martes 19  de  marzo 2024
LA VOZ DE LA DIÁSPORA

Una nueva visión sobre la industria venezolana de los hidrocarburos

Sobre esta base, consideramos que resulta vital como se conciba el futuro de la Industria de los Hidrocarburos en Venezuela (IVH), pero no como todavía muchos creen, como la Industria que producirá la renta para resolver todo
Diario las Américas | VENAMÉRICA
Por VENAMÉRICA

Por HORACIO MEDINA*

Hace unas semanas compartimos un grupo de amigos y compañeros de PDVSA, la azul, por supuesto, algunas ideas y propuestas sobre nuestra visión de la nueva Industria Venezolana de los Hidrocarburos (IVH) que sobrepasa el tema de PDVSA y nos pone en un contexto mucho más amplio y determinante.

Mencionamos, en aquel momento, que el hilo conductual de la propuesta está centrado en la imperiosa necesidad de abandonar la concepción rentista que nos ha acompañado y atropellado desde que el petróleo irrumpió en la vida de Venezuela. Pero cuidado, no es el petróleo el culpable, el villano; lo es sin duda, la inocultable e irresistible tentación que su presencia genera para que la dirigencia del país ponga toda su apuesta hacia la voracidad por la renta que se deriva de su explotación.

La obsesión por un modelo rentista, el cual caducó hace décadas, se ha unido al mal manejo macroeconómico; al populismo como rector de las políticas gubernamentales; al creciente flagelo de la corrupción, que se ha impuesto para impedir a Venezuela aprovechar su condición de país ideal, para implantar un modelo de desarrollo basado en la creación sustentable de riqueza con equidad.

Estamos persuadidos de que la tarea será colosal, una vez desalojado del poder el actual régimen forajido y oprobioso. Años de continuos retrocesos, de destrucción sistemática y de exacerbación de la concepción rentista al límite de la locura que ha llevado a la quiebra, sin retorno, a su otrora gran empresa estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA).

De seguro, encontraremos un país sumido en el fracaso absoluto del rentismo; destruido su aparato productivo nacional corroído por la corrupción y la destrucción de los valores sociales primarios; con un considerable sector social en el cual se ha anclado un odio creado para dominar. Tal vez, esta visión atemorice y desmoralice, pero solo a algunos. Nosotros lo percibimos como la gran oportunidad de presentar un proyecto creíble que, con victorias tempranas, convenza, devuelva la esperanza y convoque a la unidad de acción.

Sobre esta base, consideramos que resulta vital como se conciba el futuro de la Industria de los Hidrocarburos en Venezuela (IVH), pero no como todavía muchos creen, como la Industria que producirá la renta para resolver todo. No, eso no será posible. La IVH será el impulsor de todo lo que debemos construir para montarnos en un modelo de desarrollo distinto. Como empresa estatal de menores dimensiones con un estado rector que dicte políticas y haga cumplir lo establecido en una ley que deberá ser modernizada. Estamos hablado de una propuesta que nos permita pasar de una Estatización Asfixiante a una Nacionalización Sostenible, entendiendo por Nacionalización como la amplia participación del capital privado venezolano y de los venezolanos en la Industria, propiciando, sin complejos, la participación de los capitales privados internacionales, imprescindibles en todo momento.

No se trata de privatización total. Es nuestra opinión que la privatización, aunque pueda estar técnicamente bien sustentada desde la ciencia económica, requiere, prioritariamente, para su viabilidad, el fundamento que le otorga el consenso social expresado democráticamente.

Con esto en mente, estamos promoviendo, desde ya, el resultado del esfuerzo de un excelente equipo de trabajo, multifuncional y con participación de connotadas instituciones, cuyo objetivo estuvo centrado en formular una propuesta operacional, de corto plazo, para abordar la emergencia y procurar victorias tempranas, al recuperar la operatividad. Sin embargo, esta propuesta, también abre el debate para abordar la concepción de esta nueva IVH.

Finalmente, ratificamos que Venezuela no necesita un simple cambio de gobierno, como muchos consideran. No, Venezuela exige un cambio en su modelo político de conducción, so pena de dejar pasar el último tren con destino al futuro exitoso.

*Director de VenAmérica

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