"Eso no fue una toma, eso fue un show. Simplemente porque ya la cárcel estaba entregada", sostiene Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
A diferencia de otras intervenciones que se han realizado en cárceles venezolanas durante el régimen chavista-madurista, esta operación contó con el despliegue de más de 11.000 agentes policiales y militares, bajo la dirección del ministro de Interior Remigio Ceballos, quienes ingresaron al penal con tanques de guerra y carros blindados.
Expertos estiman que el procedimiento, denominado "Gran Cacique Guaicaipuro", difícilmente podría calificarse de “éxito total”, como indicó el régimen en un comunicado. "La toma de la cárcel de Tocorón ha resultado un fracaso en su objetivo anunciado, que era la desarticulación del 'Tren de Aragua' porque se escapó alias 'Niño Guerrero' con sus principales secuaces y no se sabe con cuántos presos más", señala en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS el abogado penalista y experto en seguridad ciudadana, Luis Izquiel.
"Eso fue negociado"
Aunque en otras prisiones con menos peligrosidad ese tipo de operativo han tomado semanas, el de "Tocorón" duró sólo 5 horas. Pese a ser el centro de operaciones de la mega banda criminal que se ha extendido en más de 11 estados de Venezuela y siete países de Latinoamérica, y de contar con un arsenal de guerra, en el que figuran lanzacohetes antitanque AT4 con municiones AP (perforadora de blindaje) de 2.75 mm, los reos no opusieron resistencia y tanto el cabecilla de la banda, el "Niño Guerrero", como sus "luceros" y "lugartenientes" (principales aliados y guardaespaldas), lograron salir del recinto sin ser detectados.
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El régimen de Nicolás Maduro dispuso de más de 11.000 agentes policiales y militares para tomar la peligrosa cárcel de Venezuela
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En 2011, las autoridades tomaron el Internado Judicial Capital conocido como "Rodeo I y II" en el estado Miranda. Este procedimiento se extendió por 20 días, rememora Prado. En 2012, intervinieron el Centro de Reeducación y Trabajo Artesanal en El Paraíso, conocido como "La Planta", en Caracas, en tres días.
La toma en 2013 del Centro Penitenciario David Viloria, conocido como "Uribana" en el estado Lara, tardó alrededor de una semana y dejó un saldo de al menos 69 muertos. Mientras que una de las últimas intervenciones carcelarias que realizó el régimen, la de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) en Guárico en 2016, duró 32 días.
"Estamos hablando de cuatro cárceles que no son lo mismo que la cárcel de 'Tocorón', que albergaba nada más y nada menos que al 'pran' (líder) más peligroso a nivel nacional e internacional. Entonces, ¿Teniendo al 'pran' número uno, no vas a tener resistencia? Hay fuentes de funcionarios que dicen que eso fue negociado porque lo que hicieron fue entrar porque ya estaban rendidos", indicó Prado.
Venezuela tiene al menos 10 años de mora
Desde el año 2006 activistas, defensores de los derechos humanos y organizaciones no gubernamentales como el OVP han venido denunciando la figura del "pranato" en Venezuela, un tipo de gobierno carcelario que ejercen los reclusos bajo la órdenes de un 'pran' o líder, que es quien mantiene el poder.
Esto no ha sido denunciado solo en Venezuela, menciona Prado. "Lo llevamos incluso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el propio Estado (régimen chavista), cuando se presentaba, negaba siempre esta situación", apuntó.
Afirmó que con la creación del Ministerio de Asuntos Penitenciarios en 2011, cuando Tareck El Aissami, expresidente de la estatal petrolera PDVSA involucrado en escándalo de corrupción, fungía como ministro de Interior y Justicia, comenzó la "aceptación" e "institucionalización" del "pranato" en Venezuela.
"En 2011, Iris Varela, la primera ministra de Asuntos Penitenciarios, institucionaliza, por decirlo de una manera, la figura de los pranes", sostuvo.
Alias "Niño Guerrero" ingresó a Tocorón en 2010, cuando lo detuvieron por los delitos de homicidio y tráfico de drogas. Aunque fue en 2012, cuando logró escapar y cometer varios delitos que lo convirtieron en uno de los delincuentes más buscados en la nación suramericana, que su nombre cobró popularidad.
En 2013 fue capturado y nuevamente trasladado al penal de Tocorón, donde ya se le reconocía como el "pran" que controlaba el recinto penitenciario. "Hubo, por lo menos, una mora de 10 años, desde que 'Niño Guerrero' se hizo pran de esa cárcel y fortaleció el 'Tren de Aragua', hasta que el gobierno de Nicolás Maduro decidió hacer una operación para tratar de golpear a esta banda criminal", señaló Luis Izquiel.
Esta década, recalca, le permitió al líder delincuencial "fortalecer esa pandilla", convertirla en la más importante de Venezuela e "internacionalizarla", hasta expandir sus tentáculos a países como Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
Este operativo se dio en el marco de la 78° Asamblea de las Naciones Unidas, cuando acaban de presentar el cuarto informe de la Misión Internacional de Determinación de Hechos sobre Venezuela, se llevaba a cabo en Nueva York una exposición de las torturas cometidas en el país suramericano, y varios presidentes ofrecían sus discursos en la ONU. Para los analistas, esto influyó en que el régimen de Maduro interviniera el recinto carcelario, desde donde operaba la banda criminal que azota a la región, para buscar reconocimiento internacional.
"Nicolás Maduro siempre ha buscado el reconocimiento por parte de presidentes con los cuales ha tenido enfrentamiento por la situación del 'Tren de Aragua', como Gustavo Petro, de Colombia; Gabriel Boric, de Chile; e incluso Lula (de Brasil) y la presidenta de Perú, Dina Boluarte", afirmó Humberto Prado.
La construcción de un "imperio"
Aunque no hay fecha exacta del surgimiento del "Tren de Aragua", la periodista de investigación y experta en seguridad, Ronna Rísquez, logró documentar en su el libro "El Tren de Aragua", la banda que revoluciona el crimen organizado en América Latina, que esta megabanda fue creada por Héctor Guerrero, alias "Niño Guerrero"; Yohan José Romero, alias "Johan Petrica"; y Larry Amaury Álvarez Núñez, alias "Larry Changa", en 2014.
Pese a que alias "Niño Guerrero" es reconocido como "el principal" del recinto penitenciario, los tres hombres compartirían la jefatura de la organización criminal desde su nacimiento.
Juntos, construirían en las 23 hectáreas, de 2,35 kilómetros cuadrados, un imperio criminal, que en pleno socialismo del siglo XXI logró traspasar las fronteras venezolanas y convertir a este penal, creado en 1982 con una capacidad para 750 reos, en una especie de centro recreacional.
En su libro, Rísquez menciona que 10 de las 23 hectáreas son de construcción de pabellones y una organizada miniciudad carcelaria. Las instalaciones poseían, entre otras cosas, piscinas, pista de motocross, gimnasio, discoteca, restaurantes, zoológico, campo de béisbol, un parque infantil, abastos, farmacias, tiendas y hasta una especie de banco. Además de la lujosa casa de dos pisos en la que vivía "Niño Guerrero", habían pequeñas edificaciones construidas con tablas, zinc y telas, que habitaban algunos presos con sus familias.
Estas y otras atracciones fueron expuestas el pasado 20 de septiembre, tras el megaoperativo del régimen en el que también se incautaron motos de alta y baja cilindrada, máquinas para minar Bitcoin, 14 armas largas y dos cortas, 40 granadas antitanque, 80 kilos de explosivo C4, 15 cohetes y cerca de 400.000 municiones de distintos calibres.
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El recinto carcelario contaba con parque infantil, entre otras distracciones
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Un túnel, la conexión con el mundo externo
Durante el operativo, los funcionarios revelaron la existencia de un túnel subterráneo en "Tocorón", de 15 metros de profundidad y aproximadamente 5 kilómetros de largo. Este contaba con ventilación, alumbrado y armazones de concreto.
La construcción iniciaba en la vivienda que poseía "Niño Guerrero" y desembocaba en las cercanías del Lago de Valencia, en Carabobo. Allí, los antisociales tenían lachas y canoas que les facilitaban la entrada y salida de la prisión.
El Lago de Valencia, a su vez, se comunica con el barrio San Vicente, ubicado a 30 kilómetros de la prisión, en el municipio Girardot del estado Aragua. Esta zona popular al suroeste aragüeño, "está totalmente dominado" por el "Tren de Aragua" y desde 2014 no se le permite la entrada a las fuerzas policiales, según la investigación de Rísquez.
Su "valor estratégico", reseña la autora, surge de su cercanía con la represa valenciana y su conexión directa con la Autopista Regional del Centro, una de las más importantes de Venezuela, que conecta a Caracas con el centro y el occidente, y con el principal puerto de la nación en Puerto Cabello, Carabobo.
“Como si no fuera suficiente, San Vicente también alberga un pequeño aeropuerto militar en perfectas condiciones, desde donde despegan frecuentemente vuelos no comerciales, según cuentan habitantes del lugar”, menciona Ronna Rísquez en su libro.
Sin embargo, de esta zona, comandada por el “Tren de Aragua” desde hace varios años, no se tiene mayor información tras el operativo.
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A parte de una lujosa casa en la que vivía el "Niño Guerrero", habían pequeñas edificaciones habitadas por presos y sus familias
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¿Complicidad del Estado?
A juicio de Luis Izquiel, este operativo pone en evidencia "el caos, la anarquía, el libertinaje y la impunidad" que reinaba dentro del penal, bajo el control absoluto de "Niño Guerrero".
A parte de Iris Valera y Tarek El Aissami, quien también fue gobernador del estado donde actuaba la banda de 2012 a 2017, Humberto Prado considera que igual responsabilidad comparten los directores que han estado al frente de la prisión y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), dependiente del Ministerio de Defensa, que estuvo comandada desde 2014 hasta 2016 por el general en jefe Néstor Reverol, actual ministro de Energía Eléctrica. Esta institución es la encargada de velar por la seguridad externa y custodiar las entradas y salidas del penal.
"Ninguno de los ministros con responsabilidades en el área de Relaciones Interiores, Asuntos Penitenciarios, de Defensa, ni siquiera Nicolás Maduro, asumirán responsabilidad porque todos ellos son cómplices de lo que pasaba en Tocorón", aseveró Prado, al mencionar también al fiscal general chavista, Tarek William Saab, a quien asegura le correspondía investigar todas las denuncias que ONG y activistas han realizado.
Luis Izquiel agrega, además, que el régimen de Nicolás Maduro no puede evadir la responsabilidad "del crecimiento y la impunidad de la cual gozaron 'Niño Guerrero' y los cabecillas de su banda" durante todos estos años.
Pese a estas responsabilidades que mencionan los expertos, tras la toma de “Tocorón” solo se logró la detención de cuatro agentes de seguridad por su vinculación con la organización criminal.
Aunque, el ministro Remigio Ceballos dijo que continuarán con las investigaciones pertinentes para determinar "las responsabilidades civiles, penales y disciplinarias a las que haya lugar".
Esto, al reconocer públicamente que desde el penal se cometían delitos de extorsión, secuestro, homicidios, sicariatos, robo, estafa y delitos informáticos. No obstante, obvió mencionar las vinculaciones del "Tren de Aragua" con la minería ilegal del oro, contrabando de chatarra, narcotráfico, lavado de dinero, trata de personas, tráfico de migrantes y la venta de armas a otros grupos criminales.
¿El fin del 'Tren de Aragua'?
El régimen de Nicolás Maduro afirmó el sábado 23 de septiembre que había "desmantelado totalmente" al "Tren de Aragua", con la detención de 88 de sus miembros. Aunque no ofreció los nombres de los detenidos, entre ellos no figuraban "Niño Guerrero" ni uno de sus principales aliados, Josué Ángel Santana Peña, alias "El Santanita", por quienes en horas de la tarde ofrecieron una recompensa.
"No se puede hablar tan pronto de que hubo un desmantelamiento. Cuando desmantelas una organización, una de las cosas básicas es la detención de las personas que son los líderes de la organización. Si al liderazgo no lo tocas, no puedes afirmar que desmantelaste esta estructura", señaló Ronna Rísquez en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Afirma que, hasta el momento, lo que se tiene claro es que la cárcel fue tomada y desalojada por el régimen, y que fungía como principal centro de operaciones de la banda trasnacional. "Eso sí implica un golpe fuerte contra la organización", sostiene.
Siguiente paso: dar de baja al "Niño Guerrero"
Tanto Prado como Izquiel coinciden que, de acuerdo con los operativos de este tipo que ha realizado el régimen, los "pranes" o líderes criminales son "dados de baja" (asesinados) en enfrentamientos posteriores con funcionarios del Estado.
"Al gobierno de Maduro le conviene más tener al 'Niño Guerrero' dado de baja porque si abre la boca son muchos los que van a ser nombrados ahí, muchos de ellos. Es decir, aunque se negoció y le dieron la posibilidad de que se vaya del país, el próximo objetivo del gobierno será darlo de baja porque le conviene que no abra la boca", subraya Prado.
Izquiel destaca "la ferocidad criminal" que debe poseer "Niño Guerrero" para convertirse en el "pran" número uno del país petrolero. "Es un caso extraño de longevidad criminal. En Venezuela los delincuentes no suelen superar los 30 años porque antes son abatidos por los cuerpos de seguridad o caen muertos en peleas entre pandillas o ejecutando algún tipo de delito", explica.
Hoy Héctor Rusthenford Guerrero Flores tiene 39 años de edad y es buscado por los cuerpos de seguridad tanto en territorio venezolano como internacional, pese a que en el momento de la intervención se encontraba "en libertad plena", de acuerdo con las declaraciones ofrecidas por el ministro Ceballos a un medio oficialista.
Gobiernos como los de Colombia, Chile y Perú han activado dispositivos para dar con su captura en caso de que llegue a traspasar sus fronteras.
Según el OVP, el "Niño Guerrero" tuvo conocimiento del operativo al menos 5 días antes de que ocurriera. Esto le permitió a él salir del penal sin ninguna dificultad con al menos 1.600 hombres, agrega la ONG.
Esto le daría una ventaja, tomando en cuenta su influencia y la cantidad de recursos económicos que tenía a su alcance. Según Jeremy McDermott, director ejecutivo de InSight Crime, el delincuente manejaba más de 3 millones de dólares al año desde penal, proveniente de distintos delitos y el cobro de "vacuna", una especie de colaboración que pagaban los reclusos.
"Es un individuo que debe manejar una fortuna bastante importante y si realmente se escapó, se tiene que haber escapado con la totalidad o buena parte del botín que estuviera dentro de 'Tocorón'. Eso favorecería también su fuga durante un buen tiempo porque recursos económicos no creo que le vayan a faltar", menciona el criminólogo Luis Izquiel.
Al ofrecer la recompensa, el Ministerio de Interior y Justicia publicó lo que sería la foto más reciente del "Niño Guerrero". Izquiel considera que la imagen, en la que aparece con ropa deportiva negra y zapatos blancos, portando un arma de alto calibre, debería circular también en países como Colombia, Perú, Chile y Ecuador, entre otros.
"Él ha mantenido un bajo perfil durante muchísimos años y las fotografías que aparecen sobre él son de vieja data, muy probablemente esa primera detención (ocurrida hace más de 10 años). Eso dificultaría su captura", enfatiza.