MIAMI.- Las encuestas que se están publicando en los últimos días están posicionando a Jeb Bush como el candidato republicano con más opciones de alzarse con la presidencia de EEUU.
Una buena gestión en su etapa como gobernador de la Florida, su carácter moderado, la solvencia de pertenecer a una poderosa saga política y su empatía con los hispanos y su lengua son argumentos de peso para encarar en condiciones la lucha por la Casa Blanca, en la que todo apunta que tendrá enfrente a otro peso pesado del bando demócrata como es Hillary Clinton.
El último sondeo de Gallup le coloca delante Huckabee, Christie, Paul y Perry en cuanto a la empatía con los electores de su partido. Bush además está casado con una mujer de origen mexicano y domina el idioma español, lo que puede ser una buena baza para recuperar la fuerza republicana entre el electorado hispano que, a pesar de que en la etapa de Obama se ha decantado por los demócratas, comparte muchos valores con los conservadores.
El hijo y hermano de presidentes se mueve además como pez en el agua a la hora de recaudar fondos y de hecho ya tiene asegurado unos cuantos millones de dólares para abrir fuego.
Con todos estos elementos podría resultar chocante que otro político republicano de la Florida y de origen hispano optara a las primarias. Marco Rubio, el senador cubanoamericano tan querido en el sur de la Florida, anunciará sus intenciones en los próximos días. Quizás Bush y Rubio deberían unir fuerzas para que los republicanos regresen a la Casa Blanca. Seguro que tienen más cosas que les unen frente a las posibles diferencias. Pero la pelota está en el tejado del senador con una decisión que podría debilitar a la Florida ante la posibilidad de tener una personalidad del estado en la presidencia de los EEUU.
