MIAMI.- La próxima mudanza del príncipe William y Kate Middleton a su nuevo hogar, Forest Lodge en Windsor, ha provocado que dos familias residentes en propiedades cercanas del Crown Estate sean reubicadas para dar paso a la residencia real.
Aunque no se emitieron órdenes de desalojo formales, las familias afectadas fueron trasladadas a viviendas similares dentro del Windsor Great Park
MIAMI.- La próxima mudanza del príncipe William y Kate Middleton a su nuevo hogar, Forest Lodge en Windsor, ha provocado que dos familias residentes en propiedades cercanas del Crown Estate sean reubicadas para dar paso a la residencia real.
Forest Lodge, propiedad histórica dentro del Crown Estate, es conocida por su entorno natural y privacidad, ubicada en el corazón del Windsor Great Park, un área de gran valor histórico y ecológico vinculada a la familia real desde hace siglos. La vivienda tiene ocho habitaciones, seis baños, amplios jardines y un entorno que permite mantener la privacidad de la familia, además de estar a solo 30 minutos de la residencia de los padres de Kate Middleton, en Berkshire.
Aunque no se emitieron órdenes de desalojo formales, las familias afectadas fueron trasladadas a viviendas similares dentro del Windsor Great Park, asegurando que las propiedades originales se entregaran en condiciones óptimas y sin perjuicios significativos para los ocupantes.
La mudanza, prevista para finales de 2025, responde a la necesidad de contar con un espacio más amplio y privado para la familia real, que incluye a sus tres hijos: el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis. William y Kate han financiado personalmente renovaciones menores en la propiedad, incluyendo mejoras de privacidad con pantallas y arbustos.
Se espera que Forest Lodge se convierta en la residencia principal de la pareja durante los próximos 10 a 15 años, incluso cuando William asuma el trono, lo que indica un cambio en la tradición real que históricamente sitúa a Buckingham Palace como residencia principal del monarca.
Este cambio de residencia se produce tras un período desafiante para la familia real, que incluyó el fallecimiento de la reina Isabel II y la continuación de las responsabilidades del rey Carlos III. Además de Forest Lodge, la familia mantiene otras residencias en Anmer Hall, Norfolk, y en el Palacio de Kensington, Londres.