sábado 4  de  enero 2025
OPINIÓN

Grito de silencio por las víctimas

Pedimos a personas de buena fe solidarias con el pueblo cubano que firmen la petición para expulsar a Cuba del Consejo de Derechos Humanos

Por REGIS IGLESIAS RAMÍREZ y JOHN SUÁREZ

Si algún hecho representara la esencia perversa del régimen gansteril de los hermanos Castro, sin dudas el hundimiento del remolcador 13 de marzo en julio de 1994 reuniría todas las aristas para ser, pese a la interminable lista de crímenes de esa tiranía comunista, es uno de lo más infame.

Crimen horrendo cometido con total impunidad, por unos voluntarios , como calificó Oswaldo Payá Sardiñas, líder del Movimiento Cristiano Liberación, a los pilotos de tres remolcadores estatales que se aprestaron a perseguir y embestir el remolcador que pretendía escapar a tierras de libertad ante la indiferencia de las guardacostas de la marina de guerra cubana que permitieron la ejecución del crimen.

Payá, también asesinado en una carretera de oriente de la isla por sicarios de la policía política del régimen junto al joven activista Harold Cepero el 22 de julio, pero de 2012, trazó un paralelismo entre la crueldad e impiedad de los más entusiastas seguidores del régimen de Fidel Castro y aquellos peninsulares y criollos que en época de la colonia española cometían, con absoluta impunidad, las más terribles fechorías en nombre de la Corona contra el pueblo cubano

La madrugada del 13 de julio de 1994 unas sesenta y ocho personas intentaron huir de la isla prisión abordando el remolcador del puerto de la Habana. El empeño fue llevado a cabo por la propia tripulación de la embarcación, que había planificado con minuciosidad y en total acuerdo los detalles para la fuga de ellos, sus familiares y amigos.

Al salir el grupo por la boca de la bahía de inmediato comenzaron a ser perseguidos por naves similares del Estado que a pocas millas de la costa comenzaron a embestir el 13 de Marzo proyectando sobre ellos potentes cañones de agua barriendo hombres, mujeres y niños que desde la borda suplicaban a sus agresores se detuvieran. El objetivo era hundir la embarcación y asesinar a sus tripulantes. Lo lograron cuando finalmente el remolcador, inundadas sus bodegas del agua lanzada contra las familias que pretendían buscar libertad, dio una vuelta de campana y el resto de los tripulantes que no habían sido barridos al mar por los chorros de agua de sus perseguidores terminaron en los abismos del Estrecho de la Florida, solo a siete millas de la bahía de la Habana.

La saña, soberbia, cobardía no era inédita. La matanza de Río Canimar, Matanzas, donde militares castristas ametrallaron en 1980 otra embarcación que intentaba escapar a la libertad asesinando 53 personas, incluyendo niños o antes, en 1962, la matanza de Barlovento, en la Habana, donde 20 personas fueron arrestadas y seis asesinadas en el intento de fuga estaban en la psiquis de los cubanos. Pero parecían cosas del pasado.

Lamentablemente el régimen comunista cubano no ha perdido su esencia los últimos 65 años, tampoco ahora, recién en octubre de 2022 una guarda frontera cubana hundió una embarcación que pretendía rescatar familiares en la isla, matando siete cubanos entre ellos una niña de dos años.

Treinta y siete personas fueron las víctimas fatales de aquel acto genocida el 13 de julio de 1994, diez de ellos niños y nueve adolescentes, el menor de ellos Helen Martínez Enríquez de 6 meses. Treinta y uno lograron sobrevivir pero jamás han podido superar el trauma desgarrador causado por tan injustificable crueldad. Los ejecutores fueron justificados públicamente por Fidel Castro y hasta condecorados.

En treinta años no ha cambiado mucho y este crimen sigue impune.

El régimen del partido comunista cubano y el clan mafioso que lo dirige continúa en el poder, sometiendo con violencia al pueblo cubano y marginándolo del libre ejercicio de sus derechos. Crímenes como el de Orlando Zapata Tamayo, en 2010 o los de Oswaldo Payá, Harold Cepero en 2012 también han quedado impunes. En los últimos dos años más de medio millón de cubanos han escapado de la isla por diversas vías, y mil cien cubanos hoy son presos políticos.

Y todo esto pasa mientras el pueblo continúa demandando sus derechos y el mundo mira hacia otro lado para continuar el status quo de sus relaciones con la mafia que desgobierna Cuba.

Por eso pedimos a personas de buena fe solidarias con el pueblo cubano que firmen la petición para expulsar a Cuba del Consejo de Derechos Humanos y el sábado 13 de julio al mediodía guarden y registren 13 minutos de silencio, un grito acusador de silencio, por las víctimas del remolcador "13" de Marzo" y publicarlo en sus redes sociales.

Regis Iglesias Ramírez se desempeña como portavoz del Movimiento Cristiano Liberación.

John J. Suárez es Director Ejecutivo del Centro por una Cuba Libre.

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