Maduro, posiblemente influenciado por el régimen cubano —en opinión del comandante retirado de la Marina José Adán Gutiérrez— intentó condicionar su salida a peticiones absurdas que garantizarían su seguridad y la de su círculo cercano (con una “amnistía total”), además de la permanencia del chavismo en Miraflores, con Delcy Rodríguez al frente.
Con su negativa a abandonar el poder, el conflicto entre la Casa Blanca y el régimen chavista entró en una fase de “impasse estratégico”, en el que Washington ya no tiene margen para seguir conteniendo la escalada y el líder socialista no dispondría de vías seguras para escapar de la encrucijada en la que se encuentra. “Esto (el ultimátum) era, en realidad, la última oportunidad que le estaban dando a Maduro para que saliera pacíficamente”, asegura Gutiérrez en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.
El “perdón global” que pidió Maduro y las garantías de que “nadie lo iba a perseguir bajo ley” era algo inaceptable. Según explica el exjefe de Inteligencia Naval para el Hemisferio Occidental, Trump “no le podía dispensar” una inmunidad total, porque un indulto presidencial no anula responsabilidades bajo derecho internacional ni los cargos por narcoterrorismo que pesan sobre él y su círculo.
Una vía de escape fallida
En opinión del exoficial de inteligencia, la administración Trump hasta habría ofrecido una vía discreta para que Maduro abandonara el país: un corredor aéreo a través de Panamá. Menciona que, pese al cierre generalizado de rutas hacia Venezuela, hubo días en los que “llegaron tres aviones a la vez” de la aerolínea panameña Copa Airlines —dos de pasajeros y uno de carga—, cuando normalmente opera solo uno.
“Yo creo que esa era la línea, el corredor de salida que se le estaba ofreciendo a Maduro de una manera sigilosa”, señala. Sin embargo, esta oportunidad también habría sido desaprovechada: “Ya sabemos que Maduro no salió”.
Una vez vencido el plazo, el presidente republicano indicó en redes sociales que el espacio aéreo venezolano debe considerarse “cerrado en su totalidad”, endureciendo de inmediato el cerco a la dictadura de Maduro. Pese a reconocer que EEUU no puede “cerrar el aire encima de Venezuela”, Gutiérrez explica que sí puede advertir a las aerolíneas que existen operaciones militares en curso.
Asegura que esa advertencia, por sí sola, implica que “EEUU puede estar atacando en cualquier momento”, por lo que la fase actual de la presión a Caracas apunta a una intensificación inevitable. Y así lo ha dado a entender el propio presidente Trump, quien en una rueda de prensa junto a su gabinete afirmó que se esperan operaciones terrestres “muy pronto”, mientras se mostraba convencido de que Maduro se “irá” de Venezuela.
El dictador ahora se enfrentaría a un callejón sin salida —sin margen de maniobra interno ni externo— ante la ofensiva de Trump y la estructura de control que La Habana ha construido sobre el aparato político, militar y de inteligencia venezolano, que dejarían su destino —prácticamente— en manos del régimen castrista.
“El problema que tiene Maduro es Cuba. (El régimen cubano) no quiere perder el as que tiene allí en Maduro. Si Cuba no lo deja salir, y es quien lo tiene controlado, entonces, ¿cómo se va a poder escapar Maduro? A Maduro lo tiene tan controlado la contrainteligencia cubana, que no veo cómo se va a poder escapar ni en la noche, aunque él quisiera”, subraya Gutiérrez.
El control de Cuba se percibía incluso en la propuesta de Maduro, a juicio del comandante: “El beneficio que Cuba tendría es lo que Maduro proponía: ‘yo dejo a mi gente a cargo’. Simplemente se quedan los Rodríguez a cargo (...) Por eso no se le aceptó esa propuesta”.
Sin opciones
El punto de inflexión, de acuerdo con Gutiérrez, ya fue alcanzado: “Ya Maduro tiene una situación imposible, y lo único que le queda es quedarse en su lugar y defenderse ahí lo más posible. Y del otro lado, para EEUU eso es inaceptable”. Tras semanas resistiéndose a afirmar que una acción militar era inminente, el comandante ahora lo dice abiertamente: “Creo que ha llegado un momento en que EEUU tiene que tomar una decisión de hacer algo táctico en tierra, en suelo venezolano”. Aunque, descarta una invasión clásica.
Explica que Washington ha sostenido durante semanas vuelos de reconocimiento, integración de nuevas plataformas y el uso intensivo de tecnología vinculada a la operación Lanza del Sur, lo que le permitiría realizar ataques de precisión con misiles. El miércoles, el Comando Sur informó que el 25 de noviembre un helicóptero AH-1Z de la Marina lanzó un misil AIM-9 Sidewinder a un objetivo simulado durante un ejercicio en curso en el Mar Caribe.
Los objetivos potenciales, a juicio del exoficial, incluyen nodos de mando, infraestructura militar y sistemas de defensa: “Es ataques a ciertos nódulos de decisión, es para destruirles las defensas, para que sientan esa presión de que no pueden ni siquiera defenderse de los misiles y de los aviones de EEUU”.
Destaca que no sería un ataque al servicio militar de Venezuela, sino a “un grupo terrorista que se ha apoderado del poder”. “La cuestión es la decisión política que se haga en Washington: o vamos directamente a por él, o vamos por sus allegados, o vamos por la logística, o vamos por las defensas antiaéreas como primera señal”, apunta.
En este escenario, Maduro se encontraría de manos atadas, puesto que ni un búnker lo podría salvar de las “bombas poderosas” de EEUU. El colapso de sus opciones, de acuerdo con el analista militar, respondería a una combinación de factores. En primer lugar, el tiempo del diálogo finalizó: “Ya no hay nada que negociar (..) Cuando Maduro no aceptó esta última opción que le dieron de que saliera él y su familia, yo no veo las opciones que tiene”.
En segundo lugar, los destinos potenciales para una huida segura son prácticamente inexistentes. Sobre Colombia, afirma: “Él puede huir a Colombia con su amigo Petro, pero francamente en Colombia sería una presión inmensa para que Petro lo proteja”. En cuanto a Turquía, no considera que sea viable que el dictador venezolano se refugie en un país miembro de la OTAN, sometido a fuerte escrutinio occidental.
Señala solo dos lugares con condiciones reales para resguardar a Maduro: Moscú o Teherán. “Mientras esté en Moscú y tenga dinero, él y su familia pueden adaptarse”, agrega. Pero incluso esa alternativa no depende de Maduro, sino de Cuba. Y aquí Gutiérrez fue categórico: Los cubanos no solo podrían asesinar a Maduro en caso de que se quiera ir sin su beneplácito, “sino que lo harían”.
“El peligro de vida más inmediato para mí, más que un misil de EEUU, es lo que decida hacer la inteligencia cubana con el hombre. Ese es el verdadero e inminente peligro que tiene Maduro para poder salvar el pellejo”, subraya.
En este sentido, señala que Cuba podría incluso sacrificar a Maduro si eso les ayuda a sostener su influencia. “Puede ser que los cubanos decidan: vamos a quitar toda esta presión tan intensa y ayudémoslo a salir. Es una posibilidad (...) el tema central es qué les conviene a los cubanos para su propia sobrevivencia”, precisa.
Aclara que solo la salida de Maduro no garantiza el fin de la tensión. “Si se quedan elementos como Padrino o los Rodríguez, yo no creo que esa presión desaparezca (…) puede darles semanas, dependiendo del nuevo dictador”. La estrategia estadounidense, no obstante, no contempla una espera prolongada. “La flota no puede estar ahí siete años esperando a que Maduro se decida”, enfatiza Gutiérrez.