Nobel de la Paz. Incluso gobiernos de izquierda han decidido dejar aislada a la dictadura. La posición del gobierno de Chile, en palabras pronunciadas por el presidente Gabriel Boric, ha sido contundente: “Sin ir más lejos, en Chile, tenemos el caso del asesinato de un exmilitar venezolano en donde uno de los sospechosos de haber perpetrado el asesinato es el mismo régimen del dictador Nicolás Maduro, que se robó las elecciones en su patria”. En otras palabras, nadie quiere aparecer como aliado de un narcotraficante.
Otras consecuencias de la canonización en estos tiempos de crisis es la posición firme de la Iglesia Católica ante los desmanes de la dictadura. Los venezolanos en su inmensa mayoría son católicos y esta canonización resalta en ellos su fe y espíritu de lucha. La Iglesia refuerza estos valores espirituales de resistencia ante un gobierno acomodaticio y mentiroso que seguramente querrá aprovechar la canonización de nuestros primeros santos para montar un show y tratar de engañar a un pueblo que ha sido abandonado, perseguido, al que le ha violado todos los derechos humanos, incluido el más sagrado de todos, como es el derecho a la vida. Ante esta realidad, el Vaticano como Estado, oficialmente felicitó a la ganadora del premio Nobel de la Paz. Es sin lugar a dudas un mensaje claro.
Esta es una oportunidad para unir a los venezolanos. Este acto de canonización sin duda alguna se transforma en una nueva esperanza. María Corina entendió que es el momento para que todos los venezolanos, sin importar en qué parte del mundo se encuentren, oren por la libertad de Venezuela y de todos los presos políticos. Estamos seguros de que la intervención divina del Dr. José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles, ambos elevados a los altares, intercederán para que muy pronto se logre la libertad de Venezuela y espiritualmente caminen junto con todos los venezolanos, en un país distinto, lleno de oportunidades, que seguramente se convertirá en la joya de Latinoamérica.
“Un hombre auténtico tiene como ideal moral, hacer el bien”. San José Gregorio Hernández.
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Edgar J. Amado*
*Coordinador Acción Juvenil de VENAMÉRICA y presidente JUVENEX